Zaragoza rearma su apuesta por el emprendimiento en Etopia, "el escaparate de todo lo que ocurre en la ciudad"
El concejal de Economía y Transformación Digital, Carlos Gimeno, detalla la apuesta por formar al talento local que se está haciendo desde el Ayuntamiento.
El concejal de Economía, Transformación Digital y Transparencia del Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos Gimeno, hace un balance "muy positivo" de los seis primeros meses de la reformulación de Etopia, un icónico equipamiento de más de 13.000 metros cuadrados situado a solo unos metros de la estación del AVE que abrió sus puertas en 2013 y está llamado a tener un papel activo en la revolución tecnológica y empresarial de la capital. El Consistorio no solo ha tratado de darle un discurso propio, sino que ha hecho que gigantes como Amazon o Microsoft se hayan fijado en él con propuestas pensadas para despertar vocaciones, formar talento y acelerar proyectos de emprendimiento.
Los cambios no quedan ahí. El Ayuntamiento trabaja ya en adecuar el espacio para dar cabida a más emprendedores y estudia nuevos planteamientos como la creación de una aceleradora para jóvenes de hasta 24 años en la que "lo más importante no sea llegar al éxito".
Todo esto se enmarca dentro de una estrategia de ciudad a 2030 que incluye la puesta en marcha de un asistente virtual con inteligencia artificial o un gemelo digital de Zaragoza, iniciativas que hasta ahora parecían de ciencia ficción y que comenzarán a dar sus frutos en 2025.
¿En qué momento tomaron la decisión de dar un giro a Etopia?
Cuando llegamos, Etopia era un espacio físico sin ninguna estrategia coherente. No era arte, no era emprendimiento, no era 'smart city'... Eran cosas oportunistas que juntas no tenían un sentido único. Y la oportunidad que se le vio fue que si Zaragoza se estaba convirtiendo en un polo de atracción de grandes inversiones, sobre todo tecnológicas, iban a cambiar mucho los equilibrios de la ciudad.
Y todo lo que va a llegar lo hace porque Zaragoza tiene algo que ofrecer. Más allá de una energía sostenible más barata o de un metro cuadrado o un coste de la vida más económico había una cuarta palanca, que era tanto el talento como el tejido que existía en la ciudad. Pero existía el riesgo de que ese talento y ese tejido fuera insuficiente para lo que el nuevo contexto iba a demandar. Y desde el Ayuntamiento nos planteamos cómo podíamos incidir en que lo que era una ventaja no se convirtiera en una barrera o un inconveniente.
Todo eso ocurrió hace seis meses, ¿qué balance hacen de este primer medio año?
El balance es muy satisfactorio. Podríamos decir que Etopia está ya al 95% de lo que esperábamos que pudiera ser. Hemos planteado tres patas. Una centrada en despertar vocaciones, otra en formar talento a cortísimo plazo y una tercera en la aceleración. Con las dos primeras hacemos muchas actividades, programas, jornadas de un día...
Con la aceleración hablamos del largo plazo. Queríamos tener diferentes proyectos de incubación dentro de la casa y que cada uno tuviera un relato diferente para que nadie de esta ciudad se quedase fuera. El espacio que había disponible está ya ocupado con un último traslado que está haciendo Zaragoza Activa, y lo que nos estamos planteando ya para el 2025 es seguir ganando y reconvirtiendo zonas de Etopia, porque dentro de los muchos miles de metros cuadrados que hay es un edificio que no resulta funcional ni operativo ni para esto en concreto ni en general para cualquier cosa.
"Etopia va a permitir sumar esfuerzos y multiplicar resultados. Se le está dando un relato. Hay inversores de fuera que han venido a Zaragoza porque se comentaba que algo está pasando en la ciudad"
¿Qué mensaje quiere trasladar Zaragoza a España y al resto de Europa con Etopia?
Etopia es el escaparate de todo lo que está ocurriendo y va a ocurrir en Zaragoza, de todo lo que sucede en cuanto a grandes inversiones, grandes proyectos y gente que se está preparando. Y no es un escaparate únicamente del Ayuntamiento, sino de todo el territorio. Ahí están colaborando empresas privadas, el Gobierno de Aragón... Con su posición estratégica al lado de la estación, Etopia va a permitir unificar todo lo que sucedía en la ciudad, sumar esfuerzos y multiplicar resultados. Se está dando un relato. Estos últimos días, hablando con inversores de fuera me transmitían que habían venido a Zaragoza porque se comentaba que algo está pasando en la ciudad.
