Sus enfrentamientos ya no son partidos normales, son capítulos que completan la mayor rivalidad deportiva que ha existido y difícilmente será superada en cuanto a cantidad, calidad y comportamiento de ambos.
El de ayer ha sido el más esperado de todos. La última vez que se enfrentaron en una final de Grand Slam fue en Roland Garros 2011, demasiado tiempo.
La última vez que se habían visto, en la inauguración de la Academia de Nadal, habían bromeado sobre su posible próximo enfrentamiento en una exhibición. Federer llevaba seis meses parado por la rodilla y Nadal dos meses y medio por la muñeca. Ninguno de los dos esperaba estar al máximo nivel tan pronto, pero si hablas del mejor tenista de la historia y del mejor competidor que existe, es mejor no hacer mucho caso a la lógica.
El partido comenzó con el suizo muy agresivo, pegando la bola delante y no dejando alargar los puntos a Nadal. Federer sabe que contra Nadal tiene que empezar mandando, psicológicamente lo necesita y así lo hizo.
27 minutos de set, recomendable guardarlo y revisarlo para ver el recital de Federer, y a comenzar el segundo. Cualquier jugador después de esta clase se va hacia detrás, empieza a dudar y a dejarse comer. Pero Nadal no es cualquier jugador, es el jugador.
El único que ha conseguido desesperar a Federer en muchas ocasiones, y necesitaba volver al patrón de esas ocasiones. Bola alta al revés para que Roger no pueda atacar y mucha variedad dominando con la derecha para tratar de moverle. Todo con sólo cuatro errores no forzados.
Comienza el tercer set con Nadal asentado en la pista y “disfrutando” de tres bolas de break en el primer servicio de Roger. Y digo “disfrutando”, ya que las tres bolas las salva el suizo con tres aces. Lo que podía haber sido una oportunidad de mandar en el set para Rafa, se convierte en una dosis extra de confianza para Federer que gana el tercer set por 6-1 con 18 winners.
Misma situación que al terminar el primer set y misma reacción de Rafael. Cuarto set para el español con sólo tres errores no forzados y sin permitir una bola de break.
Este partido necesitaba un quinto set, necesitaba ver lo mejor de los dos jugadores, el mejor nivel que siempre ofrecen en las situaciones más complicadas. Por eso son únicos.
Comienza con break a favor Nadal, después de que Roger se marchase al vestuario al terminar el cuarto set. A todos nos viene a la cabeza la artimaña de Nishikori, pero no, no es el caso.
Federer está más parado y Nadal lo aprovecha. Se pone 3-1 arriba y nos hace ver la victoria muy cerca. Tan cerca que se podría decir que se le va por una bola que toca en la cinta y se va fuera cuando estaba a punto de establecer el 4-2 a su favor. En ese momento llegan los intercambios más disputados del partido, los mejores puntos, que caen de lado del suizo y le permite cerrar el set 6-3 después de ganar 5 juegos seguidos.
En la ceremonia de entrega continua el espectáculo. Ahora toca mostrar la parte humana, lo que los completa definitivamente como deportistas para la historia. Nadal, rápidamente demuestra que es un caballero en la victoria y en la derrota. Felicita al suizo, reconoce el mejor juego de su rival y le reta para las siguientes ocasiones.
Sí, es un caballero pero también es un ganador. Y el torneo que ha hecho le permite decir “voy a seguir intentándolo siempre. Siento que he vuelto a estar al máximo nivel”. Ha ganado en cinco sets a Alexander Zverez, futuro número uno, a Raonic, el mejor sacador del circuito, y a Dimitrov, eterno sucesor de Federer.
Turno para el suizo, que había perdido seis de las ocho finales de Grand Slam con Nadal, pero no iba a ser menos. “Tengo que felicitar a Rafa por su regreso y decirle: sigue jugando, el tenis te necesita. Sé que en el tenis no hay empates, pero si los hubiese, sería un honor compartir el trofeo contigo Rafa”. El honor es que el número uno diga esto, absoluta humildad y elegancia.
Es en ese momento cuando claramente te das cuenta del espectáculo que acabas de vivir. Me atrevería a decir que son los dos mejores jugadores de tenis de la historia.
El suizo es la perfección hecha jugador, el más elegante, el que más clase tiene. El único que tras ganar a Nadal no te deja tan fastidiado. Cada partido que nos quede suyo será un regalo. Será difícil volver a ver un jugador así.
Nadal para mi es el mejor competidor de la actualidad, y seguramente uno de los mejores de la historia. La mejor cabeza del tenis. Evidentemente un gran tenista, nadie está en su lugar sólo por la cabeza. Pero su manera de competir, pelear, el nunca darse por vencido es absolutamente ejemplar. Muchos lo habían retirado ya.Y no, claramente está de vuelta y esperemos que por mucho tiempo.
Ganó el suizo. Ganó Nadal y ganamos los que vimos el partido. Por favor, que no sea el último.