Ni chocolate ni nata: el dulce tradicional de este pueblo de Huesca que se hace con una verdura
La tradición cuenta que se realizaba en el medio rural para favorecer la fecundidad de las mujeres.
5 septiembre, 2024 18:02Los españoles lo celebramos todo comiendo. Alrededor de la mesa siempre nos juntamos para charlar, brindar y cantar, ya sea un cumpleaños, un aprobado o un ascenso. La comida suele acompañar grandes momentos, y en Aragón ocurre lo mismo. Aunque lo cierto es que en la comunidad somos más de postres.
Los aragoneses somos muy lamineros, y nuestras fiestas lo demuestran, porque casi todas vienen acompañadas de un dulce: San Valero y su roscón, el día de Todos los Santos con sus huesos, San José y sus varas, Santa Águeda y sus teticas… Los pueblos también tienen sus costumbres culinarias, desde el entierro de la sardina, hasta la chocolatada de madrugada. Sin embargo, en Barbastro tienen un dulce muy curioso.
Cuando hablamos de postre o de dulce, todos pensamos en chocolate, en nata, hojaldre, bizcocho o algo por el estilo, a nadie se le ocurriría pensar en una verdura; excepto a los barbastrenses. Ellos, con una hoja de borraja te hacen un dulce.
Se trata de los crespillos. Este postre tradicional oscense, se elabora con borraja, una exquisita verdura también típica de la zona. Lo más habitual es consumir las pencas de la borraja -bien limpias- hervida ya sea sin añadir nada más o con un refrito de aceite de oliva virgen extra, ajo o pimentón. Cuando se cocinan de esta forma también se pueden añadir patata o taquitos de jamón.
Pero la borraja no solo sirve para un plato de verduras, como comentamos su hoja sirve también de postre. Se trata de una receta barata y muy fácil de hacer. Las hojas de la borraja, se rebozan en una masa de huevo, leche, harina y azúcar, con un toque de anís y de cocimiento de naranja. Y por último se fríen en aceite de oliva.
Fiesta del Crespillo de Barbastro
La Fiesta del Crespillo, que cada mes de marzo organizan el Grupo Tradiciones y el Ayuntamiento de Barbastro, es una degustación popular de este dulce típico del Somontano elaborado a partir de hojas de borrajas. La Fiesta del Crespillo está declarada de Interés Turístico de Aragón y se celebra el domingo más próximo al 25 de marzo, festividad de la Encarnación.
La plaza del Mercado es el escenario de la fiesta. Por ella pasan cientos de personas para degustar los más de 10.000 crespillos cocinados durante toda la mañana en la decena de hornillos que allí se instalan, atendidos por más de medio centenar de voluntarios, a los que se suman otros tantos encargados de labores organizativas.
La Fiesta del Crespillo de este 2024 se celebró el pasado 17 de marzo en la Plaza del Mercado y estrenó cartel con sello barbastrense. Tras casi tres décadas con carteles clásicos en los que se reproducían imágenes de la edición anterior, la Asociación Cultural Tradiciones de Barbastro escogió en esta edición un cartel diseñado por Only Persketing, una agencia de marketing y consultora de marca con sede en Barbastro. “Todo evoluciona y esta XXIX edición era un buen momento para dar un aire nuevo a la Fiesta con una imagen distinta, elegante y moderna que, además, describe muy bien lo que es la Fiesta. No ha sido fácil decidir, porque los cambios cuestan, pero estamos contentos con el resultado”, explicó María Jesús Sampietro, de la Asociación Cultural Tradiciones.
El cartel no es una foto de los vecinos haciendo fila para recoger su dulce, sino que es la propia hoja del crespillo que ocupa casi medio cartel con el título “Fiestas del Crespillo” en grande y la información más importante debajo. El cartel de la celebración es importante para difundir la fiesta y animar a que mucha gente se una a la celebración.
Origen de los Crespillos
Como todos los postres, los crespillos también tienen su historia. A ciencia cierta es difícil saber cuando comenzaron a prepararse las hojas de borraja de esta manera, pero desde luego ya se realizaba hace siglos, en el medio rural para aprovechar toda la verdura.
La tradición dice que estos dulces hay que elaborarlos el día 25 de marzo, día de la Encarnación, es decir, el día en que la Virgen quedó encinta para dar a luz 9 meses después, en diciembre, a la vez que se recogen las aceitunas de los olivares. Así se realizaban los crespillos en las casas para propiciar la fecundidad de las oliveras. Si la Virgen y las oliveras obtienen su fruto a la vez, es probable que se preñaran también al mismo tiempo. Por eso la realización de ese postre debe tener lugar el 25 de marzo.