Es una traición imperdonable y sucia. E innecesaria. La pobre Lucía no se merecía la estocada definitiva para su ánimo que ha recibido por parte de Lola en La isla de las tentaciones. Con lo bien que me caía a mí Lola, y este jueves lo ha perdido todo. El amor puedes destrozarlo. De hecho, ahí se va, en parte, para eso, pero, ¿la amistad también? ¿Qué nos queda ya entonces? Resulta, para quien no lo sepa a estas alturas, que Lola ha compartido cama con Carlos, el tentador de Lucía, después de una noche de fiesta en la que ellos se han disfrazado de mujer. Imagínense el percal. "¿Me puedo quedar en bóxer?", le pregunta él a Lola.
Ya lo vaticinaba ella minutos antes, cuando corría el alcohol: "Siempre ha habido un chispeo y una tensión sexual entre nosotros". ¿Siempre? ¿En qué momento? Se conoce que mientras Lucía dormía, Carlos y Lola comenzaron a darse mimos, a darse calor. "Carlos y yo hemos jugado, hemos estado a gusto. Tengo las hormonas alteradísimas", dice ella. "La verdad es que empezamos un poco a tocarnos", reconoce él. Vale que luego Lucía se levanta y se ríe, pero, en serio, ¿dónde están los límites? Mejor: ¿los códigos?
No se lo merecía Lucía. Sobre todo, después de haber estado toda la noche llorando en el hombro de Lola por Manuel. ¡En el hombro amigo, o eso creía ella! No quedan valores y estoy muy decepcionado. Esos gestos te delatan. Sobre todo, porque ya no entiendo a Lola. Tan pronto le da un ataque de lucidez y de amor repentino por su Diego y le dice a Simone ya que no quiere seguir con él, como se mete en la cama con Carlos. ¿A qué juega? Está claro que no ha tenido su mejor noche, con final de hoguera incluido. Esta noche he sufrido por Lola, al principio solo. Cuando ve cómo habla Diego de ella con Carla, ¡he empatizado tanto con ella!
Él diciendo que Lola no tiene dónde caerse muerta, que por eso no quiere tener hijos en común y bla bla bla. "No tiene un duro. Si nos separamos, tendría que pagarlo yo todo", suelta el tío. Lola recibe esto como un golpe en el estómago, las lágrimas afloran: "Soy una mujer muy trabajadora, no me ha tenido que pagar un duro nunca, jamás. Soy independiente en ese sentido. Eso me ha parecido muy bajuno. Está actuando por venganza, por dejarme mal. Nunca pensé que iba a decir eso de mí. No soy una pobre diabla que no tiene dónde caerse muerta. He estudiado para trabajar de mis estudios. Es todo el rato orgullo y orgullo. Despecho y rencor. Yo no lo he dejado de querer".
Y ahí no tengo más remedio que aplaudirle con las orejas. ¡Brava, bravísima Lola! Cuando ve cómo tontea él con Carla, espeta, empoderada: "Me he aburrido, es una conversación de besugos. Solo quería morrearse a lo guarro y punto. Es muy fuerte, yo creía que mi relación era perfecta. Venir aquí y sentir en tu corazón que no lo es, es duro". Y ya casi le pongo un piso en Callao cuando hace autocrítica y se da cuenta de que no siente nada por Simone: "Él no se da cuenta de que estoy poniendo distancia y me agobia. No me apetece estar con él. No me he dado un beso porque no me sale, no me imagino otra boca que no sea la de Diego. Mi corazón me pide que luche por intentar solucionar lo que ha pasado aquí".
Y se lo hace ver al italiano y este, como no podía ser de otro modo, se pica bastante y deja de hablarle. Se confiesa después: "No me esperaba que, de repente, me pida distancia". Le retira el habla. Tanto que en la cita ni se hablan ni se miran. Van por separado. Hijo, Simone, que tampoco ha matado a nadie la chiquilla. "Estás aquí haciendo un papel", le espeta él. Y ella se sube: "Me estás ofendiendo. No te voy a consentir eso. ¡Me absorbes!". Y se va, llorando. Y ya cuando creía haberme enamorado de Lola, va y hace eso con Carlos en su cama. El mismo desfase en el que vive su Diego. "Las mujeres hacen conmigo lo que les da la gana", suelta en la fiesta, donde se besa con Jennifer hasta en dos ocasiones. Su tentadora, Carla, se mosquea. A él se la resbala bastante.
