Un grupo de estibadores protestan en la tribuna del Congreso.

Un grupo de estibadores protestan en la tribuna del Congreso. Efe

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Acerca de la estiba

Pilar García López
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Hace tiempo escuché una teoría, que enseguida adopté como propia, que decía que no todos los trabajos permiten la misma realización personal y que, por tanto, aquellos trabajos que permitían una menor realización personal, debían de ser altamente remunerados. Se podía caer en la trampa de que personas sobre-cualificadas se dedicasen a este tipo de trabajos, pero ahí ya entra en juego el valor que cada individuo le dé al dinero, al estatus y/o a la felicidad. Está claro que no es lo mismo ser director creativo de una agencia de publicidad que gestor de residuos urbanos -antaño conocidos como barrenderos-. Y no hablo de la labor social de ambas profesiones: yo prefiero que haya muchas personas dispuestas a ser gestores de residuos urbanos. Sirva esto como introducción para decir que lo que menos me importa de los estibadores es su sueldo. Me da igual si ganan ocho que 80; la carga y descarga de los buques es una actividad que me parece cuanto menos alienante, incluso en el concepto marxista del término.

Pero, como todo el mundo últimamente, quiero opinar acerca de la estiba.

No es el primer colectivo, ni será el último, que se ve afectado por los vientos ultraliberales de Europa; antes que ellos ya sufrieron agricultores, ganaderos y pescadores, que vieron reducidas sus cuotas de producción o captura; también mineros y trabajadores de los astilleros, cuando se decidió que no se podía subvencionar desde el Estado a ciertas industrias -excepto a la automovilística: vamos por el tropecientos plan Pive-, aunque se tratara de sectores estratégicos, por ejemplo, la aviación comercial; y ni hablemos de los taxistas, donde parte de la Administración, la municipal, les obliga a obtener -y pagar- una licencia que en aras de la libertad de comercio se convierte en papel mojado ya que cualquiera puede transportar pasajeros… los siguientes son los Colegios Profesionales, tema que pronto llegará.

Entonces, ¿por qué no abrir el melón? No puedo estar más de acuerdo con de Guindos cuando manifestó que es Europa y que en Europa se está para lo bueno y para lo malo. Abramos el melón y todos aquellos posicionados a favor de los estibadores que despotriquen contra la UE y acojan al resto de sectores/individuos que se ven perjudicados por nuestra pertenencia a ella; quizás entonces lograrían la unidad social que está persiguiendo un colectivo de apenas 6.000 trabajadores. Yo prefiero Europa, con sus luces y sus muchísimas sombras; y como liberal -persona que cree en el liberalismo HUMANO y económico- me duele esta Europa neocon donde las personas han sido puestas al servicio de las empresas, ¿qué digo empresas? De las grandes empresas. Pero no hay nada mejor para sacar a relucir las bondades de un sistema que enfrentarlo a su antítesis.

Mientras no se abra el melón, me temo que los estibadores tienen que pasar por el aro… y mejor les iría pasar dócilmente no vaya a ser que los de a pie nos preguntemos por qué tenemos que pagar sus prejubilaciones a los 50 años cuando son contratados de empresas privadas.

No entiendo muy bien que Podemos, y parte de la sociedad, comulgue con ruedas de molino y se dedique a defender a un sector trabajador, sin duda, pero también privilegiado… a un sector muy minoritario pero con mucho poder de coacción… como los controladores aéreos, vaya.

Si se quiere defender al trabajador en este país deberíamos de empezar a defender al contratado temporal y a lograr equiparar sus derechos con el trabajador fijo, aunque ello implique que el fijo pierda parte de sus derechos; eso es solidaridad laboral; lo demás, tonterías. El argumento de que los estibadores han participado activamente en todas las huelgas generales pierde consistencia en el mismo momento en el que, en este país, hay una gran mayoría de personas que “no se pueden permitir el lujo de hacer huelga”… también son privilegiados los huelguistas, ¿por qué nunca se dice alto y claro?

Otra cosa es la inacción del Gobierno, a la que estamos acostumbrados. Sentencia de diciembre de 2014; entonces se contaba con mayoría absoluta en ambas Cámaras y las Elecciones Generales quedaban lejos. Claro que no hubiera sido muy beneficioso en pleno año electoral encontrarte con amenazas de huelga; podríamos haber descubierto que “España no iba tan bien como nos contaban”.

Tampoco se actuó durante el período en funciones, sólo estaban para asuntos urgentes; se ve que una multa de 27.500 euros diarios no les apremiaba, total, como la íbamos a pagar todos los españoles. Por eso, cuando oí al insigne de la Serna hablar de falta de responsabilidad y decir que “la única propuesta era la de dar un palo al Gobierno pagado por el bolsillo de todos los ciudadanos" no pude por menos que sorprenderme ya que quienes nos ha dado un palo bien gordo al bolsillo de todos ha sido el anterior Gobierno del PP. Si fuéramos listos, exigiríamos que esos más de 22 millones de euros (3.660 millones de ptas.) la pagasen ellos; ahí sí estaría en las calles junto con los estibadores.

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