En esta aventura no están solos. Está el Gobierno de Aragón Aragón, Microsoft, Fundación Hiberus, BSH, ¿es importante poder contar con la iniciativa privada?
Por supuesto. De las primeras grandes sorpresas positivas que tuvimos cuando apostamos por este planteamiento fue el paso adelante, desde el segundo uno, de la iniciativa privada, tanto de los que ya están, como Fundación Ibercaja, Fundación Hiberus o el clúster de Tecnara, como de las empresas que están llegando al territorio y quieren tener compromiso social como Amazon o Microsoft. Rápidamente vieron que Etopia era el sitio, mientras que con otras compañías como Google, que no tiene una presencia física pero sí quiere tener una presencia institucional de colaboración e impacto social, hemos firmado varios acuerdos.
Ese paso adelante no ha sido únicamente de un apoyo moral, sino económico. Aquí tengo que agradecer al tejido empresarial de Zaragoza, que estaba dormido esperando este empujón. Ha dado un paso adelante y no ha regateado ni en esfuerzos ni en recursos.
Cuando se anunció esta reformulación, no todo el mundo la entendió. ¿Cree que el tiempo les está dando la razón?
Por supuesto. Se intentó mezclar la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento con lo que era el proyecto de Etopia en sí mismo. Se trató de confundir, pero el sector tenía claro cuál era el proyecto. Fuimos contando uno a uno a los grandes actores en qué iba a consistir y ninguno tuvo ninguna duda de que era necesario, de que querían contribuir y de que existiese cualquier mínimo riesgo que pudiese perjudicar su imagen.
"Para aplicar la metodología Steam no hace falta hacer un máster o una carrera. Es una forma de trabajar, pensar, resolver problemas y relacionarse en equipo"
Hace unos días se anunciaba que Etopia iba a acoger la primera oficina Steam de la UE. ¿En qué se traduce este proyecto?
Aquí hablamos de despertar vocaciones. Es decir, de preparar a esa gente que va a ser el talento en nuestro territorio dentro de 5, 6 o 7 años. Desde el tejido empresarial siempre nos comentaban que el tipo de perfiles que ellos necesitan son muy diferentes a los que se dan actualmente. Somos un referente en educación universitaria, pero hacía falta algo más para competir a nivel mundial.
La metodología Steam es una forma de aprender y formarse con pensamiento crítico, disruptivo. Hay carreras, especialmente las científicas, las tecnológicas y las ingenierías, que llevan aplicándola desde hace tiempo. Cuando hablamos de Steam parece que tengamos que estudiar esas carreras, pero para nada. Un periodista, un abogado... Cualquier persona afronta retos todos los días de su vida en su trabajo. La forma de resolverlos, de pensar, de relacionarse y de trabajar en equipo... Todo eso es metodología Steam. Eso es lo que nos pedía el tejido empresarial y, por supuesto, que se hable inglés, imprescindible para comunicarse con el personal de otras sedes.
La primera acción concreta será el congreso que vamos a hacer el 6, 7 y 8 de febrero, donde se explicará a los ciudadanos, tanto a educadores como a futuros alumnos y a sus familias, en qué consiste esta forma de aprender.
En paralelo, Edelvives, que es un gran referente en educación, lleva tiempo apostando por educar a través de la metodología Steam y nos propuso participar en un proyecto que tenían que había resultado ganador de un encargo de la Unión Europea. En concreto, le pedían que estableciese qué es la metodología Steam, que fuese fácilmente replicable en cualquier ámbito educativo y que además se pudiera medir, evaluar y certificar como ocurre, por ejemplo, con los certificados de inglés.
Pero hasta entonces no habían tenido apoyo público. De hecho, se lo ofrecieron al Ayuntamiento de Bilbao y lo rechazó. A nosotros, en el momento en que nos lo contaron nos interesó y la Unión Europea lo acogió con los brazos abiertos.
¿En qué va a consistir? Primero, en hacer muchas actividades. Habrá mucha prueba y error, y todo se hará bajo este programa, del cual muchas cosas ocurrirán en Etopia. Se harán congresos, actividades con ese tipo de perfil de población...Muchas, muchas actividades, de las cuales algunas cosas se quedarán por el camino y serán solo pruebas piloto y otras acabarán convirtiéndose en ese proyecto que hay que presentar a Europa dentro de tres años.
Dentro de ese despertar vocaciones se va a hacer incidencia en el perfil femenino. ¿Cuesta más?
