La educación en España siempre ha sido un tema recurrente para la sociedad y los estamentos políticos. De hecho, el control de la misma asegura implantar un ideario más o menos afín dentro del currículo con todo lo que eso conlleva. No debe, por tanto, sorprendernos el continuo cambio normativo al que la cuestión educativa se ve sometida en función de quien esté en el gobierno.
Lo que llama poderosamente la atención es la necesidad de cambio que algunos proponen empezando por los docentes que trabajan en escuelas y en institutos.
Sería una insensatez negar que el elemento más importante, el profesorado, debe tener una sólida formación, pero creo que debemos empezar mirando más arriba para que, por fin, tengamos una educación fortalecida y al gusto de todos (se me antoja imposible esto último)
Es evidente que todos queremos a los docentes más preparados y para ello es necesario endurecer y cribar en el acceso a las carreras de Magisterio, sin embargo, no es menos cierto que para dirigir un país hacen falta los políticos mejor preparados.
Hacen falta buenos gestores de lo común con independencia de su ideología, políticos competentes, formados de manera íntegra y con capacidad demostrable para servir a la sociedad. Me temo que la renovación debe empezar por la acreditación competencial de nuestros gobernantes, por la supresión de los enchufismos y puestos de confianza donde se van ingentes cantidades de dinero que bien podrían dirigirse a la tan buscada reforma educativa. Desde arriba necesitamos por tanto gente comprometida, honrada, involucrada y, sobre todo, formada. Es sorprendente como ciertos personajes sientan cátedra acerca del temo educativo sin haber pisado una clase.
Si los políticos necesitan un "MIR", no es menos cierto que los responsables de las facultades de educación y similares necesitan otro. La endogamia es un mal endémico que sigue pululando por las universidades españolas. Si algunos de nuestros docentes universitarios no están capacitados para formar a otros docentes, difícilmente podremos tener buenos resultados dentro de las escuelas y de los institutos españoles. Aquí también debemos tener a los mejores, sin lugar a dudas, "MIR" para profesores universitarios y más control en el acceso a la Universidad.
Y por último los docentes, aquellos que han pasado por la carrera de Magisterio o han estudiado otra licenciatura y deciden aventurarse en el mundo de la educación. Ellos saben perfectamente cómo funciona el tema educativo, saben perfectamente cómo en muchas ocasiones importa más el cómo se da que el qué se da, y muy a su pesar.
Saben perfectamente como todo el mundo habla de educación, sientan cátedra en educación y tiene el mejor sistema metodológico del mundo. A estos habría que ponerles enfrente de una clase masificada donde no existe, en ocasiones, un apoyo de las familias al profesor, donde no se cubren las bajas, donde los medios de los que se disponen son escasos y donde el docente es la diana de todas las críticas.
Hace falta un cambio educativo sin duda, pero un cambio que afecte a todos los estamentos o instancias por las que pasa un profesor hasta su desarrollo profesional. Políticos, docentes universitarios, docentes no universitarios, el circulo educativo necesita una profunda revisión.
El tema del acceso concurso oposición o el actual bilingüismo en España necesitaría un tratamiento aparte. De la noche a la mañana nos quieren hacer bilingües cuando no se fomenta la emisión en VO o cuando aquellos ideólogos de la cosa educativa difícilmente podrían pedir un café usando el inglés como lengua. Bilingüismo es comunicación efectiva entre otras cosas y por ahí no van los tiros con el inglés dentro de las aulas.