Guillermo Ríos deja Avanza Zaragoza: "El comité tiene una muy buena oferta sobre la mesa, tanto como para cerrar"
- Ríos pone rumbo a Cataluña tras cinco años en la capital y dice que seguirán negociando mientras los representantes no entreguen su acta de dimisión.
- Más información: El comité del bus urbano de Zaragoza dimite en bloque, convoca elecciones y paraliza la negociación del convenio.
Guillermo Ríos, ingeniero en Organización Industrial por la Universidad de Navarra y director de Avanza en Zaragoza desde abril de 2018, pone rumbo a Cataluña, donde ya estuvo 14 años trabajando, tras un lustro en el que ha tenido que hacer frente a la electrificación de la flota y a la huelga más larga en la historia de la ciudad.
En el último año, el servicio ha crecido por encima del 10%, superando las estadísticas previas a la covid-19. Ríos se muestra convencido de que el acuerdo por el nuevo convenio está cerca. Al menos, lo estaba hasta la dimisión en bloque del comité, a quienes insta a dejarse de rencillas personales y mirar por el conjunto de la plantilla.
Su sustituto será Carlos Agulló, de Madrid, que tomará el relevo a principios de enero.
¿Qué Avanza se encontró al llegar y qué Avanza deja cinco años después?
Cuando llegué me centré en continuar el proyecto de la compañía. Al final, la empresa tiene una filosofía que va más allá de las personas. Lo que hice fue retomar el trabajo que venían haciendo mis compañeros antes que yo. Seguimos intentando orientarnos lo máximo posible al usuario del servicio, apostar por la innovación y el cambio. En definitiva, que la empresa fuera cada vez más eficiente, buscara la excelencia operativa -con porcentajes de puntualidad y fiabilidad por encima del 90% como tenemos ahora- y se consolidara y creciera en número de viajeros.
Este 2024 ha sido el mejor año en cuanto a crecimiento, con un incremento por encima del 10%, y ya hemos superado nuestro pico, que eran los viajeros diarios que llevábamos en el 2019.
¿Con qué cifras ha cerrado el servicio este 2024?
Falta acabar el mes para tener el dato cerrado, pero lo interesante es que ya en una época de consolidación, habiendo superado la pandemia, ha habido un crecimiento por encima del 10%. Es una muy buena noticia para el transporte público, estamos hablando de entre 310.000 y 320.000 viajeros diarios en autobús.
El tranvía también va a acabar entre los 100.000 y los 110.000. En conjunto son más de 400.000 viajeros diarios, una cifra muy importante para una ciudad de 700.000 habitantes.
¿Ha sido 2024 un año de despegue? En los últimos no se habían registrado crecimientos tan importantes.
La gran diferencia del 2024 es que, aunque otros años había crecimientos altos porque la caída provocada por la pandemia había sido muy grande, este 2024 viene de un año consolidado como fue 2023. Es un ritmo muy importante.
¿Se ha hecho larga la recuperación tras la pandemia? Se han necesitado años para recuperar las cifras habituales...
Es que la situación fue muy grave y cambiaron mucho los hábitos, aunque poco a poco se han ido recuperando. Se ha podido ver en todos los sectores. En 2020 se vivió una reducción muy importante, en 2021 se fueron recuperando las cifras y en 2022 y 2023 se recuperaron prácticamente al 100%.
¿Cómo está Zaragoza en materia de autobuses respecto a otras ciudades?
Es una ciudad que destaca realmente por su transporte público en autobús. Aquí hay varios componentes. Primero, hay una apuesta muy clara del Ayuntamiento de Zaragoza, y esto es de agradecer. Siempre que, por ejemplo, hemos querido hacer cualquier prueba piloto nos han facilitado las cosas.
¿Cómo estamos en relación a otras ciudades? Nosotros solemos hacer comparaciones de viajero por kilómetro en el uso del transporte público a autobús, y Zaragoza siempre está entre Madrid y Barcelona, o entre Barcelona y Madrid. Las tres están por encima de los cinco viajeros por kilómetro y de ciudades similares a Zaragoza en tamaño como Sevilla, Valencia o Málaga.
