La preocupante evolución de la Comunidad Valenciana en el último mes ha obligado a la Generalitat a echar el freno a la desescalada e imponer nuevas restricciones a la movilidad y a las reuniones. La medida estrella es el toque de queda de 1 a 6 de la madrugada, una restricción que se ha implementado en 32 municipios (30 de ellos en la provincia de Valencia) con el aval del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana.
Ahora Ximo Puig y sus socios quieren extender ese toque de queda ante el avance de la pandemia, por lo que han solicitado al alto tribunal autonómico el aval para imponerlo en nuevas localidades.
Sin embargo, ¿está funcionando el toque de queda? La evolución de los 32 municipios a los que lleva afectado semana y media da una buena medida de su utilidad, tanto por el dato de incidencia acumulada como por el balance de casos confirmados por PCR positiva en las últimas dos semanas. Estos dos datos se pueden consultar en la base de datos del Consell.
Y la conclusión es que, de los 32 municipios, solo seis han visto reducidos sus casos: Benicàssim, Alboraia, Benifaió, l'Eliana, Mislata y Tavernes Blanques. En Vilamarxant se han quedado igual, por lo que podría decirse que se han estabilizado.
En cuanto a la incidencia, todas las localidades siguen superando el riesgo extremo (de 250 casos por 100.000 habitantes) y solo una, San Vicente del Raspeig en Alicante, tiene una incidencia inferior a 400 (381,5). Pero también es cierto que partía de una cifra mucho más baja (190), y que en la última semana y media se ha disparado.
Los datos completos, actualizados el pasado lunes, son los siguientes. Tras el municipio viene su incidencia (casos por cada 100.000 habitantes), mientras entre paréntesis se recoge el incremento (o disminución) de contagios en los últimos 14 días, confirmados por PCR:
San Vicente: 381,5 (+75).
Benicàssim: 844 (-10).
Valencia: 845,27 (+478).
Alaquàs: 484 (+3).
Alboraia: 893,25 (-3).
Aldaia: 655,2 (+38).
Almàssera: 403,86 (+31).
Benaguasil: 675,2 (+16).
Benetússer: 546,67 (+16).
Benifaió: 708,98 (-3).
Bunyol: 1231,84 (+31).
Burjassot: 748,08 (+56).
Catarroja: 468,4 (+19).
El Puig: 527,64 (+5).
Gandía: 881,29 (+147).
L’Eliana: 680,75 (-10).
Meliana: 656,34 (+5).
Mislata: 546,03 (-8).
Moncada: 440,49 (+4).
Paterna: 672,91 (+65).
Picanya: 456,66 (+4).
Picassent: 620,8 (+26).
Puçol: 567,46 (+20).
Quart de Poblet: 406,99 (+2).
Requena: 715,51 (+1).
Riba-roja del Túria: 733,71 (+37).
Sedaví: 452,31 (+3).
Silla: 712,86 (+29).
Tavernes Blanques: 455,33 (-5).
Utiel: 759,29 (+17).
Vilamarxant: 444,85 (igual).
Xirivella: 804,72 (+33).
El toque de queda afecta fundamentalmente a la movilidad nocturna. De hecho, tanto ese toque de queda como la limitación de las reuniones a diez personas, el cierre del ocio nocturno y la prohibición de vender alcohol de cualquier graduación a partir de las ocho de la tarde van encaminadas a atajar el mismo problema: los contagios entre los jóvenes, que son ahora mismo la población más vulnerable por estar sin vacunar.
La Comunidad Valenciana tiene además un problema añadido con esto, porque está a la cola de España en la vacunación a los menores de 40 años. En este sentido, la región ha empezado esta semana con los veinteañeros, pero solo en determinadas zonas de interior. El suministro de dosis generalizado está previsto para finales de julio.