Elche ha fantaseado durante muchos años con la llegada de la Dama, expuesta en el Museo Arqueológico de Madrid, de donde no se moverá según las últimas informaciones. Elche, a su vez, también ha fantaseado en los últimos años con la posibilidad de que su paisana, Isabel Torres Orts (1980), acabara de primera dama de España, hasta esta semana. 

La esposa de Pablo Casado (1981) ha sido durante todo este tiempo su principal respaldo, como ha reconocido él mismo en varias entrevistas. Y, en la semana agónica en la que el todavía presidente del PP ha quedado noqueado por su partido, esta psicopedagoga de profesión ha vuelto a ser -junto con un par de compañeros y amigos-, su salvavidas. 

Así lo reconocen en su entorno cuando se le pregunta por una mujer que en todo momento se ha mantenido discreta en su papel de consorte y alejada de los medios. Otras fuentes señalan directamente que, como su marido, ella ha vivido unos días especialmente difíciles y que todavía sigue "devastada" por "las formas" en las que la formación conservadora le ha arrebatado a Casado el mando.

"En la familia se vivía con mucha ilusión que alguien que es absolutamente normal y tranquila acabara residiendo en Moncloa", dice un miembro de los Orts. Ella pertenece a una familia empresarial en una ciudad marcadamente industrial. Sus padres son conocidos por haber gestionado la mítica empresa de caramelos Damel y el Hotel del Huerto del Cura hasta su venta, en el primer caso en los 90 y, en el caso del complejo hotelero de lujo, a los pocos meses de llegar casado a la dirección del PP. 

Pero en su juventud Isabel no mostró interés por los negocios y se marchó a estudiar a Madrid donde, al poco tiempo, conocería a Casado. Como novios se licenció en Psicopedagogía por la Universidad Autónoma y pronto se especializaría en la que sigue siendo su profesión, orientadora en colegios de la capital. 

Aunque ambos viven en Madrid, la provincia de Alicante ha servido todo este tiempo de refugio. Tanto en Elche como la vecina Santa Pola, en verano, donde la familia tiene una vivienda en primera línea de playa, han sido frecuentes las veces que se les ha visto juntos con sus hijos. 

Boda e hijos

Antes de que nacieran, Casado y Torres se casarían en 2009 en un día que Elche recuerda por la presencia en la basílica de Santa María de invitados como José María Aznar, Ana Botella o Esperanza Aguirre. El joven político de Palencia era entonces líder de Nuevas Generaciones y tenía una prometedora carrera política, truncada de golpe esta semana.

Pero más allá del enorme varapalo laboral que ha sufrido esta familia estos días, fuentes cercanas reconocen que no se asemeja, "ni por asomo", al vivido en marzo de 2014 cuando, de manera prematura y con solo 25 semanas de gestación, el hijo de esta pareja adelantaba repentinamente su llegada e Isabel Torres tenía que ser intervenida de urgencia en el Hospital General de Elche. 

Como ella recordó posteriormente en su Instagram, únicamente abierto para sus seguidores de confianza, nacía entonces su primer hijo Pablo con solo 600 gramos de peso, quien fue ingresado de inmediato en la UCI de neonatos de donde no salió en cuatro meses. "Las grandes batallas a las que se enfrentan esos cuerpos minúsculos marcarán para siempre ese espíritu de superhéroes", rememoraba. Años después, y ya con su otra hija Paloma en sus vidas, esta pareja haría el Camino de Santiago para agradecer "el milagro" de su hijo. 

Curiosamente, esta delicada experiencia personal ha permitido a Torres y Casado acercarse emocionalmente a la familia de Pablo Iglesias e Irene Montero, después de que los tres hijos de los políticos de Podemos también nacieran de manera prematura, como se pudo comprobar en los momentos de descanso del debate de candidatos de 2019.      

Desde entonces, el aún líder del PP ha estado luchando de manera incansable para erosionar el poder de Pedro Sánchez al tiempo que veía como Vox le ganaba terreno electoral y una emergente Isabel Díaz Ayuso asomaba intenciones de moverle la silla. Bajo ese contexto, en su famoso discurso contra Vox en la moción de censura de octubre de 2020, Casado había escrito de su puño y letra un texto que guardó con secretismo y que solo enseñó para pedir consejo a muy pocas personas de confianza, entre las que se encontraba su mujer.