En el femenino y en el inclusivo. Si vas a carreras científicas, que son las que más aplican la metodología Steam, solo un 15% están ocupadas por mujeres. Hay que quitar los miedos y los tabús. De hecho, muchas fundaciones que en el último año se han puesto en marcha o que han reformulado sus objetivos están orientadas a esto. Es una realidad que la sociedad ha detectado a nivel global, no solo en Zaragoza.
Respecto a la inclusión, la idea es que esta forma de pensar disruptiva, de trabajar en equipo y de ser creativos no esté únicamente asociada a que alguien estudie un grado o un máster. Se puede aplicar a cualquier actividad de un centro sociolaboral. Llevamos 40 años haciendo lo mismo y esto supone llevar a todas esas personas otro tipo de aprendizaje.
"Hangar 73 va a permitir desarrollar proyectos descartados por los departamentos de I+D, ya sea porque las empresas no cuentan con recursos o porque han reorientado su estrategia. El primero se hará con BSH"
¿Cómo de importante es tener a quién acudir cuando tienes una idea o una necesidad de emprender?
Está clarísimo. Hasta ahora había muchas iniciativas que no se conocían. Las sabíamos los que las hacíamos, pero quienes las necesitaba no sabía dónde ir. Además, muchas iniciativas eran excluyentes entre sí. No hablábamos entre nosotros, varias atacaban el mismo problema, había otras que no atacaba nadie... Etopia va a hacer que la gente sepa dónde acudir. Ahí se le podrá dar una explicación y habrá muchas opciones, porque no todo el mundo necesita el mismo tipo de acompañamiento. La reformulación de Etopia nos ha permitido ponernos de acuerdo en qué hace cada uno. Como Ayuntamiento no le quiero robar a nadie su ADN, pero sí quiero transmitir qué está haciendo otra gente por si es necesario hacer cambios.
Esto, por ejemplo, lo entienden y lo hacen muy bien Amazon, Google o Microsoft. Ellos nos dicen: nosotros tenemos proyectos, pero decidnos lo que ya hay. Porque si Ibercaja u otros ya están centrados en el emprendimiento en niños, no me vengáis con otro igual solo porque el Ayuntamiento quiera tener el suyo propio.
Este año hemos hecho un mapeo de todo lo que había. De ahí ha surgido una gran alianza entre Ibercaja y Edelvives, que iban enfocados al mismo target de los colegios y ahora van a ir de la mano. Todo esto nos va a permitir decir a los que tienen que llegar dónde llegar.
Otro proyecto es el de Hangar 73. ¿Cuál es su filosofía? ¿Cuándo estará plenamente operativo?
Si hablamos de la aceleración, a día de hoy ya hay más de 100 'startups' dentro de Etopia. No hay más espacio, aunque esperamos ganar algo en el primer trimestre y que a lo largo del año que viene haya pequeños cambios que permitan que el edificio sea mucho más funcional.
Con la aceleración hemos querido que todo lo que venga sea diferente a lo que ya hay. Esto no es un número por un número, sino números y calidad.
Entonces, ¿qué es lo que teníamos ya dentro de Etopia? Estaba La Terminal, que está enfocada a la innovación tecnológica. Para cualquier 'startup' que quiera apostar por un emprendimiento relacionado con la tecnología, ese es su sitio.
Dentro del complejo está también el grupo Init en el CIEM, más centrado en innovación industrial abierta, y, por otro lado, Zaragoza Activa, una incubadora municipal sin ningún criterio limitante. El hecho de que esta última se vaya a Etopia hará que se duplique el número de 'startups' que se pueden acompañar durante los primeros tres años. Pero no es únicamente una cuestión de duplicar la capacidad y el espacio. Estar en Etopia hará que puedan aprovecharse de todo su ecosistema.
El siguiente proyecto que hemos metido ha sido Hangar 73, una iniciativa centrada en empresas de I+D con productos para los que no consideran su comercialización, bien porque no tienen recursos o porque la estrategia de la empresa ha cambiado. Lo que se va a hacer es que, cada vez que una compañía nos ceda un proyecto, la oficina técnica que gestiona Hangar 73 se encargue de buscar un equipo.
El primero se centrará en un pequeño electrodoméstico de BSH. La empresa ya había llegado al prototipo pero, en un cambio de estrategia, prefirió no desarrollar nuevas líneas. En este caso se ha buscado a un ingeniero que acabe de desarrollar el prototipo, una persona que haga de CEO, otra que se encargue del márquetin y la comunicación para analizar el mercado y ver por qué estrategia se tiene que apostar... Aquí, BSH no solo ha aportado el prototipo, sino que les ha dicho: lo que consigáis con él será vuestro. Estamos hablando con más empresas para que sigan aportándonos este tipo de proyectos.
