El Benidorm Fest se hizo esperar seis meses que supieron a años y, de pronto, han pasado siete días desde que cerrara su primera edición con una espectacular final en la que Chanel Terrero se alzó como vencedora.
A pesar de que su primera edición ya ha culminado, el certamen sigue generando titulares y estando en el centro del debate. Además, RTVE tiene varias cuentas pendientes sobre las que tendrá que pronunciarse en algún momento, como la publicación del desglose de votaciones en cada una de las tres galas.
Pero, más allá de esos asuntos que siguen coleando en la actualidad eurovisiva en España, lo cierto es que ahora es el momento de mirar hacia adelante y empezar a vislumbrar ya una segunda edición del Benidorm Fest que rompa las marcas de este exitoso debut.
Si echamos la vista atrás y vemos de dónde venimos, es innegable que RTVE ha conseguido dar un paso de gigantes en cuando a las preselecciones eurovisivas. El Benidorm Fest ha sentado precedentes para que España inicie una nueva era en su trayectoria eurovisiva. Pero, para ello, es necesario seguir persiguiendo la perfección y aprender de los errores cometidos este año para no repetirlos el que viene.
1. El sistema de voto
La gran polémica de esta primera edición ha sido, sin duda, el sistema de reparto de puntos. Los resultados han demostrado que el jurado profesional, formado por cinco miembros, puede invalidar la voluntad del televoto y de la muestra demoscópica.
Son muchos los casos históricos de representantes eurovisivos que han sido elegidos en sus finales nacionales gracias al respaldo del jurado y luego han arrasado en Eurovisión. Como muestra, véanse los casos de Mahmood en Sanremo o Robin Bengtsson en el Melodifestivalen. No obstante, España debería perfilar sus bases y buscar la forma más idónea y equitativa de elegir a su representante sin generar la controversia de este año.
Más allá de las preferencias individuales, no se puede negar que la candidatura de Tanxugueiras se ha visto claramente perjudicada por el criterio del jurado, que ha impedido que viajen a Turín al otorgarle una baja puntuación que RTVE sigue sin desglosar a estas alturas. Evitar estas situaciones es un objetivo que la Corporación debe marcarse de cara al próximo año.
2. El escenario
Teniendo en cuenta que el Benidorm Fest se ha preparado en seis meses y que RTVE no acostumbra a estar a la altura de otras televisiones europeas en este tipo de eventos, España puede estar absolutamente orgullosa de cómo ha lucido esta primera edición del certamen. El escenario del festival ha hecho brillar a las candidaturas y por fin ha dejado atrás los complejos y las reminiscencias de tiempos ya caducos.
Sin embargo, la cadena debe ser mucho más ambiciosa en la próxima edición. El Benidorm Fest aspira a ser mucho más que un programa de televisión y, por tanto, su aspecto no puede ser el de una gala de Operación Triunfo. En ese sentido, alejarse de clichés televisivos como la mesa del jurado o los sofás de la 'green room' y apostar por un escenario mucho más festivalero sumaría fuerza al certamen y le daría esa identidad propia que pretende construirse.
3. Los medios técnicos
Una de las críticas más recurrentes a RTVE en las preselecciones eurovisivas es la realización y el sonido. Aunque, en ese sentido, este año se han hecho avances impensables, lo cierto es que la cadena no puede conformarse con lo que se ha visto en televisión.
El escaso tiempo de preparación ha jugado en contra del espectáculo televisivo en varias ocasiones, con una realización poco arriesgada y un sonido que no siempre ha estado a la altura. El Benidorm Fest tiene que ser una demostración de poderío y una declaración de intenciones: España está preparada para acoger el Festival de Eurovisión y no hay una ocasión mejor para demostrarlo que su preselección.
4. La emoción del concurso
La distribución del concurso en tres galas, dos semifinales y una final, ha sido una acertada decisión por parte de RTVE, pero desvelar el reparto de puntos desde la eliminatoria y saber exactamente a quién vota cada una de las partes -jurado, televoto y demoscopia- restó bastante emoción a la gala final del sábado.
Como ya hace en otros aspectos de su mecánica, el Benidorm Fest debe fijarse en Eurovisión y comunicar en sus semifinales únicamente qué candidaturas obtienen el pase a la final. De esta manera, se mantiene la expectación de cara a la gala decisiva y todos los participantes pisan el escenario en igualdad de condiciones, sin saberse favoritos o creerse sin opciones a remontar.
El Benidorm Fest debe, en definitiva, seguir renovándose cada año hasta encontrar su identidad, esa que le otorgue una personalidad propia más allá de Eurovisión y que cumpla con el objetivo que RTVE se propuso hace ahora seis meses: rescatar el espíritu del histórico Festival de Benidorm y llevarlo a ser mucho más que una preselección.