Orihuela

226.169,81 euros. Esa es la cantidad que debe abonar Bayer a Cristina en concepto de indemnización tras la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Orihuela. Atrás queda "el calvario" de esta auxiliar de Enfermería para que los sanitarios le hicieran caso tras los numerosos daños acreditados que le ha causado el anticonceptivo Essure -y que le sigue causando-, incluido un embarazo no deseado. Y atrás también queda, y a la espera del recurso presentado ante la Audiencia de Alicante por parte de la multinacional, la victoria judicial de un bufete murciano, la primera en España tras numerosos intentos de otros despachos, que abre la vía a miles de reclamaciones de mujeres que han pasado por la misma pesadilla hasta su retirada del mercado en 2017.

El caso de Cristina -nombre ficticio solicitado por ella misma- comenzó a principios de 2014, explica, cuando solo le pudieron poner el muelle en la trompa de Falopio izquierda. Solo después de varios intentos le lograron poner el dispositivo en la trompa derecha un año después. Entonces tenía 38 años y con dos hijos, había decidido plantarse. "En una revisión rutinaria, mi ginecóloga de la Seguridad Social me propuso este anticonceptivo y, sabiendo que yo no toleraba casi nada, me dijo no tenía hormonas y que no hacía falta cirugía, por lo que pensé que era el método del siglo", aduce esta murciana. 

Pero lo que al principio era una leve "sensación rara", se convirtió una vez que tenía el anticonceptivo en las dos trompas en "reglas muy dolorosas y con hemorragias, dolores de cabeza insoportables, contracciones uterinas como si estuviera a punto de parir, erupciones cutáneas, fatiga, dolor articular, ansiedad, insomnio, gases, dolor pélvico, pérdida abundante de cabello o pérdida de memoria en ciertos momentos", relata ahora. 

Embarazo no deseado

A estos síntomas le siguieron "infinidad de visitas a Urgencias y al médico de cabecera" y se volvía a casa sin un diagnóstico y con la resignación por sentirse incomprendida. "Me trataban como a una loca", sentencia, un sentimiento con el que coinciden numerosas víctimas del Essure con las que ha hablado este periodista. Pasaron los meses y se acrecentaba el dolor, "con la sensación de que tenía algo en mi útero y pensé que no podía estar embarazada, por lo que tenía que ser un tumor enorme por las contracciones uterinas", rememora. Pero de nuevo, en Urgencias le decían que era imposible que estuviera encinta. "Vete tranquila que eso no puede ser", asegura que le dijo una sanitaria en febrero de 2016.

Y lo fue. En mayo de aquel año, "ante el asombro de todos lo que me atendieron", le confirmaron el embarazo y optó por la interrupción al desconocerse los efectos que tenía el Essure en el feto. A partir de entonces, "ya no pensaban que estaba loca y se dieron cuenta de que lo que me estaba pasando no era normal", relata Cristina. 

Intervenciones para retirarlo 

Los sanitarios decidieron que había que retirarle el dispositivo Essure, pero no fue tan sencillo y al final Cristina necesitó hasta cuatro intervenciones quirúrgicas. En su primera visita al quirófano, en octubre de 2017, si bien le extirparon las trompas de Falopio, ella seguía encontrándose mal, por lo que comprobaron que el anticonceptivo seguía en su organismo: había migrado al útero. 

La inflamación que padecía por su intolerancia al níquel tras las pruebas de alergia llevó de nuevo "rápidamente" a intervenirla el 22 de diciembre de aquel año. Le quitaron el útero, cavidad y el cuello uterino. Le dieron el alta sin que su suerte hubiera cambiado porque a los días, en al principio de la Navidad, volvió a Urgencias con "fiebre y malestar general", así como otras visitas posteriores por problemas intestinales. 

Y el 8 de marzo de 2018 acudió de nuevo a Urgencias "más muerta que viva por una apertura de la cúpula vaginal", debido a una fisura de su paso por el quirófano, cuya sutura "aún me han dejado secuelas en las relaciones sexuales".

