Adiós a ‘La que se avecina’: el cierre redondo de la temporada 15 con sabor a Navidad (y a ‘Aquí no hay quien viva’)
- El último episodio, estrenado este lunes, bien podría haber sido del broche de oro para la histórica serie.
- Más información: ‘La que se avecina’ vuelve a mirar a ‘Aquí no hay quien viva’ recuperando a su mítico portero y con un déjà vu de Loles León
La temporada 15 de La que se avecina ya está completa para ser disfrutada en el catálogo de Prime Video. La serie de los hermanos Caballero ha echado el cierre en lo que parecía que iba a ser su última tanda de episodios con la promesa de dos nuevas temporadas que sigan expandiendo el universo de Contubernio 49, la comunidad de vecinos formada en su mayoría por antiguos propietarios de Mirador de Montepinar. (Atención: este artículo contiene spoilers)
La serie ha dejado un gran sabor de boca, con cambios importantes. Uno de ellos es la pérdida de protagonismo de Les Chiques. Ya sabíamos que Giorgi (interpretado por Jaime Riba) no volvería en esta temporada; su salida ha sido justificada con haber encontrado el amor y el sentar la cabeza lejos de sus compañeras.
Andy y Karma han continuado, y a la primera la hemos visto por la cafebrería trabajando, pero sin ninguna trama de peso. Y lo de Karma, interpretada por Álex Delacroix, ha sido anecdótico, con episodios donde casi aparecía más en los créditos que por el rellano. Eso sí, al menos en el último episodio ha terminado encarnando a la propia virgen María en un belén viviente e inclusivo.
Unos van, y otros, sin embargo, vuelven. Así, ha vuelto a la vida de sus antiguos vecinos Sergio (Adriá Collado), como protagonista de una serie junto a Lola Reynolds, Zorreo en el recreo. Y esto le ha hecho recuperar la chispa del amor con Maite, quien es madre de su hijo Amador Junior, alias Ojos de Pollo, del que no se ha ocupado en todos estos años, y que ahora vive la vida junto a sus hermanos en la casa que Carlota ha logrado con sus ingresos por contenidos picantes.
También volvió María Adánez como la abogada Rebeca Ortiz, que se sorprende con las coincidencias de la vida que le llevan a alquilar una casa junto a los que fueron sus vecinos. Quizá su momento más memorable es cuando se encuentra con Menchu (Loles León) en el portal, y tienen la sensación de conocerse, sin saber de qué. Un guiño a cuando eran, respectivamente, Lucía, “la pija”, y Paloma Cuesta en Aquí no hay quien viva, en Antena 3.
La huella de Aquí no hay quien viva ha sido, de hecho, alargada. Ha habido muchos dèjá vu, como dijo Menchu en cierta ocasión, con guiños al bloque de Desengaño 21 de Antena 3. El momento de Menchu y Rebeca, gritos al presidente de “váyase”, el concurso con el belén viviente, Adriá Collado reencontrándose con Luis Merlo y tener la sensación de que se conocen, ¡y es que hasta Fernando Tejero ha vuelto a ser portero!
Y luego está el caso de Luis Miguel Seguí, que ha regresado a la serie. El actor, pero no su personaje Leo, que murió. Cuando se conoció este fichaje, lo fácil habría sido pensar que interpretaría a un familiar, un hermano gemelo, quizá. Nada más lejos. Seguí ha interpretado a un ligue (fallido, todo hay que decirlo) de Rebeca, un personaje episódico que salió una mañana de Contibuerno 49 para, en teoría, no volver jamás.
Pero para adiós, el de Vicente Maroto. El padre de Javi no salía de su casa desde hacía días, y, finalmente, tiraron la puerta abajo. Lo encontraron muerto haciendo lo que más le gustaba: estar en el sofá, viendo el fútbol. Un punto de tristeza que pronto se convirtió bizarro, como no podía ser de otra manera, con Recio usando su cuerpo inerte para votar en una junta, y Amador tirando sus cenizas en el Metropolitano del Atleti tras llevarlas escondidas en el pantalón.
Un cierre redondo
Como decíamos anteriormente, la actual temporada de La que se avecina pudo ser la última. Y es algo que se nota en este último capítulo, con sabor a Navidad. No han faltado belenes, loterías, ni cena de Nochebuena.
Todas las tramas se dejaron medio cerradas, con un final feliz, entendiendo esto como todo lo feliz que pueden ser estos personajes. Con Antonio Recio gritando a los cuatro vientos el amor que le tiene a Berta, a Greta recuperando su familia, con los Cuquis unidos y con un nuevo miembro más en el clan. Con Fina disfrutando de la familia, y con Menchu esperando un nieto.
Con Ursulita y Toñín, a los que vimos nacer, hechos ya unos adolescentes, que nos demuestran cómo ha pasado el tiempo desde que arrancó la aventura en Montepinar. Con Lola más Estela Reynolds que nunca, demostrando que la historia siempre se repite. Y una voz en off que bien podría haber despedido la serie para siempre entre cariños y peleas.
Ha sido una tanda con cierre redondo, que huye de los cliffhangers, esos que te piden una nueva temporada rápido para seguir enganchado. Ha sido un adiós pausado, pero que no es un hasta siempre, sino hasta pronto. Porque todavía quedan, al menos, dos temporadas más de la ficción. No cabe duda.