La Semana Santa, que se celebra del 10 al 17 de abril, ha llegado a la provincia de Alicante, y uno de los destinos que no puede faltar en tu agenda si quieres conocer las tradiciones más antiguas de la provincia es Orihuela, donde la fiesta está considerada de Interés Turístico Internacional desde 2010.
La ciudad del poeta Miguel Hernández cuenta con algunas de las tradiciones más antiguas de la Semana Santa en España. Entre las procesiones destaca la del Jueves Santo con el 'Santísimo Cristo del Silencio' o la del Sábado Santo con el 'Santo Entierro de Cristo'.
La creación de esta última, propuesta como Patrimonio de la Humanidad, se remonta al siglo XVII, cuando el Gobierno de la ciudad decidió por primera vez nombrar al 'Caballero Cubierto', un cargo honorífico anual. Pero no es la única figura destacable de la fiesta porque también está la 'Diablesa', el paso más antiguo de la Semana Santa de Orihuela.
Un demonio centenario
'El Triunfo de la Cruz' o 'La Cruz de los Labradores' cuenta con siglos de tradición desde que tuvo su primera aparición en el año 1696. Este grupo escultórico, conocido popularmente como la 'Diablesa', recibe este nombre por su estructura, que consiste en una cruz situada sobre un globo terráqueo, acompañada por un esqueleto a uno de sus lados, y por un diablo con pechos al otro.
El símbolo de los pechos se ha asociado a una parte del cuerpo femenina, por lo que la figura quedó apodada como 'diablesa'. Su creador fue el escultor Fray Nicolás de Bussy, un mercedario francés al que el gremio de 'Labradores' le encargó el diseño de la pieza, que representa el 'Triunfo de la Cruz' sobre el pecado y la muerte.
En Turismo de Orihuela destacan su "profundo significado alquímico". Por un lado, están las nubes blancas en las que aparecen los rostros de los ángeles, vistos como la pureza de los niños. Por otro lado, yace el esqueleto sobre un reloj en el que el tiempo parece no pasar. Finalmente, el demonio con forma de mujer sostiene una manzana en la mano, como simbolizando el pecado.
La Diablesa desfila a hombros en la procesión del Santo Entierro de Cristo, dirigida por los costaleros de la pedanía oriolana del Rincón de Bonanza. Lo más curioso de este grupo escultórico es que, como simboliza el demonio, tiene prohibida la entrada a las iglesias.
Por esta razón, cuando la Diablesa llega a la Catedral sigue el recorrido por la calle Mayor, mientras el resto de la procesión sigue hacia el interior del templo religioso. Una vez los costaleros alcanzan la plaza Marqués de Rafal, la Diablesa se reincorpora y continúa con la procesión.
Tras la Guerra Civil, 'La Cruz de los Labradores' tuvo que ser restaurada, y de ello se encargó el escultor Sanchez Lozano. Actualmente, la escultura se expone en el Palacio Episcopal de Orihuela.