La Junta del Casco Histórico de Zaragoza reúne a los vecinos de César Augusto: "No nos han informado de nada"
La reunión celebrada este martes busca comunicar a los vecinos las afecciones al tráfico que comenzarán este miércoles con las obras, así como escuchar sus peticiones.
Este miércoles, 6 de noviembre, las máquinas regresan al entorno de la plaza Salamero en Zaragoza. Concretamente, las obras se ejecutarán en la avenida César Augusto, justo en la parte superior al parquin que se vino abajo en 2020.
Se trata de una de las arterias principales del Casco Histórico de Zaragoza, una zona muy transitada tanto por vehículos como por peatones. El corte al tráfico durante 10 meses de esta vía se enmarca en un proyecto de renovación de la infraestructura y la mejora del espacio urbano, que continuará con los trabajos iniciados en 2022.
No obstante, como toda afección de movilidad, ha generado gran incertidumbre entre los residentes y los comerciantes de la zona. En particular, el acceso a los garajes, el paso de los autobuses y la circulación de los clientes a los establecimientos son algunos de los puntos que más preocupan.
Falta de información
Así, las obras han levantado las quejas de los residentes y trabajadores, quienes han reclamado en cuestión "la falta de información" que han recibido por parte del consistorio. Así lo asegura el presidente de la Junta del Casco Histórico, Armando Martínez, quién señala que la comunicación oficial se ha dado a los afectados "de forma abrupta", lo que ha generado una "gran preocupación".
"Nos sorprendió tanto a nosotros como a los propios vecinos y comerciantes. Muchos se enteraron de los cortes de tráfico por la página web del Ayuntamiento, sin previo aviso y sin saber cómo iban a afectarles las obras, lo que ha provocado una gran alarma", ha confirmado el presidente de la Junta.
Por ello, junto a los técnicos de las áreas de Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, ha convocado este martes una reunión para explicar pormenores que se darán durante estos 10 meses en una avenida céntrica de la ciudad.
La reunión, que se ha celebrado a las 19:00 en la sede de la Junta, ubicada en la calle San Pablo. Una cita que ha contado con la presencia de una veintena de vecinos, quienes han podido resolver algunas de sus dudas, así como conocer las alternativas de movilidad que se contemplan.
De hecho, según Martínez uno de los objetivos principales de la reunión es "garantizar que se tomen en cuenta las sugerencias de los vecinos y comerciantes para minimizar las molestias". Además, ha destacado que aunque la obra es necesaria, es fundamental buscar fórmulas para "minimizar al máximo posible" los daños que estas puedan causar.
Propuestas vecinales
Entre las propuestas destaca "la posibilidad de permitir la circulación por el Coso en el tramo que actualmente es exclusivo para el tranvía, para poder acceder a César Augusto desde la parte baja de la ciudad", ha detallado el presidente de la Junta. También se ha sugerido que las obras se realicen en tramos más pequeños, de forma que solo se corte una dirección de la avenida a la vez y no ambas.
A la reunión también han asistido, como público, desde la Asociación Vecinal Calles Dignas, representada por Óscar Villanueva Martínez y Yolanda Galindo. Los tres han expresado su profunda preocupación ante las obras previstas en la avenida, que incluyen el corte al tráfico "durante casi un año entero". Los representantes también confirman que la falta de información y la magnitud de los cortes están generando una gran incertidumbre entre los vecinos y comerciantes de la zona.
"Nos han mandado cero información. Nada. Ni a los vecinos ni a los comerciantes. Nos enteramos de la obra de un día para otro", señala Yolanda Galindo, quien subraya que la falta de comunicación por parte del Ayuntamiento ha provocado un malestar generalizado en la comunidad. "Lo único que sabemos es que se va a cortar una avenida principal, en un barrio que ya está sufriendo una gran inseguridad. Aquí no pasan ni la policía, ni los vecinos, ni los autobuses. ¿Cómo van a resistir los negocios? ¿Y los vecinos, cómo van a aguantar la delincuencia sin poder ni salir de sus casas?", se pregunta Galindo.
La situación de seguridad en el barrio, que aseguran que es "ya comprometida", es uno de los puntos ante los que se muestran especialmente alarmados. "El barrio está aislado y marginado. Cortar una avenida tan importante solo va a empeorar las cosas", explica Óscar Villanueva. En su opinión, el corte del tráfico de esta vía durante casi un año tendrá efectos "muy malos" para los comercios, que son en su mayoría pequeños negocios familiares. "Lo que queda de comercio en la zona, ¿cómo va a aguantar casi un año sin poder recibir clientes ni realizar entregas?", se pregunta Villanueva.
Además, la asociación insiste en que la falta de acceso de la policía a la zona puede agravar aún más los problemas de seguridad. "La Policía Nacional tiene que pasar por aquí porque es una zona muy conflictiva. Si se corta el tráfico, vamos a estar aún más aislados, y la seguridad va a ser un problema muy serio", advierte Yolanda Galindo.
A pesar de la falta de comunicación oficial por parte del Ayuntamiento, los representantes de Calles Dignas proponen soluciones para reducir el impacto de las obras en la vida cotidiana de los vecinos y comerciantes. "La opción es muy clara", afirma Villanueva, "en una avenida con dos carriles en cada dirección, lo lógico sería cortar solo una mitad y dejar un carril para subir y otro para bajar. De esta manera, no se corta el acceso al transporte público ni se afectan tanto los negocios ni la seguridad".
"Hacen lo que les da la gana"
El problema, según Villanueva, es que "el Ayuntamiento ha hecho lo que le ha dado la gana sin contar con los vecinos ni los comerciantes. Este es su estilo: hacer lo que quieran sin escuchar a la ciudadanía". Un hecho que lamenta porque, bajo su juicio, "un consistorio no es su cortijo para que hagan lo que quieran, sino que debe representar los intereses de los ciudadanos".
Tanto Villanueva como Galindo creen la obra es necesaria, pero insisten en que las autoridades locales "deben escuchar las preocupaciones de los afectados", así como explorar soluciones que minimicen el impacto en la comunidad. "Lo que pedimos es una solución que no deje a los vecinos y comerciantes totalmente aislados", concluye Yolanda Galindo.
Martínez, por su parte, ha insistido en que todas estas propuestas serán valoradas por los técnicos durante la reunión y que "la prioridad" es encontrar soluciones viables que garanticen el menor perjuicio posible a los vecinos y comerciantes.