Estos han sido los primeros seis meses de Etopia pero, ¿qué objetivos se marcan para lo que resta de mandato? ¿Y más allá?
El objetivo es que siga creciendo. Hay demanda de gente que querría estar en las verticales que ya existen, y al Ayuntamiento están llegando proyectos de personas que querrían desarrollar otras nuevas vinculadas, por ejemplo, a la economía circular.
También nos han propuesto otra aceleradora para gente muy joven, de menos de 24 años, donde lo más importante no sea llegar al éxito, sino que te permita equivocarte. Ahí lo que estaríamos haciendo sería crear emprendedores, más que una 'startup' concreta con un producto final. La filosofía sería no frustrar a nadie. De ahí saldrán con un gran bagaje y, posiblemente, en meses o años vuelvan con un proyecto mucho más trabajado.
Todo esto se integra dentro de una estrategia de ciudad que va de 2024 a 2030. ¿Qué más veremos en los próximos años? Se está hablando de gemelos digitales, un asistente virtual...
Para que esto ocurra, dentro del Ayuntamiento hay que cambiar muchas cosas. Tenemos una tecnología de los años 90 y para aspirar a este tipo de proyectos hay que cambiar muchas cosas. En este primer año hemos trabajado mucho y a partir de 2025 van a empezar a verse resultados para el ciudadano. De hecho, en el primer trimestre ya va a estar en marcha el asistente virtual con inteligencia artificial.
Vamos a incorporarle gradualmente todos los trámites y procedimientos que tiene el Ayuntamiento, más de 800, para que sean mucho más fáciles. Empezaremos por los más críticos, como las licencias de urbanismo. La idea es que no sea una locura saber qué tengo que hacer para cambiar, por ejemplo, la bañera de mi casa.
Para utilizarlo no habrá que ser especialista en informática. Instalaremos dos pantallas, tanto en el Edificio Seminario como en la plaza del Pilar, para que la gente no tenga ni que ir a la ventanilla a preguntar. Asimismo, vamos a poner dos ciberquioscos en los que podrán hacer sus trámites de forma más rápida y fluida sin tener que pasar por las ventanillas. Te permitirá hacer un pago, pedir el padrón...
"Este año se ha hecho un inventario de todos los datos que tenemos. Los que son abiertos se van a poner a disposición del ciudadano"
¿Habrá más iniciativas similares?
A lo largo del año también saldrá la aplicación única para teléfonos móviles que integrará todo lo que tiene que ver con el Ayuntamiento. Esto facilitará mucho la vida del ciudadano y nos permitirá darles nuevos servicios. Eso sí, nunca quitaremos la atención física.
También vamos a poner a disposición de los ciudadanos los datos. El Ayuntamiento tiene miles de datos que no se podían conectar y no se sabían utilizar; había herramientas, pero no hablaban entre ellas. Este año hemos hecho un inventario de todo lo que tenemos. Los que son abiertos se pondrán a disposición del ciudadano y permitirán conocer detalles tan curiosos como el número de árboles que hay en la ciudad.
Otros de los datos estarán sujetos a un identificador y habrá una tercera pata que ayudará al Ayuntamiento a tomar decisiones, lo que comúnmente se conoce como gemelos digitales. La inteligencia artificial funciona cuando tengo datos. Ahora ya los tenemos y, además, hablan entre ellos. Con ellos se podrá analizar, por ejemplo, qué efecto tendría para la movilidad el cambio de una línea de bus o el sentido de circulación de ciertas calles.
Primero impulsaremos la parte socioeconómica para saber, con toda la información que tenemos, qué zonas de la ciudad pueden tener riesgos hoy o en los próximos años si no se actúa. Eso permitirá al Ayuntamiento redirigir sus políticas de infraestructuras y sociales en ese sentido. Se podrá ver, por ejemplo, qué barrios necesitarán antes una residencia de mayores, dónde hace falta equipamientos para gente joven o cuáles precisan de más ayudas para la rehabilitación de vivienda.
También estamos con el plan de simplificación administrativa. Si detrás de todo esto hay una normativa muy complicada no ayudaremos al ciudadano. Este año hemos identificado los puntos 'de dolor' y en 2025 tomaremos las primeras acciones.