En común tienen la apuesta por la electrificación. Aquí no se hizo poco a poco, sino que se llegó al 20% de la flota de manera inmediata. Un proyecto de esa magnitud no se había asumido nunca y por eso ahora tenemos constantemente visitas de otras ciudades que quieren conocer cómo se actuó en su momento. Zaragoza se ha convertido en un ejemplo para muchas de ellas.
El de cocheras fue un proyecto muy atractivo en el sentido de que se hizo sobre una infraestructura que ya estaba funcionando. No se creó una nueva. Todos los coches tenían que entrar y salir y la obra, parar.
¿Cómo va la electrificación actualmente? ¿Cuándo llegarán los nuevos buses de Mercedes?
Ie tram vinieron 68 y de Mercedes tienen que llegar 40. Empezarán a hacerlo poco a poco a partir de este mes de enero. Cada mes irán entrando coches. Los trabajos en la instalación empezaron ya hace un par de meses. Además, la obra de ingeniería en cuanto al suministro aguas arriba ya estaba hecha. Se está siguiendo el plan director que diseñamos en su día, con adaptaciones en cocheras a medida que van incorporándose vehículos.
¿Cuándo podrán verse entonces por las calles?
Cuando llegan se les hacen pruebas y adaptaciones hasta que se les da el visto bueno, pero si los entregan en enero ya el mismo mes, enero o febrero, pueden empezar a salir coches. Lo importante es que vayan llegando e ir poco a poco metiéndolos en el servicio haciendo las pruebas necesarias. La ventaja es que es un modelo que ya hemos probado aquí en diferentes fases y periodos. Por tanto, lo conocemos bien.
¿Cuál ha sido su mejor momento en estos años? ¿Y el peor?
Más que ir a un momento concreto, tengo que dar las gracias porque desde el primer día que vine aquí el trato conmigo ha sido exquisito a todos los niveles. Primero, desde el Ayuntamiento de Zaragoza. Tanto a nivel político como técnico, la relación ha sido extraordinaria y siempre han apoyado al transporte público y todo lo que hemos propuesto.
Pero también quiero dar las gracias a todas las empresas que han colaborado con nosotros y a los medios de comunicación, que han tenido siempre un trato muy correcto. Y, como no puede ser de otra manera, tengo que agradecer también a todas las personas que han trabajado conmigo, desde mis colaboradores más directos al conjunto de la plantilla.
Las discusiones se han quedado en la mesa de negociación. Después, el trato ha sido bueno entre todos. En la plantilla hay muy buenos profesionales y no se les puede poner ningún ‘pero’. Estamos muy contentos con la gente que tenemos trabajando, son gente muy comprometida.
En cuanto a los malos momentos, siempre los hay. Sobre todo cuando ha habido algún tipo de accidente grave, eso siempre es muy duro, quizás lo peor. Tenemos una actividad muy intensa, estamos en la calle muchas horas durante el año y a veces se producen accidentes.
El comité ha anunciado su dimisión en bloque. ¿Cómo lo valora? ¿Qué efectos puede tener?
Lo hemos visto en los medios, pero a nosotros no nos han presentado las actas de dimisión. En cualquier caso, lo tenemos que respetar porque entra dentro de las dinámicas del comité.
Este jueves nos reuniremos en el SAMA. ¿En qué va a derivar esto? Ellos tendrán que decir. Nosotros tenemos que ser respetuosos y negociar siempre con el comité que esté, no cabe otra. Ellos saben que, más allá de las discusiones, las relaciones son correctas. Si finalmente dimiten, el comité que entre probablemente sea muy parecido al que se va.
A lo mejor hay diferentes composiciones, pero creo que más o menos van a ser las mismas personas las que se presenten. Vamos a ver en qué acaba todo eso y seguiremos negociando. No puede ser de otra manera.
¿Pero habrá un impás en la negociación del convenio hasta que se resuelvan las elecciones?
Eso es algo que tenemos que ver, a ver en qué deriva esto. Imagino que en el SAMA nos explicarán, pero mientras las actas no estén o no hayan dimitido, nos sentaremos a negociar.
Llevan ya prácticamente un año negociando y no ha habido paros. ¿El clima es distinto al de anteriores convenios?
En esta negociación ha habido avances muy importantes. Desde el principio, las dos partes dijimos que íbamos a intentar negociar rápido y sin que se alargaran las conversaciones como en otras ocasiones. Por nuestra parte se han dado pasos muy importantes. De hecho, sobre la mesa tienen condiciones que mejorarían las que se firmaron en los dos convenios anteriores. Quisimos dar un cambio de rumbo, que la negociación fuera rápida y que no afectara al usuario del servicio.
