Redacción | Agencias Emilio Martínez

Los estudios genéticos realizados en el Hospital del Vall d'Hebron de Barcelona cruzando muestras de familiares vivos con los restos exhumados de fosas comunes han permitido identificar recientemente a cuatro soldados republicanos de la Guerra Civil, uno de ellos de Alicante, que podrán ser recuperados por sus allegados.

Este programa, en el que colabora la Generalitat de Catalunya, en concreto los departamentos de Salud y de Justicia, ha permitido identificar por vía genética a dieciséis personas desde 2016, mientras que por otros métodos se habían identificado antes a otras siete (veintitrés en total).

Uno de los cuatro soldados republicanos procedía de Alicante aunque residía en Barcelona, y murió con solo 29 años para ser enterrado en la fosa de Soleràs, la más grande excavada en Cataluña que se halla en Les Garrigues (Lleida).

Los últimos restos en identificar por vía genética son los de cuatro soldados republicanos que serán devueltos a sus familiares en octubre para que les den sepultura y así "cierren el duelo", ha dicho la titular catalana de Justicia, Lourdes Ciuró, en una rueda de prensa tras visitar junto al conseller de Salud, Josep Maria Argimon, el laboratorio del Área Genética y Molecular del Hospital Vall d"Hebron, donde se llevan a cabo estos trabajos.

Dos de los soldados identificados tenían 30 años cuando murieron en el frente de la batalla del Ebro: uno era de Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) y fue inhumado en Corbera d"Ebre (Tarragona), y el otro, nacido en Brull y residente en Castellterçol (Barcelona), se encontró en la fosa de Pernafeites, en Miravet (Tarragona). Por último, el tercer soldado estaba, como el alicantino, en la fosa de Soleràs, a Les Garrigues (Lleida), tenía 34 años cuando falleció, había nacido en Nonaspe (Zaragoza) y residía en Barcelona.

Innovador proceso

El proceso ha sido posible gracias al cruce de información de los restos extraídos en las fosas (de en torno a 550 víctimas de la Guerra Civil y del franquismo) y 2.500 muestras de mucosa bucal extraídas a familiares vivos que tratan de recuperar a sus allegados.

También juega un papel clave en la identificación el censo de personas desaparecidas del Departamento de Justicia, en el que miles de personas han registrado ya 6.150 nombres de familiares a los que perdieron la pista durante la Guerra Civil. 

"Los avances científicos tienen que estar al servicio del conocimiento de todo nuestro pasado, pues la medicina no puede aislarse de su perfil humanitario", ha destacado Argimon.





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