La última ocurrencia del presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, es que desde el Gobierno que preside el también socialista, Pedro Sánchez, se penalice a aquellas comunidades autónomas que rebajen impuestos. La razón que esgrime Puig es que estas rebajas fiscales "fomentan la competencia".
Está claro que este tipo de argumentos no me sorprende. Lo que me sorprende es que se lancen mensajes de este tipo sin ningún rubor ni contestación. Y es que la izquierda, en el fondo, teme profundamente a la competencia y el mérito. Pero esos traumas y complejos que deberían ser ocultados y tratados psicológicamente se esgrimen sin vergüenza ni pudo como verdades absolutas.
Sin embargo, la única verdad absoluta que durante millones de años ha demostrado la naturaleza es que la competencia, especialización y mérito ha permitido la evolución y el progreso. Ellos que son tan "progresistas". Gracias a que las especies han competido unas contra otras han conseguido los recursos necesarios para perpetuarse. Gracias a que los hombres, los pueblos y las civilizaciones han competido entre sí, se han podido desarrollar.
Eso no significa que con el desarrollo y el progreso no seamos capaces de consensuar mecanismos sociales de corrección ante las desigualdades (sobre todo "de oportunidades") que permitan una convivencia más justa. Pero en cualquier caso esas correcciones siempre tienen que venir tras el natural sistema competitivo.
En este caso estamos hablando de impuestos pero lo podíamos trasladar a cualquier ámbito. Los seres humanos no somos iguales y dudo mucho de que tengamos que dirigir todos nuestros esfuerzos a esa igualdad. En la medida en que las sociedades progresan pueden tornarse en más solidarias, pero no antes porque no habría nada que compartir.
Tenemos servicios públicos porque tenemos impuestos. Pero tenemos impuestos porque las empresas privadas y los inversores generan oportunidades de negocio y riqueza. Si facilitamos esa generación de negocio, por ejemplo rebajando impuestos, podremos incluso llegar a recaudar más porque atraeremos más negocios.
Si ponemos límites y trabas a esa generación de negocios, ¿cuántos impuestos podrás cobrar? ¿y cuántos servicios podrás pagar? ¿qué generación de riqueza, progreso y desarrollo genera una sociedad de funcionarios y clases medias-bajas como la que está fomentando la izquierda valenciana?
Yo, como ciudadano de esta comunidad en la que se pagan impuestos de patrimonio, sucesión y donación, ¿dónde debería invertir mis ahorros? Pues seguramente en Madrid, donde los impuestos son menores. Porque de otro modo estaría perjudicando a mi hijo. Yo pago anualmente mis impuestos y mi hijo tendrá que pagar por segunda vez, por el mismo concepto, cuando herede. ¡Qué sociedad más justa la del Botánico!
El presidente de la Comunidad Andaluza, Juanma Moreno, ha lanzado una propuesta para atraer más empresas y riqueza bajando impuestos. Y Puig, en vez de lanzar su propia propuesta, ahora quiere cortar de raíz la de Moreno, ¿porque le deja entredicho?
Puig se queja de la infrafinanciación y la Comunidad Valenciana pero en el fondo defiende un sistema en el que los ingresos autonómicos son otorgados a dedo por el Estado. ¿Por qué no buscar nuestros propios ingresos independientemente de la escasa financiación que recibimos?