Jessica Chastain en la presentación de la película El caso Sloane

Jessica Chastain en la presentación de la película El caso Sloane EFE

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'El caso Sloane'

Gerardo Gonzalo Pérez
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Actualizada

Puedo enumerar varios motivos para acercarme a ver una película como El caso Sloane. Por un lado están sus notables críticas previas, por otro el intrínseco interés de un tema como el del funcionamiento de los lobbys en la política norteamericana, también el hecho de que la dirija un director como John Madden, premiado con el Oscar hace ya unos cuantos años por Shakespeare in Love o incluso una banda sonora firmada por Max Richter.

Pero realmente, aunque son razones estimables, no las hubiera necesitado para acercarme a ver la película, porque aun cuando ninguna de esas a priori interesantes premisas se hubieran producido, sobrevuela sobre todas la presencia de la actriz del momento, Jessica Chastain, para mi dogma de fe cinéfila actual.

Una vez vista la película y habiendo reconocido mi querencia y subjetividad a favor de esta actriz, me reafirmo sin complejos en la anterior aseveración, ya que todo palidece ante la presencia de una Jessica Chastain superlativa y tan guapa.

La película en sí, estando bien, presenta algunos problemas. Efectivamente trata un tema muy interesante, que es el de los lobbys y en general toda la trastienda y el juego de influencias y presiones que hay detrás de la aprobación o no de una ley en Washington. Pero esto, sin estar mal presentado, a veces queda un tanto caótico en su exposición y en la forma de plantearlo. Creo que aun partiendo de una buena idea de inicio, los diálogos, salvo algún destello, no tienen la brillantez necesaria, y queriendo beber del estilo de Aaron Sorkin, se quedan por debajo de este referente.

Otro problema es el de los giros en la historia. Ya de por si no soy muy aficionado a películas que te hacen creer una cosa, para en el último minuto darle la vuelta a todo, y aunque esto no es exactamente así en esta película, creo que en cierta medida abusa de esos giros. A veces lo hace con más efectismo que talento, priorizando antes resolver de un plumazo una situación, que trabajarse al espectador para que este vaya deduciendo las transformaciones de los personajes y de la propia historia.

No obstante también hay que reconocer que a pesar de sus imperfecciones, el film es interesante, se deja ver. Creo que aporta cosas, es recomendable, tiene momentos de gran acierto, y lo que es más importante, apenas presenta bajones en su ritmo, con lo que el conjunto queda entretenido.

Pero insisto, y trascendiendo a la historia, sobre este film gravita la arrebatadora presencia de una Jessica Chastain enorme, inmensa y bellísima, que aparece en prácticamente todos los planos de la película, tanto que podemos decir que ella es la película, y a mí personalmente, no se me ocurre mejor opción para llenar una pantalla de cine que Chastain. Ella sola convierte una película de aprobado, en un film notable.

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