Pedro Ruiz: "A la televisión de hoy en día le falta verdad. A mí no me pone un pinganillo ni la Guardia Civil"
El showman regresa a La 1 de TVE con un especial de dos horas que ha rodado "en libertad" titulado 'Nada del otro mundo'.
30 septiembre, 2023 13:19Cuando uno tiene frente a frente a Pedro Ruiz no puede evitar retroceder en el tiempo y recordar a aquel adolescente que miraba embelesado sus entrevistas en La noche abierta. Porque sí, porque hubo un tiempo en el que charla pausada ensimismaba incluso hasta a los más jóvenes de la casa.
Charlas que ahora cuando nos toca despedir a alguna gran figura como María Teresa Campos o María Jiménez se recuerdan una y otra vez en televisión. "Cada vez que muere alguien, cosa que lamento mucho como todo el mundo, veo trozos de La noche abierta todos los días en todos los programas y lo celebro porque eso demuestra que hacíamos algo donde apetecía venir", reconoce Ruiz en conversación con BLUPER.
"Esa pausa me parecía fundamental para que la gente pueda explicarse. La televisión es muy urgente y en la urgencia no se desvela nada. Hay que tener pausa para los silencios. Y como yo soy un artista que conversa, entiendo bien lo que es estar en el otro lado de las preguntas. Por eso hay que acompañar al espíritu del otro para que crezca", añade.
Quizá por ello, consciente de que la televisión de ahora es urgencia, regresa con un programa muy distinto a La noche abierta. Se trata del especial de dos horas Nada del otro mundo, que "no es un programa de comedia, no es un programa de entrevistas, no es un programa de canciones, no es un programa de sorpresas, pero es todo eso a la vez".
- Vuelves a TVE. ¿Cómo se gestó? ¿Quién te llamó? ¿Qué pensaste?
- Es una larga explicación. Ten en cuenta que han sido veinte años de ausencia. Se cumplirán el 29 de enero del año que viene. Hará veinte años de ese programa en la casa y, como soy muy insistente y estos responsables me han escuchado bien, pues regreso ahora. Hace una semana acabamos de terminar de rodar este programa especial que dura dos horas, que irá en prime time, que se llama Nada del otro mundo y que he rodado en plena libertad. Es un programa de autor que espero que sea divertido porque tiene muchos contenidos.
- ¿Te has encontrado una TVE muy diferente a la que dejaste?
- Yo no me sorprendo con la vida. No me gusta hablar en este tono, pero no diré que estoy de vuelta porque estoy muy acostumbrado a ver los cambios que hay. En todo este tiempo yo he seguido haciendo mi teatro, mis libros, mis canciones, mis cosas... Y esta vuelta es en un sentido muy pacífico y muy divertido. El programa no tiene pretensiones, pero sí intenciones. No es un programa de comedia, no es un programa de entrevistas, no es un programa de canciones, no es un programa de sorpresas, pero es todo eso a la vez. Yo espero que sorprenda y que divierta porque nos estamos divirtiendo mucho. Ha sido muy difícil hacer porque hay cosas muy complicadas y las hemos conseguido. Hemos tardado seis meses en rodar esto. Y lo emitirán cuando quieran, a partes iguales.
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El programa no tiene pretensiones, pero sí intenciones. Yo espero que sorprenda y que divierta porque nos estamos divirtiendo mucho.
- ¿Es un programa necesario?
- Hombre, decir necesario es mucho decir. Yo propongo que sea un programa entretenido, que sorprenda, porque hay cosas que mucha gente no se espera. Pero, por decirlo de una forma muy rápida, que lo entenderéis, es un programa sin pretensiones, pero con muchas intenciones.
- ¿Se ha grabado en Madrid todo el programa?
- No. Hay comedias grabadas en el exterior durante meses y luego hay plató con invitados. Es muy largo de explicar. Hay sorpresas y tiene un tono de concordia y, sobre todo, pretende divertir sin ensuciar.
- O sea, que la vuelta ha sido satisfactoria...
- Sí, estoy contento. Me he divertido mucho y además tengo un tono ahora en la vida muy amable y creo que lo podré trasladar a la gente.
- ¿A qué se debe que tengas ahora ese tono amable?
