He leído en Twitter esta noche de lunes algo así como "Si yo fuera Lucía, ni me presentaba a la hoguera de confrontación". Totalmente de acuerdo, ojalá que decline volver a verle la cara al machista de Manuel. Este lunes, en el debate de La isla de las tentaciones, me ha despertado más repulsa que nunca. A cada imagen que veía, más me revolvía en el sofá. Él, Diego y Jesús. No puedo ya con ninguno de ellos. Desprecio y censuro su forma de ser, de tratar a las mujeres como si fueran de usar y tirar; armas arrojadizas, maniquíes con los que pavonearse o juguetes con los que pasarlo bien.
Y de Manuel y Diego, vale, me lo podía esperar -el primero nunca ha disimulado su condición de crápula y el segundo lleva la infidelidad en su ADN a golpe de bolo-, pero mi decepción, lo siento, ha venido en gran medida de la mano de Jesús. ¡Se le ha caído la careta! Con lo que yo he sufrido por él, que la semana pasada hacía un dibujo de él de pobre afligido, niño desamparado y falto de amor y abrazos. Un crío locamente enamorado que se besó tímidamente con Stefany como grito de guerra. Hoy no pienso igual: le he visto su parte oscura, su cara b, su lado manipulador. ¿Y si Jesús no fuese como nos lo han pintado?
¿Y si Jesús estuviera haciendo el papel más cómodo del mundo, el de víctima y sufridor ante una novia, Marina, que le hace la vida mártir y le pone los cuernos día y noche? ¿Y si ese Jesús no fuera el real? Creo, y estoy seguro de que no me equivoco, que todo en él es una estrategia estudiada. Jesús es más listo que todos nosotros juntos. Ahí donde lo veis con aires de santurrón y meapilas, ¡manipula, utiliza y juega con la mujer como Manuel o más! Y puestos a elegir entre lo peor, me quedo con alguien que va de frente y no se esconde. Lo que Jesús está haciendo con Stefany es sucio, ruin, deleznable. Con esto no quiero decir que Stefany sea tonta: ella se deja llevar y le sigue el juego porque es lo que le queda.
Se están utilizando zafiamente y eso se nota, traspasa la pantalla y no gusta. "Yo quería conocerte a ti y me dolió en el alma que te fueses con Manuel. Fue como un puñal", le dice a Stefany, para añadir: "Si no te hubieses ido con Manuel, yo te hubiese besado hoy. No me fío, porque una mujer que se besa a los dos días con Manuel como has hecho tú..." ¿Perdona? ¿Se dan cuenta? ¿Y si ese fuese el Jesús auténtico? Y así fanfarronea sobre Marina con Stefany: "Marina me va a echar mucho de menos, y me va a hablar cuando salgamos de aquí. Su día a día soy yo. Marina no tiene un pavo para irse de casa y el notas ese (Isaac), menos". Total, que ya no me gusta Jesús. Es más: veremos su verdadera cara este próximo jueves.
Dice su suegra desde plató que está actuando "con una inmadurez tremenda". No, ahora está siendo como realmente es él. ¡Más cosas! En el debate se han emitido 30 minutos de imágenes inéditas tanto de Villa Playa como de Villa Montaña. Manuel y Fiama ya no se esconden: se besan a cada minuto y la alarma ya ni suena. Por cierto, ¿se han fijado en la cantidad de cerveza que bebe Fiama? Con el cuerpo que tiene, no sé ni cómo se tiene en pie la mujer. Su lengua es de trapo casi todo el rato. Los amantes de Teruel se enrollan, se besan, se soban... y cuando no lo están haciendo critican a Jesús y Stefany a destajo. Manuel, ni buena pareja ni buen amigo. ¡Cómo pone verde a Jesús a sus espaldas! ¡Con saña y bilis! ¡Con gato dentro!
Manuel recrimina a Stefany, con un orgullo tan patético como magullado: "De primeras, vi cómo me miraste a mí y luego te fuiste con Jesús". Y le hace un traje de madera con los demás: "Ahora me arrepiento de haberme liado con Stefany porque la he calado, va al sol que más calienta". Y atención a este comentario tan deleznable como machista, ¡nadie lo llama a capítulo!: "Todas las mujeres tienen algo; la feíta tiene una mirada profunda, la guapa es guapa y la que es gordita tiene un culazo". ¿De verdad no se le expulsa o penaliza o censura? ¿En serio que se le ríen las gracias desde el programa? Y Fiama, mujer feminista donde las haya, le apunta: "Me encanta que hables así de las mujeres". Yo no entiendo nada. Me bajo de la vida.
