Los cinco mejores parajes forestales de la provincia de Alicante: el bosque mediterráneo
El clima no ha permitido que muchos de los antiguos bosques sobrevivan, pero aún así, Alicante cuenta con varias 'joyas' de incalculable valor medioambiental.
El déficit pluviométrico (general) de la provincia de Alicante no ha dado lugar a la pervivencia de muchos bosques frondosos. El distinto régimen climatológico de la provincia, particular en cada comarca, no obstante, ha permitido que en la umbría se den bosques de mucha importancia biológica. La estrella, sin duda, es el Parque Natural de la Font Roja en Alcoy.
Así, como explican los profesores Jorge Olcina y Carlos J. Baños en El agua en la provincia de Alicante (Canelobre 70), Alicante cuenta con comarcas como la Marina Alta "que nada tiene que envidiar a las zonas españolas de clima atlántico", mientras que otras tienen "valores anuales semidesérticos". De este modo, los datos varían entre una precipitación media anual de 812,4 mm de Pego a los 295,4 mm de Pilar de la Horadada.
1 | La Font Roja (Alcoy-Ibi)
Se trata del bosque de carrascas con roble valenciano de la Comunidad Valenciana, según explica la web del Patronato de Turismo Costa Blanca, "con un importante cortejo florístico que lo acompaña, con especies como el durillo, la genista y un importante estrato lianoide formado por hiedra, y madreselvas. Además, podemos encontrarnos con tejos y arces".
Se trata de una zona de importante valor natural y paisajístico en el que se diseminan algunas antiguas Masías (vivienda, establo y corral), y cavas o pozos de nieve. El espacio natural protegido abarca unas 2.298 hectáreas y comprende la alineación montañosa de l’alt de Sant Antoni, el carrascal de la Font Roja y la Teixereta. También, la cumbre del Menejador, con 1.356 m de altura es la cota más elevada del parque.
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En la umbría, el visitante puede reconocer especies como el petirrojo (Erithacus rubecula) y el reyezuelo listado (Regulus ignicapillus), el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), el carbonero común (Parus major), el agateador común (Certhia brachydactyla), el arrendajo (Garrulus glandarius) y el cárabo común (Strix aluco).
También mamíferos como el jabalí (Sus scrofa) , la gineta (Genetta genetta), la comadreja (Mustela nivalis), el gato montés (Felis sylvestris), o el tejón (Meles meles). Y aves como el gavilán común (Accipiter nisus) o el azor común (Accipiter gentilis), el águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus), la garduña (Martes foina) y el búho real (Bubo bubo).
En la solana, los reyes la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), la víbora hocicuda (Vipera latastei), la culebra de escalera (Elaphe scalaris), la culebra lisa meridional (Coronella girondica) y el lagarto ocelado (Lacerta lepida).
2 | Sierra de Mariola (Alcoy, Cocentaina, Muro, Agres, Alfafara y Banyeres)
El Parque Natural de la Sierra de Mariola es la zona más importante de bosques de la provincia de Alicante, donde abundan las carrascas, fresnos floridos, arces, tejos, y las plantas aromáticas y medicinales que dan lugar el "Herbero", bebida espirituosa con DO de Alicante. No en vano, sus grandes extensiones tienen más de 1.200 especies diferentes de flores.
Dentro de la sierra se encuentra la Tejeda (Teixeda) de Agres, la más meridional de continente y la mayor de la Comunidad Valenciana (Taxus baccata) y una de las mejores rutas boscosas de la región, que sale desde Banyeres hacia Bocairent, el Nacimiento del río Vinalopó (que da nombre a tres comarcas de Alicante).
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3 | Rabosa-Maigmó (Agost-Petrer-Tibi-Castalla)
Las dos vertientes del macizo del Maigmó (y la Sierra del Cid), hacia Petrer (solana) y hacia Castalla (umbría), guardan en su interior pequeños bosques muy atractivos para atravesar a pie con un nivel de dificultad media para el visitante.
En su fauna autóctona (o no) destacan el jabalí y el arruí, el erizo común, la musaraña, la musarañita, el lirón careto, el conejo, la liebre, el zorro, el gato montés, la gineta o la garduña. Reptiles singulares como Y aves como el búho real o el gavilán europeo, el errerillo capuchino, carbonero común y garrapinos, oropéndola, calandria, totovía, cogujada, pinzón vulgar, verdecillo o el jilguero. También reptiles como eslizón ibérico, la lagartija ibérica, el lagarto ocelado, el sapo común, el sapo corredor, el sapo partero común o la rana común.
Se trata de pinos y carrascas típicas del paisaje mediterráneo, coscoja y alguna que otra encina que en el pasado debió ser más abundante, y que adelantan al turista la cercanía al mar. Además, hay una vía verde construida como plataforma de un tren durante la dictadura de Primo de Ribera este ferrocarril. Sin embargo, nunca llegó a completarse la infraestructura.
Por el otro lado, las pinadas se extienden hasta el Embalse de Tibi y hasta el Xorret del Catí (en Castalla), una joya paisajística de primer nivel: "una antigua “mina” de agua, (de la que brota un xorret) que abastecía a estas masías y que ha sido restaurada por la Diputación con fines recreativos", explica en su web el Patronato de Turismo Costa Blanca.
4 | Los Valles de la Marina (Ebo-Gallinera-Alcalá-Laguar)
El turismo interior en la provincia de Alicante cuenta con cuatro valles que combinan frondosos bosques con cultivos de montaña mediterránea y pueblos de ensueño. Son el Vall d'Ebo, Nall de la Gallinera, Vall d'Alcalá y vall de Laguar. Ninguno tiene un bosque gran superficie pero sí grandes zonas boscosas intercaladas entre las montañas.
Cada uno cuenta con espacios singulares como el Barranco del Infierno (Vall de Laguar-Vall d'Ebo). O la ruta de los pueblos en la rambla de Gallinera encajonada por las Sierras de Les Solanes, del Almirante y de la Sierra Foradá que comunica con el Vall d'Alcalá que es única en el florecimiento de los almendros y las cerezas.
5 | Palmerales (Elche-Orihuela)
No se trata de bosques propiamente dichos y su situación combina el espacio natural con el urbano. Los palmerales (especialmente el de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad), forman parte de la fisonomía autóctona de la provincia.
Se trata, según la información municipal disponible, de "un paisaje cultural único, de valor sobresaliente y significación universal, es el corazón, orientado a la horticultura intensiva, de un sistema de regadío establecido por los fundadores la ciudad islámica de Elche, hace un milenio".
Con más de 200.000 ejemplares y unos 50.000 en los viveros municipales dispuestos a ser plantados, el palmeral ilicitano es el mayor de Europa. Y da lugar a dos de los productos más típicos de Elche: la Palma Blanca y los dátiles.
El palmeral de Orihuela (San Antón) es, tras el de Elche, el segundo más grande de Europa ocupando una extensión de 16.580 metros cuadrados. Como el de Elche, su principal ejemplar es la Phoenix dactylifera. Su reconocimiento es, no obstante, continental considerándose Lugar de Interés Comunitario por la Unión Europea, dentro de la red Natura 2000.