Secuelas actuales 

El historial médico de Cristina en relación con el Essure no concluye aquí. Reconoce que se encuentra "mejor en comparación con lo mal que estaba". "Ya no me quería morir del dolor de cabeza tan extremo o de la ansiedad tan dura", por ejemplo. En cambio, ha quedado acreditado en el juicio la dispareunia, las relaciones sexuales con dolor en el coito, "y eso va a ser de por vida", apunta. 

Sin embargo, no ha quedado como hecho probado la incontinencia urinaria, "es un síntoma frecuente en la mujer multípara", aduce uno de los peritos que recoge el auto. Pese a ello, Cristina asegura que tiene que ir cada 45 minutos al baño a miccionar, lo que le ha dificultado en su tarea laboral. "En mi último trabajo como auxiliar de Enfermería estaba tan apurada que acababa usando los aseos de los pacientes y ya no pude continuar trabajando". 

En el paro, le preguntamos si se ha quedado satisfecha con el fallo judicial. "Teniendo en cuenta todo lo que he pasado, lo que podía haberme pasado y todo lo que me queda por delante, diré que es justa, pero habrá que esperar a la apelación", responde. "Al menos en mi caso, mi familia ha sido comprensiva como situación porque conozco otras mujeres con daños por este anticonceptivo que sus maridos han pedido el divorcio", concluye. 

El bufete de abogado

Detrás de esta demanda civil, cuya sentencia en primera instancia fue de septiembre de este año, está "un mediano despacho" de Murcia, López-Alcázar Contreras Abogados, especializados en derecho sanitario. Su máximo responsable, Paulo López-Alcázar, explica que, a diferencia de otros bufetes españoles, su estrategia, de momento exitosa a la espera de la apelación final, ha consistido en presentar el caso del dispositivo de Bayer como "producto defectuoso".

La repercusión de la sentencia les ha llevado a recibir llamadas de letrados de otros países, como Francia, donde -como en numerosos países del mundo- el anticonceptivo Essure también ha dejado un reguero de reclamaciones. Este hecho también lo confirma la abogada Noemí Nanut, encargada del caso de Cristina. "Recibimos cientos de llamadas, pero por razones de confidencialidad preferimos no decir cuántas mujeres estamos atendiendo", responde. 

Desde 2017, esta letrada se metió de lleno en "investigar todo los posible para poder obtener toda la documentación administrativa" del producto, porque esto ha quedado claro tras el juicio, "el producto es defectuoso sobre todo en cuanto a la documentación". "Me centré en reunir muchos documentos teniendo en cuenta que, como dice la ley, la documentación adjunta al producto, es parte del producto". 

Y la documentación "no estaba lo suficientemente actualizada sobre la información de los efectos adversos". Así, en un principio "se advertía de que las personas con alergia al níquel se podrían ver afectadas, pero no indicaban que se tenían que hacer un test previo, pero al menos lo mencionaba", avanza en conversación telefónica, "pero luego eso lo quitaron con el razonamiento de que a muy pocas mujeres podía afectarles", sostiene.

"¿Por qué ha habido tantos testimonios de mujeres, recogidos por los medios, que aseguraban que las tachaban de locas?", se pregunta. "Porque ha habido desinformación absoluta de los médicos, ginecólogos y personal sanitario" sobre los efectos adversos. "Nuestro éxito ha sido probar que el Essure no se acompañó de una información adecuada sobre los efectos secundario", concluye esta abogada.

Por todo ello, reclamaron para su clienta 650.000 euros, de los que han sido finalmente reconocidos 226.000. De cara a futuras demandas, recuerda que un factor a tener en cuenta es la prescripción del delito. "Me han llamado mujeres que, por desgracia, ya les ha prescrito", por lo que les recomiendan contratar a un abogado "cuanto antes".  

Noticias relacionadas