Diego ha tenido la oportunidad de ver durante diez minutos lo que hacen las chicas, incluida Lola, en la otra villa. Ha tenido la oportunidad de ver cómo Lola ha llorado a lágrima viva por él. "Necesito verle, abrazarle", dice ella. "La veo mal, pero me hace estar contento, porque la veo arrepentida. He sido muy egoísta con ella porque me ha visto a mí hacer algo mal y encima está pensando en arreglarlo. Siempre he actuado de otra forma. Y así pierdes familia, amigos... Con mi exnovia me comporté igual. Me ha hecho recapacitar un poco", se ha desahogado él. Y por unos segundos, lo juro, me lo he creído. Pero, a ver, negro sobre blanco, ¿a qué Diego me creo, a este o al que dice que Lola no tiene un duro y que nunca tendrá un hijo con ella?
Ay, mi Lucía. Lo decía antes. Ella es la única digna de la isla. En el más puro y amplio sentido de la palabra. Digna y coherente. Con sus valores bien edificados, al menos hasta el momento. Siente por Manuel, a lo mejor no algo sano, pero siente y eso le impide hacer algo con alguien. Ve las imágenes de él, y llora, quema las joyas e incluso lleva a cabo un conato de abandono ante Sandra Barneda. "Yo aquí no estoy cómoda y no pinto nada", dice. Menos mal que la han terminado de convencer. Por cierto, se habrán dado cuenta de que solo he cargado las tintas con Lola por el tema de la amistad: a Carlos lo descargo.
Es más, me parece un sol de hombre que está teniendo mucha paciencia con Lucía y sus estados emocionales tan cambiantes. No tiene por qué hacerlo y lo hace. Que se haya metido en la cama con Lola... bueno, no le debe nada a nadie. ¡Ni falta a la amistad! Ser tentador es eso: estar en un limbo raro. Dice Lucía que está segura de que Manuel "se ha tirado" a Fiama y Stefany. Y la verdad es que, de momento, se equivocaba, pero lo que es besar y sobar... ¡todo lo del mundo! Dios santo, ya no hacen otra cosa Manuel y Fiama. ¡Hasta han dormido juntos!
"Me siento un poco más liberado, Lucía me da cortes de manga en los vídeos. No me esperaba ese trato por su parte", asegura Manuel. El tío es un fenómeno, no me digan que no. Mientras él baila, bebe, besa, morrea y acaricia a Fiama, Lucía llora por las esquinas: "Mi vida giraba en torno a él. Me he estado engañando a mí misma porque sabía que él era así". Él se pone reflexivo: "Me he sentido en mi relación como si hubiera estado encerrado en una habitación y ahora he tirado las paredes de la habitación. Pensaba que estaba enamorado hasta las trancas y me he dado cuenta de que no". "Somos como un imán", dice de Fiama.
¡Más relaciones! Jesús no termina de explotar, lo veo como a medio gas aún. Como les dije en otro blog, no sé si es estrategia o verdad. "Marina se ha estado besando todo el tiempo, en todos los sitios", dice como forma de exoneración, y añade: "Mi novia ahora mismo está flotando, no se acuerda de nadie. La creía con valores, y me ha demostrado que no". Y ojo, que Marina se pone feminista y desglosa los comentarios que le hacía Jesús, supuestamente. ¿Por qué no me la creo?
"Qué asco, a mí me decía que como me operara el pecho me iba a dejar. Ese Jesús yo nunca lo he visto. Una persona que no conocía de nada. ¿Cuánto tiempo me llevas engañando? Me he quedado muerta. He guardado la foto de Jesús en mi cuarto porque creía que era importante", sostiene con esa firmeza de actriz mala de serie de Antena 3 en la tarde del domingo. Next, que diría Jesús. Ah, pero no me voy de ti sin poner por aquí la frase más maravillosa, Marina, que has pronunciado en lo que llevas de reality: "Lo voy conociendo (a Isaac) más íntimamente, las cosas de palacio van despacio". Gracias por tanto. Te admiro.
Carla, mi descubrimiento
Esta noche han puesto en práctica el Collar del veto, y tanto Lara como Diego han tenido que prescindir de sus citas con Rubén y Carla, respectivamente. Me ha gustado mucho la reacción de Carla: "Sinceramente, el tener este collar me da a entender que me tienen miedo. Voy a ver la parte positiva, que puedo ser la tentación. Lo que no me pueden vetar es estar con Diego en la villa". Me gusta Carla y me encanta cómo ha puesto en su sitio a Diego cuando, en la fiesta, se ha besado con Jennifer. Es una tía que tiene las cosas claras. Dará juego. Solo le afeo la poca solidaridad que ha mostrado con Lola cuando Diego ha despotricado de ella.
[Más información: Manuel y Diego, dos machistas que deberían expulsar y un romance secreto en Tentaciones]