El pequeño pueblo de Huesca con dos puentes románicos y dos ermitas: sorprende por su entorno natural
Tiene varias rutas y senderos encantadores y fáciles para hacer en familia.
16 septiembre, 2024 16:55Los pueblos de Aragón son verdaderos refugios de tranquilidad, donde el tiempo parece detenerse y la belleza natural se despliega en cada rincón. Enclavados entre montañas, valles y llanuras, ofrecen un ambiente único que invita a desconectar del bullicio de la vida moderna. Pasear por sus calles empedradas, respirar aire puro y contemplar paisajes que han permanecido casi intactos a lo largo de los siglos es una experiencia revitalizante para el cuerpo y el alma.
Escaparse a uno de estos pueblos aragoneses es una oportunidad perfecta para sumergirse en la serenidad del entorno rural. A menudo, estos pequeños núcleos urbanos conservan un patrimonio arquitectónico de gran valor, con iglesias medievales, casonas de piedra y fuentes centenarias que narran historias de épocas pasadas.
La belleza de los paisajes aragoneses, desde los imponentes Pirineos hasta los verdes valles del río Ebro, convierte a sus pueblos en destinos ideales para quienes buscan un descanso en plena naturaleza. Perarrúa es un pequeño pueblo muy cerca de Graus que destaca por su riqueza arquitectónica y su entorno natural.
Perarrúa es un municipio de poco más de 100 habitantes y que engloba dentro de su término municipal, las aldeas de Besians, El Mon y Arués, estas dos últimas despobladas.
El origen de Perarrúa se puede datar en la Alta Edad Media, donde aparece la primera documentación de la zona (s. VI, en el testamento del diácono Vicente que cita Petraroveida en la Tierra Labitolosana). El nombre de Perarrúa, toponímicamente, presenta varios significados, aunque el más aceptado es de piedra roja.
Qué ver en Perarrúa
El patrimonio histórico y cultural que encontramos en la pequeña localidad es realmente apabullante. En la web del ayuntamiento proponen hasta 8 lugares para visitar: la Ermita de San Valero de Arués, el Castillo del Mon, la Iglesia del Mon, el Puente románico de Besians, La Vila, el Puente románico de Perarrúa, la Iglesia de San Martín y la Ermita de Santa María de la Ribera.
El Castillo del Mon o de San Clemente domina estratégicamente el valle. Guarda cierto parecido con el de Loarre. Su torre, ligeramente troncocónica, era de las mayores y más fuertes del condado; actualmente sólo queda la mitad, partida verticalmente en dos; se componía de cuatro plantas.
A pocos metros aparece la inseparable iglesia de los castillos altoaragoneses, muy renovada actualmente; su campanario rectangular sería una segunda torre de vigía.
El conjunto presenta una sola entrada junto a la abadía que debió tener puerta de madera. A la torre le continúan, a ambos lados, lienzos de muralla que no existe en la parte más meridional, más escarpada e inaccesible.
El puente románico de Perarrúa era la única entrada al pueblo de Perarrúa hasta la construcción de uno nuevo paralelo. Presenta tres arcos de datación difícil: los orientales más antiguos (siglos XII, XIII o XIV) y el occidental más moderno (siglo XVIII). Presenta dos esperones, uno a cada lado que sobresalen unos 220 cm. Servían para desviar el agua o de contrafuerte, durante las riadas, y también para ampliar el paso del camino.
El arco central tiene una longitud de 21 metros y, desde la suela hasta el nivel actual del agua, tiene 12 metros.
Originalmente tenía un portalón de madera en la zona central que fue extraído en el s. XIX al aparecer los carros con lonas. Alrededor de esta construcción se construyó uno de los núcleos originales del actual Perarrúa, denominado "El Puente / Lo Pont".
Rutas y senderismo
En Perarrúa, puedes disfrutar de varias rutas de senderismo que destacan por su belleza natural y su patrimonio histórico. Una de las rutas más recomendadas es la que te lleva a descubrir los puentes románicos del pueblo, una joya arquitectónica que conecta el pasado medieval con el presente. Este paseo te permitirá recorrer el entorno del río Ésera, mientras cruzas estos antiguos puentes y disfrutas de vistas excepcionales.
Otra ruta popular es la subida al castillo de Perarrúa, una fortificación en ruinas que data del siglo XI. Desde el castillo, las vistas panorámicas de los valles y montañas de los alrededores son impresionantes, ofreciendo una recompensa visual tras la caminata. Es una ruta sencilla y adecuada para todos los públicos, ideal para combinar historia y naturaleza.
Además, existen otras rutas que conectan con ermitas cercanas, como la de San Martín y la de San Pedro, que añaden un toque espiritual y tranquilo a la excursión. Estas caminatas transcurren por senderos rodeados de vegetación mediterránea, perfectas para disfrutar de un paseo sereno y en familia.
Cómo llegar a Perarrúa
Para llegar a Perarrúa desde Zaragoza, puedes optar por el coche, que es la forma más cómoda y rápida para realizar esta escapada. Perarrúa es un pequeño y encantador pueblo de la comarca de Ribagorza, situado en la provincia de Huesca, a unos 130 kilómetros al noreste de Zaragoza.
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En coche: El trayecto dura aproximadamente 1 hora y 45 minutos. Para comenzar, sal de Zaragoza por la autovía A-23 en dirección a Huesca. Después de unos 70 kilómetros, toma la salida hacia la A-22 en dirección a Barbastro. Continúa por la N-240 hasta llegar a Barbastro. Desde allí, sigue las indicaciones hacia Graus, tomando la carretera A-139. Una vez en Graus, sigue las señales que te llevarán por la A-2211 en dirección a Perarrúa.
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En transporte público: No hay una conexión directa en tren o autobús hasta Perarrúa, pero es posible llegar en autobús a Graus, y luego tomar un taxi o un vehículo particular para recorrer los últimos kilómetros hasta Perarrúa.En autobús desde Zaragoza hasta Graus se tarda aproximada 3 horas.
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Otra alternativa es buscar algún blablacar. El nuevo sistema de transporte compartido es una opción muy interesante, aunque a veces no tenga recorridos tan concretos, sí que suele tener viajes con más variedad de horarios y precios muy razonables.
Perarrúa, con su entorno natural privilegiado y su aire rural, es ideal para una escapada desde Zaragoza, permitiendo desconectar del ritmo de la ciudad mientras disfrutas de la belleza de los paisajes aragoneses.