"Pero ¿esto pasa aquí?", es una pregunta recurrente entre ciudadanos e incluso sanitarios, reconoce la trabajadora social Leticia Beltrán, que la gente se hace cuando se menciona la mutilación genital femenina (MGF), una práctica vinculada a determinadas culturas y religiones de una parte de África, cuyos habitantes que emigran a Europa se traen consigo.
Los datos apuntan a que, solo en la provincia de Alicante, existen 787 menores de 15 años en riesgo de sufrirla. Es por ello por lo que las diferentes comunidades autónomas acordaron en 2015 llevar a cabo un plan de actuación para frenar cualquier intento de una costumbre que está penalizada por ley al considerarse violencia de género.
Bajo este contexto, el Hospital del Vinalopó, que da cobertura médica a Elche, Crevillente y Aspe, entre otras localidades, se ha convertido en pionero en el diagnóstico precoz de la MGF gracias al trabajo de profesionales como la ginecóloga María Vizcaíno o Beltrán. Su trabajo, de larga distancia y delicado, ha dado como resultado la detección de 37 mujeres con el clítoris mutilado en sus infancias -a las que se les ha ofrecido la posibilidad de la reconstrucción- cuando vivían en sus países de origen, los más habituales: Mali, Senegal, Nigeria, Mauritania y Gambia.
De ellas, y teniendo en cuenta que se trata de una antigua tradición que pasa de madres a hijas, sus 30 niñas pasar a ser susceptibles de sufrir la MGF en una visita que hagan a sus países. Y, de momento, todas las que lo han hecho, han vuelto a la provincia sin haber sido mutiladas. ¿Por qué? "Porque la concienciación y sensibilización en la que hemos venido trabajando ha sido un éxito", defiende la trabajadora social.
Leticia Beltrán insiste en que, cuando se entrevistan con las mujeres, "es importante escucharlas porque no entienden que la mutilación genital es un problema" que tienen "normalizado". Tanto, que se dan casos de chicas que desconocían estar mutiladas porque sus familiares nunca les habían dicho que lo estaban al tratarse de un tema que, entre madres e hijas, no se suele mencionar.
El viaje ritual
Esta profesional es consciente de que, además de la falta de conocimiento que existe en España sobre esta práctica, se une un "infradiagónistico" en consulta debido a que el personal no está formado para ello (ni concienciado). Por eso aprovecha cualquier ocasión, como la charla que ofreció hace una semana en la Universidad de Alicante o esta entrevista para recordar la importancia empatizar con estas personas "para evitar juicios de valor".
"Nuestra filosofía es trabajar desde el respeto y reforzar los valores positivos de su propia cultura porque no deja de ser algo privado que ellas viven con mucho tabú, de puertas para adentro". Solo así se entiende la importancia que tiene la MGF en estos países, donde existe una alta tasa migratoria que no impide que se lleve a cabo en lo que ella llama "viajes ritual".
Son viajes que los padres organizan de visita a sus familiares y aprovechan que su hija es menor (desde un bebé hasta adolescente) para mutilarle el clítoris. El Vinalopó trabaja en concienciarles antes del viaje para que no lo hagan. Al final, como demuestran los datos, logran volverse a España sin caer en "la presión familiar". "Firman un compromiso preventivo con nosotras de poder revistar a su hija tras el viaje", aduce Beltrán.
Llegados a este punto, cabe entender que, además de la presión social, a la menor se le enseña, en esos países en las comunidades africanas de España, que "para ser aceptada socialmente", tiene que haber sido mutilada.
"Es un problema estructural que necesitará mucho tiempo para erradicarlo", avisa. A este respecto, por ejemplo, esta trabajadora social recuerda que después de trabajar la concienciación con una madre cuyo marido estaba presente en los encuentros para hacer de traductor, y sintiéndose Beltrán confiada en que lograría convencerlos dado que la pareja "estaba muy occidentalizada", se despidieron y el hombre le espetó: "tú tranquila que en nuestro país la mutilación ya no la hacen las parteras, sino los médicos".
Al final, resume, existe un "conflicto de lealtades con la comunidad de origen" y, cuando deciden no mutilar a sus hijas, están desafiando un sistema patriarcal que demuestra la "valentía" de las madres y padres, de la que sale ganando la salud física y psicológica de la menor.