En unos días en los que Fitur ha marcado la agenda del sector turístico, descubrimos al joven que hay detrás de unas ilustraciones atípicas sobre el Elche más desconocido, pensadas para retratar el lado arquitectónico de la ciudad y cuyas ventas se han disparado sobre todo esta pasada Navidad.
Con un estilo bien definido, que recuerda al manga y a las novelas gráficas, Álex Segarra Quiles (Elche, 1994) lleva desde 2017 con su proyecto 'Archimappa', un espacio web donde vuelca todas sus "inspiraciones artísticas" sin la mayor presión de retratar lo que le apetece y cuando le apetece.
Todo comenzó, cuenta, cuando vino de Roma donde había pasado una temporada de Erasmus. Allí corroboró su pasión por los mapas y por las ilustraciones, por lo que no tardó en volcar su creatividad.
"Me gustan muchos los mapas, desde los antiguos a los menos normalizados que existen hoy en día", señala. Así, ha trazado los que tienen que ver con lugares de fantasía o de época medieval, "hechos para poder guiarte dentro de una cartografía de una forma muy rápido", como el que hizo del Señor de los Anillos.
Mapas como el de 'Elche en el bolsillo', una herramienta interactiva pensada "para redescubrir la ciudad dormida", se puede leer en su web. "En la actualidad, existen cientos de personas participando de procesos y acciones ciudadanas a través de plataformas y asociaciones que acercan una gran variedad de actividades diarias que pasan desapercibidas debido a la invisibilización de todos estos lugares", comienza la descripción. "Conectar, redescubrir y señalar en la malla de hormigón y asfalto los esfuerzos de todos esos ciudadanos implicados por hacer de esta ciudad un espacio multicultural, inclusivo, colaborativo y social".
Un mapa que "nace de la idea de conectar todos los puntos inexistentes, sirviendo como una guía orientativa, abierta, cambiante, efímera y editable de una ciudad que respira cultura pero que se oculta detrás de fachadas y espacios dispersos".
"Lugares invisibles"
Y así surgieron 'los lugares invisibles' de Elche. "Es un término que acuñé para hacer referencia a todos estos sitios que no suelen aparecer en las webs turísticas y que pienso que tienen más relevancia para la gente que vive en esta ciudad más allá de la imagen típica del Palmeral y la Basílica de Santa María", explica.
Así, ha estado buscando esas "fachadas y monumentos" icónicos "con los que nos sentimos identificados; lugares, en definitiva, que "tienen más que ver con esa cotidianidad con la que vivimos nuestra ciudad".
Así, en sus trazos aparece la Casa Falcó, la antigua cafetería Valor, les quatre esquines o el palacio de Jorge Juan en el casco histórico, los pisos azules, las chimeneas o los antiguos cines Alcázar.
"Vengo a proponer una especie de turismo arquitectónico", defiende. Al principio había confeccionado una lista de 50 sitios que al final ha tenido que reducir a 24 postales -con cuatro estilos muy diferentes para cada seis sitios-, "más que nada por una cuestión de tiempo porque ilustrarlos lleva mucha dedicación", esgrime.
Hacerlos 'con mimo'
Porque cada uno, "lleva su tiempo". Plasmarlo suele ser unas 8 horas, pero no incluye el trabajo de campo. "Primero, me suelo pasear por los barrios y los incluyo en la lista, luego voy en persona, hago un pequeño boceto a mano alzada y lo fotografío desde diferentes ángulos hasta que decido la mejor perspectiva, lo paso a mano y de ahí a ordenador hasta la ilustración definitiva".
"Creo que cada barrio tiene esos rinconcitos que si te paras a mirar hacia arriba encuentras fachadas interesantes", defiende. Del Raval lo que más le atrapa "es el encanto que tiene de pueblo mediterráneo", así, en sus ilustraciones ha incluido la Plaza del Gall, "de las más increíbles que tiene la ciudad y que no mucha gente conoce".