Resulta difícil asumir el grado de maldad que encierra toda la falta de respuesta del Gobierno central al desastre de Valencia.
No resulta extraña la ineptitud o negligencia de Mazón y sus cogobernantes, dentro de una administración profundamente politizada y defensora a ultranza de sus acomodadas poltronas. Siempre es difícil ponerse el chip de la emergencia, cambiar la agenda y abordar imperiosamente a los ciudadanos a cambiar su rutina, abandonar sus coches, sus negocios…
Digamos que es algo habitual en cualquier político profesional, sin intenciones más honorables que alcanzar esa posición. Lo podemos contemplar en cualquier serie/película de cualquier lugar del mundo.
Sin embargo, no es tan fácil encontrar gobernantes que ante un desastre así, se cruzan de brazos esperando que les soliciten ayuda los propios damnificados. Es más, que culpan a los afectados del problema, como si fueran los profetas anunciando las plagas por no actuar como Dios manda.
Que no se quisiera recibir ayuda extranjera parece bastante normal teniendo en cuenta que esos efectivos estaban ya disponibles en España, pero lo que nadie puede entender es que, esos efectivos del Ejército, no se pusieran en marcha hacia Valencia la misma noche de la tragedia.
Curioso que la UME reconozca ahora su actuación temprana, es decir, reconociendo que a ellos sí les habían llegado las alertas con todo su valor de emergencia y no precisaban petición autonómica. Y por otra parte, ¿cómo es posible que la UME estuviera siendo sobrepasada en su capacidad de actuación y no reclamara directamente la necesidad de más efectivos?
Nunca sabremos cuántos perdieron sus vidas en esos 4 días del mayor homicidio imprudente provocado por la necesidad de consolidar un relato pseudocientífico de cambio climático y controlador de los seres humanos como habitantes de una granja.
A los que pensamos así nos llaman negacionistas, pero no, los negacionistas del ser humano son todos los que han decidido remar hacia el dominio de nuestras vidas, nuestras propiedades y nuestras mentes. Por eso atacan a católicos (de los de Cristo defendiendo que la Verdad os hará libres) o a los musulmanes no prowahabitas o a los judíos antisionistas, porque todos ellos comparten la idea de defender un mundo creado por Dios para unos hombres que quieren llegar a Dios, no dominados por otros hombres como esos animalitos de la granja mientras les ven pegarse por unos trocitos de comida o por ser los más guapos del lugar.
Los negacionistas del ser humano como individuo responsable de buscar su sentido en esta existencia, son los que con negligencia, pero también de forma intencionada han socavado los cimientos de nuestra civilización para convertirla en la peor pesadilla de un juego de rol con todos los hilos en sus manos.
Somos muchos los que tenemos esta consciencia, pero muchos más los que no quieren arriesgar ni una pizca de su cómoda vida por asumir esta realidad. El problema es que cuando la DANA ataca, nunca pensará en sus sumisas mentes más que para disfrutar de nuevo con su sufrimiento.