Terry Gilliam en el primer intento de rodaje de la película.

Terry Gilliam en el primer intento de rodaje de la película.

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Terry Gilliam resucita al Quijote (por cuarta vez)

El ex Monty Phyton retoma su proyecto más deseado, la adaptación del clásico. Es la cuarta vez que intenta levantar una película que tuvo que cancelarse por temporales, enfermedades y desgracias varias.

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En la historia del cine existen varios rodajes infernales de los que se habló más que de la propia película. Ahí está Apocalypse Now, con sus tifones, cambios de actores a última hora y peleas entre las estrellas. O la española La mula, cuyo director Michael Radford abandonó el rodaje sin terminarlo y se llevó el material grabado. Su trabajo lo terminó un misterioso realizador cubierto con un pasamontañas. Pero, a pesar de todo, la película se terminaba y se estrenaba en los cines.

En el primer puesto de los rodajes malditos está el de El hombre que mató a Don Quijote, la particular versión del clásico de Cervantes que obsesiona desde hace décadas al director Terry Gilliam y que se ha puesto otra vez en marcha después de tres intentos frustrados. Ahora a la cuarta intentará que vaya la vencida, ya que el director ha comenzado el rodaje de esta película que espera tener mejor suerte esta vez para llevar a la gran pantalla esta historia en la que un ejecutivo londinense viaja en el tiempo hasta la España del siglo XVII donde es confundido con Sancho Panza por el mismo Alonso Quijano.

Los que han dado la voz de alarma del inicio han sido el propio del equipo del filme, entre ellas la española Rossy de Palma, que ya estuvo vinculada al proyecto en su primera versión y que vuelve años después. Ella ha colgado un post en Instagram en el que se veía una copia del guion del filme junto a la frase “Por fin estamos aquí”. También la maquilladora Sylvie Imbert usó la red social para compartir una imagen del set de rodaje que comenzó la semana pasada en Toledo y que también pasará por Navarra y Lanzarote.

Lost in La Mancha - Trailer

Todo el equipo estará poniendo velas y esperando que los astros se alineen para no repetir la pesadilla de hace casi veinte años, una odisea que recuperó el documental Lost in la Mancha, un documento que rescata todas las desgracias que se pueden sufrir durante la preparación de una película. En aquel primer intento en 1998 Johnny Depp daba vida al protagonista, mientras que Jean Rochefort sería el ingenioso hidalgo. Los problemas comenzaron con la localización del rodaje en el paisaje desértico de las Bardenas Reales, perfecto en teoría y un fracaso en la práctica por su proximidad a una base aérea de la OTAN en la que no dejaban de pasar aviones de combate. A eso sumen una tormenta que acabó arrasando el set y echando por tierra todo lo rodado hasta entonces y la enfermedad del protagonista (Rochefort) al que una doble hernia discal impedía montar a caballo. Una película del Quijote sin Quijote. Gilliam veía cómo su intento de adaptar el clásico corría la misma suerte que la que intentó Orson Welles.

El propio director tiró de ironía y buen humor para recordar el rodaje en Gillianismos, memorias prepóstumas (Editorial Malpaso) el libro en el que arrasaba con todo lo que pillaba y dejaba a Hollywood de vuelta y media entre chistes, ilustraciones y fotografías propias. El ex Monty Phyton explicaba en sus páginas su obsesión con Don Quijote, con el que “mi identificación con la imposibilidad del héroe de alcanzar su sueño romántico fue tan absoluta que la película misma se convirtió en una quimera”.

Por ello Gilliam se enfrentó otra vez a sus demonios e intentó levantar el proyecto otra vez. Lo anunció con Ewan McGregor y Robert Duvall como protagonistas, pero esta vez ni siquiera había comenzado la preproducción. Habría una tercera vez antes de que la cámara se encendiera de nuevo. En esta tercera versión el Quijote tendría los rasgos de John Hurt y Sancho Panza de Jack O'Connell. La reciente muerte de Hurt ha hecho que finalmente el papel del hidalgo haya recaído en Jonathan Pryce. Gilliam aleja por fin la maldición que arrastraba. “Los últimos años de la carrera de Orson Welles se vieron frustrados por la imposibilidad de llevar a cabo una ambiciosa adaptación del Quijote, pero yo no dejaría que eso me ocurriera a mí de ninguna manera”, contaba en Gillianismos.

Al final ni siquiera O'Connell (Invencible) estará en la película y el papel protagonista ha recaído en Adam Driver, al que después de Girls y Star Wars: El despertar de la fuerza le llueven los papeles. Acompañándoles estará Rossy de Palma, pero también Óscar Jaenada y otros actores internacionales como Olga Kurylenko o Stellan Skarsgard. La claqueta ha sonado y eso que el rodaje debería haber comenzado el año pasado, pero un problema con uno de los productores portugueses volvió a retrasar un título que parece maldito.

De momento, y ya van dos semanas, el tiempo ha respetado, ningún productor ha salido huyendo con el dinero y los actores están en perfecto estado. El sueño de Gilliam parece ir por buen camino, de momento.