- Porque con la vida tienes que aprender. Tener razón en la vida es muy pesado. Un amigo mío dice: 'Se cargó de razón y ya no podía moverse'. Yo ya no quiero tener razón, quiero tener derecho a no tener razón. Y quiero colaborar en la concordia, en el buen rollo. Y ahora mismo creo que lo más revolucionario es respetar, porque estamos demasiado crispados unos y otros. No se puede estar discutiendo desde que te molestas hasta que te mueres todo el tiempo. Nos vamos a morir. Entonces, no está bien morirse enfadado.
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Yo ya no quiero tener razón, quiero tener derecho a no tener razón. Y quiero colaborar en la concordia, en el buen rollo.
- ¿Crees que en televisión hay espacio para la pausa, para la conversación que tenías hace veinte años en el formato que hacías?
- No. No lo hay. Yo dejé el formato hace veinte años porque me estaba convirtiendo en un preguntador. Y yo no soy un periodista, yo soy un artista que conversa. Pero, esa pausa me parecía fundamental para que la gente pueda explicarse. Yo soy un artista que cuando he conversado con Serrat o con Rafael, esa pausa era necesaria. La televisión es muy urgente y en la urgencia no se desvela nada. Hay que tener pausa para los silencios. No voy a hacer aquí una mención especial a Jesús Quintero, que era un maestro en este asunto. Y como yo soy un artista que conversa, entiendo bien lo que es estar en el otro lado de las preguntas. Por eso hay que acompañar al espíritu del otro para que crezca.
- María Casado te citó a ti y a Quintero como referentes a la hora de hacer Las tres puertas...
- Se lo agradezco mucho porque, reitero, yo no soy periodista, yo soy un chico del teatro y de componer y de escribir. Pero ella intentaba eso y lo conseguía. Lo que pasa es que yo siempre pensé que su programa, y lo digo con muchísimo cariño, era un programa más concebido para La 2. Cosa que yo en este especial, que es para La 1 y en prime time, no me planteo así porque La 1 requiere, y lo digo con mucho respeto, requiere un poquito más de circo y variedades. Y las habrá.
- En estas pasadas semanas que han muerto María Teresa Campos y María Jiménez se recuerdan mucho vuestras entrevistas...
- Cada vez que muere alguien, cosa que lamento mucho como todo el mundo, veo trozos de La noche abierta todos los días en todos los programas y lo celebro porque eso demuestra que hacíamos algo donde apetecía venir. Y esa es la pretensión de ahora. Que conste que este programa es un programa único, es un especial de reaparición, como si fuera un especial de Raphael, por decirlo de algún modo, y luego ya veremos qué ocurre.
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Tengo más planes que años. He cumplido 76 años y tengo planes para siete u ocho vidas. No creo que llegue a la quinta, pero a la quinta voy a llegar bien.
- ¿Y un programa así en una plataforma podría tener cabida?
- Después de este ejercicio del especial, escucharé lo que venga. Porque esto quizá no sea más que un programa o a lo mejor es un principio de cosas. Yo tengo más planes que años. He cumplido 76 años y tengo planes para siete u ocho vidas. No creo que llegue a la quinta, pero a la quinta voy a llegar bien.
- Es que la edad no está en el DNI...
- Tú dime quién hace un salto mortal y medio en la piscina todos los días. Hay que tener más planes que años. El que no tiene más planes que años está muerto.
- Parece que en este tipo de programa no entra la gente joven y yo recuerdo que cuando era adolescente estaba embelesado viendo La noche abierta...
- Hasta que no hagamos las cosas, no se puede hablar de ellas, porque hay muchas teorías que nunca se han comprobado y son teorías de despacho. Yo siempre he sido muy revoltoso y rebelde en esto y creo que, hasta que no ocurren las cosas, nadie puede decir nada. Porque lo que se programa en las televisiones es siempre más de lo mismo, más de lo mismo, más de lo mismo... Y al final acaba siendo menos de lo mismo y menos de lo mismo. Y lo mismo, pero menos.
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No hay ningún cambio en la televisión: hay las mismas caras en otros formatos y los mismos formatos con otras caras.
- Ahora estamos viviendo un cambio bastante profundo en esta nueva temporada...
- No, a mí no me lo parece. En mi opinión es que no hay ningún cambio: hay las mismas caras en otros formatos y los mismos formatos con otras caras. Yo creo que la única cosa que le falta a la televisión, en mi modesta opinión, es verdad. Y verdad no de contar las noticias de verdad, sino de reaccionar de verdad, de sentir de verdad y que no te esté acuciando una conexión, un auricular ni nada de eso. Yo haré este programa y no voy a llevar pinganillo. A mí no me pone un pinganillo ni la Guardia Civil.