"Las vacunas no sirven para nada. Las vacunas es una proteína que te meten la 'spider', que es la proteína por donde entra el virus. Pero claro, la vacuna es la del bicho de 'Luján', y el bicho ha mutado y ahora tenemos la 'oritrón'. Y el bicho ahora es como que ya no entra por la puerta y entra por la ventana. Claro te meten la 'spider', que es la de la puerta y ya no sirve contra la ventana. Con lo cual, por muchas vacunas que te pongas, dos o tres, el virus ya entra por otro lado, con lo cual, te infecta".
Este delirante discurso de Paz Padilla a finales del año pasado, que fue combatido por multitud de medios por su peligrosidad y motivo de burla por parte de algunos de sus compañeros en Sálvame, ha terminado siendo la sentencia de muerte profesional de la actriz y presentadora gaditana.
Y es que, después de que hace ahora dos semanas Padilla abandonara Sálvame tras una enorme bronca con Belén Esteban a raíz de esas polémicas declaraciones, su regreso al programa no parece seguro, tal y como ha publicado la revista Semana y ha corroborado BLUPER.
Por una parte, según la citada publicación, la gaditana "está muy molesta y dolida" y no tiene intención de regresar en un corto plazo porque considera que "que no se la ha tratado con el respeto que merece, no ya por ser presentadora, sino como persona".
Pero, por otra, desde la cadena quieren imponerle una serie de condiciones para su vuelta, ya que no están dispuestos a dar voz a discursos que den alas a los negacionistas. Hay que recordar que, sólo unos días antes de que se desarticulara una red que falsificaba pasaportes covid, en el programa se hicieron insinuaciones muy graves sobre la presentadora.
"Yo no tengo el valor de decir realmente lo que pienso y lo que sé. Y no me siento orgullosa de lo que te estoy diciendo", comentaba María Patiño, dando a entender que había una información clave para comprender el cabreo de Belén Esteban. "Kiko, no me tires. Alberto, que la monto", estallaba la de San Blas después de que Paz abandonase el plató.
"Cuando explica lo del vídeo, Paz no me convence. La pregunta que le hacen es si está vacunada y ella no contesta", decía Kiko Matamoros echando más leña al fuego. "La sensación que me da de ese vídeo es que Paz está afirmando que las vacunas no sirven para nada a la pregunta de si estás vacunada. Es decir, parece una justificación de que no está vacunada porque las vacunas no sirven para nada o no va a decir si está vacunada, pero va a decir que no sirven para nada".
Un imán de audiencias
Sea como fuera, en apenas unos años, Padilla ha pasado de ser uno de los rostros más importantes de Mediaset España a estar prácticamente desterrada y ser de las pocas presentadoras contra la que se permiten ataques de toda índole.
Paz Padilla llegó al grupo de comunicación presidido por Paolo Vasile en 2009 para ser la presentadora sustituta de Jorge Javier Vázquez en Sálvame. Entonces, pocos supieron ver que la gaditana podría superar un reto de tal calibre. Pero, para sorpresa de todos, demostró saber desenvolverse como pez en el agua y ganarse su puesto gracias a representar el espíritu canalla, irónico, chistoso y alegre con el que nació el programa.
Tanto es así que, ante las ausencias de Vázquez por tener que hacerse cargo de otros programas como Supervivivientes, GH VIP o Hay una cosa que te quiero decir, Padilla llegó a convertirse en la presentadora titular del magacine.
A la par, el grupo confiaba en ella para presentar las galas de Nochebuena y Nochevieja con La noche en Paz y participante en su comedia estrella, La que se avecina, interpretando el papel de la Chusa. Su salario por entonces ascendería a cerca del medio millón de euros.
A estos trabajos se le sumaría además su fichaje como jurado de Got Talent en 2019, año en el que además sería elegida para retransmitir las Campanadas. La llegada de la gaditana al talent show fue recibida como un bálsamo e hizo olvidar la marcha de Jorge Javier.
En Mi casa es la tuya también fueron conscientes de la facilidad de Paz para meterse al público en el bolsillo con su espontaneidad y gran comicidad. Y así, en todas y cada una de sus visitas, conseguía arrasar en audiencias.
Todo empezó a cambiar tras la fatídica muerte de su marido Antonio en julio de 2020. En un principio, la presentadora se ganó el aplauso del público por su lección de vida en una entrevista en Sábado Deluxe en la que pedía que no se la juzgara ante sus chistes o su alegría.
Sin embargo, su discurso empezó a tonarse peligroso cuando se hizo eco de técnicas de medicina alternativa como la biodescodificación o de rituales religiosos. "Yo sé que (a mi marido) le enfermó el estrés, porque le bajó el sistema inmunológico", aseveró.
Tras esto, Risto Mejide no dudó en atacar duramente en su programa Todo es verdad a la que hasta entonces había sido su compañera en Got Talent. Y decimos hasta entonces porque sólo unas semanas antes Mediaset la había despedido como miembro del jurado.
Curiosamente por aquellas fechas los medios hablaron sobre la responsabilidad del publicista en la marcha de la gaditana, ya que éste habría exigidido su despido por sus supuestas malas formas con el equipo.
Sólo unos días después, la presentadora reveló en Mi casa es la tuya que le habían asegurado "que seguiría trabajando" tras la muerte de su marido, "pero no". "Me dijeron que no estuve al 100%, y yo le dije 'no estuve al 100% para ustedes, pero sí con mi marido, que era el que me necesitaba".
Tras estos feos, sin embargo, Mediaset decidió premiar a la gaditana presentando la nueva edición de La última cena, un nuevo concurso llamado A simple vista y las Campanadas de fin de año junto a Carlos Sobera. Paradójicamente, estas Campanadas terminarían siendo un regalo envenenado ya que, en un directo con otras dos presentadoras de la última noche del año, Anne Igartiburu y María del Monte, pronunciaría esas polémicas palabras que han terminado firmando su destierro.