Y no me voy de Manuel sin destacar el momento en que Sandra Barneda (45) le enseña la caja en la que están las joyas chamuscadas que tiró Lucía. Se intenta hundir y arruga la voz buscando el llanto: "Es mío". Todo se le agolpa al chico, y termina explotando en lágrimas: "Es el anillo que le regalé al principio de todo, cuando empezamos a salir. No se lo ha quitado nunca. Le regalé esta pulsera porque le dije que lo nuestro iba a ser para siempre. Y el collar, cuando hicimos un año. Ella es la única que me ha hecho sentir diferente. Lo siento, pero si me comportara aquí de manera que no siento sería un falso". Sus lágrimas, la verdad, no sé por dónde cogerlas.
Bueno, bueno, esperen que llega Diego. El tío se ha destapado a lo grande este lunes, y además de infiel se ha desvelado su capacidad de deslealtad para con Lola. La despelleja sin piedad: "Con Lola siempre me he portado bien. Al principio, todos los fines de semana tenía bolos. Ella es celosa exageradamente. Entramos en un garito, miro un poco y me monta un follón"; "Vio a mi hermano con mi cuñada y dijo 'yo quiero eso contigo'. Yo le dije que había que esperar para el bebé. Además, ella económicamente no tiene mucho ahorrado, es gastadora. No tiene mucho ahorrado y yo no voy a asumir todos los gastos. Yo me he puesto de meta los 30 años. Me muero por tener un bebé". A veces es mucho peor ser desleal que infiel, ¿no creen? Penoso. Pero va el tío y pone el colofón, haciéndole este comentario a Jesús en plena fiesta: "Yo compito en lo que gano. Yo, más que de bailar, soy de follar. A mí a eso no me gana nadie".
Qué horrible todo, me parece vomitivo. Y atención que Lola viene pisando fuerte: ¡hay imágenes de ella en su habitación con Carlos, y este en calzoncillos! ¿Ha tenido algo con alguien que no sea Simone? Este martes se descubrirá la secuencia al completo, pero ya os adelanto que esto... ¡huele a romance secreto, y a rayada posterior! ¿Cómo le sentará esto al italiano? Y él diciendo que quiere en su vida una mujer como Lola. Se avecina movida de la buena. De momento, Lola no quiere besarse con Simone: "Yo aquí no me quiero dar un beso, por mi familia. No tengo quince años para estar liándome por las esquinas". Eso lo dice delante de Marina, quien, claro está, no se da por aludida en ningún momento. Adoro a Marina.
Ah, hablando de Lola: no entiendo su enfado con Lucía. Bueno, sí. Resulta que le recrimina a la novia de Manuel que no se deje lamer un pie por Carlos en un juego. Que venga darle la matraca a ella de que Manuel está liándose con todas y luego ella no se relaja y disfruta. Que está Lola harta de los cambios de ánimo de su amiga. ¿Saben qué creo yo? Lo mismo que Nagore (38): Lola quiere que Lucía peque, caiga como lo ha hecho ella para no sentirse tan mal consigo misma. ¡Más historias! Marina e Isaac. Ambos continúan con su romance impenitente, la tensión está en el aire. Y la atracción, el amor es otra cosa. La leña arde. Él le suplica que le diga al oído que le gusta, y ella se derrite: "Me gustas, claro, es obvio".
"Yo no voy a estar todo el día buscando enrollarme con él. Si me interesa en realidad, cuando salgamos fuera nos reventamos", le ha expresado Marina a sus amigas sus dudas sobre Isaac. Dice que no tiene nada claro su historia con Isaac, pero miente. Lo suelta con la boca pequeña y únicamente para hacer ver a las demás que, oye, que ella también tiene remordimientos. Pero no: tiene muy bien trazado cómo sería su paso por Tentaciones.
[Más información: Lucía se quitó la venda y quemó a Manuel en la hoguera de Tentaciones: Jesús, ¿tú a qué esperas?]