Otra cosa es que en este momento de la negociación, llegado a un punto en el que estamos muy cerca, hayan vuelto a surgir algunos males del pasado en cuanto a disputas entre sindicatos. En el anterior convenio, uno de los principales problemas fue ese, el hecho de querer utilizar cualquier elemento para atacar al contrario.
Nosotros les hemos animado a que lo superaran, es un sinsentido. Confundir la negociación del convenio con una oportunidad para intentar atacar al sindicato que lidera o el sindicato que lidera atacar al resto para sacar rédito es un grave error que se ha venido haciendo mucho tiempo, pero porque lo hayan hecho muchas veces no quiere decir que sea correcto.
El convenio se tiene que quedar en el ámbito de la mesa de negociación, hay que salir de la cultura de tratar de llevarlo siempre a la calle para perjudicar al usuario del servicio. La otra vez ya se vio que eso no cambiaba las condiciones. No puede ser que uno haga una cosa y el otro la contraria no buscando el interés del conjunto de los trabajadores sino un tema sindical. Al final, todo eso se convierte en un ‘modus vivendi’ y acaba siendo el gran problema.
¿Considera entonces que ahora mismo hay una buena oferta encima de la mesa? ¿Tanto como para cerrar pronto la negociación del convenio?
Absolutamente. Al comité le dijimos que hiciera el ejercicio de poner la oferta que hemos hecho en el año 2020. Si se hubiera propuesto entonces, ellos estarían cobrando ahora más. Es verdad que el comité en su conjunto hasta el día de hoy no ha llevado a cabo ningún paro pero hay una parte que lo ha intentado y no le salió bien.
El problema está en no entender que tú puedes negociar sin paros, que es lo más maduro. Llegado el caso y la situación en la que estamos debemos ser capaces de hacerlo.
En unos meses habrá que sacar el nuevo contrato del bus. ¿Qué carencias cree que habría que corregir?
La red está creciendo más del 10%. Por lo tanto, está cubriendo necesidades y dando soluciones. En cualquier caso, siempre hay áreas de mejora. Y ahí puedes optar por introducir cambios puntuales que mejoren las relaciones de movilidad en la ciudad y las conexiones o hacer un cambio radical. El problema de esta última opción es que es más recomendable en redes o que no estén funcionando bien o que tengan otro tipo de problemas.
En Zaragoza, parece que todo va más encaminado a ir introduciendo mejoras como las que se pretenden aprobar ahora en cuanto a las líneas circulares, que mejorarían en un grado muy importante las conexiones y relaciones de movilidad en la ciudad.
¿Cómo se imagina el bus dentro de 10 o 15 años?
El transporte público en autobús ya es, pero va a ser la gran herramienta de las ciudades para conseguir los objetivos de sostenibilidad. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima tiene como objetivo para 2030 una reducción de un 23% de los gases de efecto invernadero.
Aquí, a nivel del transporte público hay dos vías de acción: el uso de vehículos menos contaminantes, y en ese caso la gran apuesta en el transporte urbano es la electricidad, y el incremento del servicio.
Para poder llevar a cabo los objetivos del plan, a nivel de España se tendría que aumentar más de un 50%. Obviamente, este esfuerzo tan grande no es algo que puedan asumir las administraciones locales. Desde el Estado se tiene que ver cómo se financia a las administraciones locales.
En este sentido, el transporte público es el gran instrumento. ¿Cómo lo vemos de aquí a cinco años? Pues si a día de hoy es intenso y ya tiene un protagonismo muy importante en las ciudades, sobre todo en las medianas y grandes, cada vez va a ser más importante. Se asocia a la calidad de vida y a la salud en las ciudades.
¿Qué consejo le daría a su sucesor?
Sobre todo, que venga con ilusión, ánimo y compromiso. He estado hablando con él estas semanas y sé que tiene las tres cosas. Viene con ganas de hacerlo bien y de continuar el proyecto y aportar. Se va a encontrar una ciudad muy acogedora con unas personas extraordinarias. Zaragoza es muy buen sitio para vivir y trabajar. Yo no tengo queja de nadie.