Un cadáver y un infectado de ébola: el gran simulacro al que se ha enfrentado el Puerto de Alicante

Cómo gestionar la llegada de un buque con un fallecido y un enfermo de ébola. Ese ha sido el reto del Puerto de Alicante este jueves, donde ha tenido lugar este jueves un gran simulacro organizado por la Armada Española y por la Subdirección General de Sanidad Exterior como organismo competente en las actividades de vigilancia y control de los riesgos para la salud pública en los puntos de entrada marítimos. La idea no era otra que poner a prueba los planes y protocolos de las instalaciones portuarias ante una emergencia de salud pública en las fronteras marítimas.

Entre el amplio dispositivo de sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, otros organismos de la seguridad marítima y colectivos como la Comandancia Naval de Alicante, la autoridad portuaria o Cruz Roja, ha estado presente una funeraria del grupo ASV, encargada de atender la recogida y tratamiento de un cadáver en circunstancias de posible brote contagioso.

El escenario escogido ha sido de máximo riesgo: la llegada de un buque carguero con bandera española procedente de Nigeria que da la señal de alarma porque en su interior viaja un fallecido y otro con síntomas compatibles con fiebre hemorrágica, también conocida como ébola. 

Funerarios se colocan el material EPI para el simulacro.

Se trata de un ejercicio de amplio alcance que simula in situ una respuesta global y coordinada a través del cual los participantes han podido revisar los procesos implicados en la preparación y respuesta a este tipo de eventos, así como los papeles y la coordinación de todos los organismos y entidades implicadas. Al ser un simulacro multidisciplinar han ido actuando los diferentes organismos en orden de sucesión de hechos.

No mover el cadáver

La actuación de los servicios funerarios entra en juego una vez que el buque atraca en puerto y los servicios sanitarios correspondientes han actuado con el enfermo. El protocolo de recogida y tratamiento de cadáver en circunstancias de posible brote contagioso escenificado por esta mercantil marca que en estas circunstancias no se debe mover el cadáver y la estancia en la que se encuentra debe quedar cerrada y precintada hasta su apertura en puerto por parte de las autoridades competentes.

Momento en el que se traslada el cadáver simulado.

La Guardia Civil informaría al juzgado de guardia, al Instituto de Medicina Legal y Ciencia Forense y a la empresa de servicios funerarios, quedando a disposición del juzgado para actuar como policía judicial.

Han colaborado así en este ejercicio dos funerarios "con dilatada experiencia profesional con sus respectivos equipamientos EPIS antirriesgo biológico", asegura la compañía en un comunicado. Y, por otra parte, se han aportado otros recursos como es el caso de un furgón judicial equipado con féretro y equipos de movilización de difuntos.

Y es que ante estas situaciones una vez que los forenses hacen las pertinentes recogidas de muestras, los funerarios, debidamente vestidos con los equipos de protección individual, acceden al buque con la camilla e introducen al cadáver en el sudario estanco para una vez fuera de la embarcación meterlo en el féretro sellado para su posterior traslado en el vehículo funerario.

En este sentido, ASV asegura que se diferencia "por utilizar bolsas sanitarias de recogida de difuntos 100% herméticas, con sistema de doble cierre y banda adhesiva, y biodegradables cuyos materiales las hacen aptas para inhumación o cremación". Además, durante la posible incineración no emite residuos tóxicos que superen las normas de emisiones.

Este simulacro ha sido uno de los trece escenarios que se han llevado a cabo durante el ejercicio de seguridad marítima MARSEC-2022, que bajo la coordinación general de la Armada, se ha ejecutado entre los días 9 y 20 de mayo en distintas localizaciones de la geografía española y en los que han participado diversos organismos e instituciones relacionados con el entorno marítimo.