The Meyerowitz Stories, una película de Netflix en Cannes el año pasado.

The Meyerowitz Stories, una película de Netflix en Cannes el año pasado. EFE

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Netflix amenaza con boicotear el Festival de Cannes

La plataforma de contenidos ha amenazado al certamen con retirar varias películas si no levantan su veto a las producciones originales de la empresa.

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La pelea de Netflix y el Festival de Cannes sigue más cruda que nunca. Si el año pasado la plataforma de contenidos monopolizó todas las conversaciones sobre la polémica de si sus películas merecían estar en la Sección Oficial, este año el rifirrafe ha comenzado antes y amenaza con dejar al certamen más prestigioso del mundo sin algunos de los títulos más importantes del año. Títulos que Cannes daba por hecho ya que los acuerdos se hicieron con los productores y antes de que Netflix entrara en ellos.

Para entender este ultimátum de Netflix a Cannes que ha revelado The Hollywood Reporter, y que se intenta resolver a toda prisa antes del anuncio de la programación este jueves, hay que viajar al pasado, hasta la pasada edición, cuando comenzó el desencuentro entre ambas. El Festival decidió elegir dos películas de la plataforma en su Sección Oficial a concurso, The Meyerowitz Stories, de Noah Baumbach, y Okja, de Bong Joon-Ho, dos de las realizadores más reconocidos del cine de autor a los que la compañía les había producido sus nuevas obras y que, por tanto, se estrenarían saltándose la ventana tradicional: las salas.

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Esto enfureció a los cines franceses, que pusieron el grito en el cielo e hicieron un comunicado criticando que el festival diera pie a obras que no iban a seguir las normas del juego marcadas hasta ahora. Esto provocó que la pelea entre Netflix y el Festival fuera el centro de atención y que hasta le jurado se pronunciara: Pedro Almodóvar (que no descarta que su productora El Deseo trabaje con ellos en el futuro), se mostró partidario de la defensa de las salas, mientras que Will Smith, que ha protagonizado para ellos Bright, se lo discutió en la rueda de prensa inicial.

La nueva película de Alfonso Cuarón, es una de las que se caería.

La nueva película de Alfonso Cuarón, es una de las que se caería.

Ante el fuego encendido, el presidente de Cannes, Thierry Frémaux, hizo un comunicado oficial en el que anunciaba que ahora, para ir a la Sección Oficial a concurso habría que pasar siempre por salas comerciales. Muchos pensaban que era sólo un parche para tranquilizar a los distribuidores, pero recientemente el certamen ha confirmado que la medida se mantiene. Si una película de Netflix (u otra plataforma), quiere ir a Cannes, tendrá que confirmarse con una proyección especial, pero no optará a ningún premio.

Parecía que la plataforma iba a aceptar las normas sin protestar, pero según la exclusiva del medio de EEUU, sólo estaba esperando su contraataque, que ha venido en forma de amenaza: si no se levanta el veto a sus producciones, tampoco estarán en liza por la Palma de Oro aquellas en las que ella haya participado y tenga acuerdos de distribución para después de su explotación cinematográfica. Entre las películas hay dos que harían especial daño, ya que son de las más esperadas y se daba por hecho su presencia en La Croissette. Se trata de Roma, lo nuevo de Alfonso Cuarón tras Gravity; y Norway, el regreso al cine más personal de Paul Greengrass. Tampoco estarían Hold the dark, de Jeremy Saulnier ni la obra inacabada de Orson Welles, El otro lado del viento, que se ha terminado décadas después gracias a Netflix. El último sería un documental también centrado en la figura de Welles.

Es su modelo de negocio, y lo respeto, pero se trata del cine, y queremos que las películas en competición tengan estreno en salas tradicionales

Según Variety, fuentes de la industria consideran esto un ataque frontal al Festival y una forma de imponer el modelo de Netflix por encima de las salas. “El año pasado creí que podría convencer a Netflix de estrenar en salas, pero ellos se negaron. Es su modelo de negocio, y lo respeto, pero se trata del cine, y queremos que las películas en competición tengan estreno en salas tradicionales. Es el modelo de la gente que ama el cine, y Netflix debe respetarlo también”, dicen estas fuentes que hablan de negociaciones de última hora para desbloquear la situación.

Cannes pensaba que estas películas serían estrenadas en salas al no haber sido producidas por Netflix, pero al haber entrado más tarde y tener los derechos de distribución puede decir sobre ellas. El caso de Cuarón sería el más doloroso para el festival, ya que es el regreso a México del director tras ganar el Oscar, y uno de los filmes más esperados del año, que se vería obligado a buscar otra ventana de estreno si no consiguen una solución in extremis.

Los defensores de la plataforma argumentan que Cannes no se da cuenta de la labor que Netflix está haciendo en la producción del cine de autor mediano, ya que actualmente en EEUU es muy difícil producir un filme si no es una superproducción de estudio o un título de un estudio indie. El jueves se verá quién de los dos ha dado marcha atrás en esta pelea que tiene en jaque a toda la industria.