Josh Brolin y Ryan Reynolds en Madrid.

Josh Brolin y Ryan Reynolds en Madrid. EFE

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Josh Brolin: "En estos tiempos de opresión hay que hacer cosas que ofendan"

El actor acompaña a Ryan Reynolds en la secuela de 'Deadpool', el superhéroe de Marvel más irreverente y el único no recomendado para menores de 18 años.

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La llegada del universo Marvel al cine cambió Hollywood. De repente todos los estudios querían su franquicia de superhéroes. Todas parecían funcionar en taquilla, y cuando no lo hacían o daban señales de agotamiento (véase Spider-Man), las reseteaban desde cero con nuevos protagonistas, pero las mismas ganas de reventar las arcas.

Casi todas ellas respondían al mismo patrón: acción y humor en películas bastante blancas para que los chavales puedan verlas y los padres no aburrirse. También había que vender muñequitos. Ni rastro de la oscuridad que Nolan imprimió, y contagió después, a la casa rival, DC. Por ello, entre tanta fotocopia en la que solo cambiaban los poderes y el tino (más o menos humorístico), se agradeció que Fox diera luz verde a una propuesta tan canalla como Deadpool.

Tráiler de Deadpool 2

La película presentaba a un héroe bocazas, que decía tacos, follaba, cortaba cabezas y hasta se dirigía al público rompiendo la cuarta pared para hacer bromas con ellos sobre la propia franquicia de los X-Men (de donde él proviene realmente), sobre la película y hasta su protagonista. El resultado no pudo ser mejor, reventó la taquilla de una forma inesperada a pesar de que su calificación por edades era ‘No recomendada para menores de 18’. Los superhéroes para adultos podían funcionar, y se confirmó el año pasado con Logan.

Era cuestión de tiempo que llegara una segunda parte en la que se mantienen las señas de identidad de la primera, y en la que corrigen uno de sus errores: la falta de un rival a la altura de Deadpool. Aquí, Cable, interpretado por Josh Brolin, se mide de tú a tú con Ryan Reynolds. Ambos visitaron España para presentar el filme y hablar de lo que creen que hace diferente su franquicia. Para Brolin está claro: su capacidad para tocar las narices. "Lo mejor de la película es que todo es ofensivo. Hay que serlo en estos tiempos de opresión en los que no se puede decir que piensas que algo está mal, que no se puede juzgar, lo bonito es reírse. La calificación de la cinta dice que es para adultos, así que vamos a ser macarras y decir lo que queramos. Llevo tiempo viendo que hasta los cómicos tienen miedo, pero luego llega Ricky Gervais y le da todo igual. Esa libertad, ese humor descarado de quien se ríe de uno mismo es precioso, es saludable y rompe la tensión", comentó el actor, preguntado por EL ESPAÑOL.

Cualquier cosa que tenga éxito en Hollywood se fotocopia hasta volverlo irreconocible

Su compañero y productor de la saga le daba la razón y apuntaba otra de las claves: "Yo nunca he encontrado un papel que me haya dado tanta libertad como este". Un papel al que describe como un "idiota disfuncional" que se ríe de sí mismo, un antihéroe que se conforma "con ser hoy un poco mejor que ayer, como nosotros". "Deadpool es un personaje de moral flexible que no quiere hacer el bien, sino que lo hace a regañadientes; no es virtuoso, no es Superman ni Capitán América. Pero eso le hace único, interesante, le quieres. Quieres a un tipo que mete la pata cuando lo que prima es ser perfecto y dar la versión mejorada de uno mismo", explicaba Reynolds.

Ese humor irreverente es lo que cree hace unos años era “impensable para el universo Marvel y DC, que cuentan la historia que quieren los fans y eso les limita, por eso Deadpool es más real", apunta el canadiense que es consciente de que la maquinaria de Hollywood ha visto en este nuevo modelo de superhéroes un filón comercial y puede explotarlo hasta quemarse: “Cualquier cosa que tenga éxito en Hollywood se fotocopia hasta volverse irreconocible".

Héroe a los 50

Josh Brolin ha vivido este año una resurrección en Hollywood, y lo ha hecho con dos papeles vinculados a la casa Marvel. Primero ha interpretado a Thanos, el villano de Vengadores: Infinity War, y ahora como Cable. No tiene prejuicios hacia el cine de superhéroes, de hecho cree que “para un actor es divertido hacer cosas así; parece que este tipo de películas no requieren interpretación, pero yo veo que piden más concentración, más imaginación y más convicción", explicó el nominado al Oscar por Mi nombre es Harvey Milk.

Parece que este tipo de películas no requieren interpretación, pero yo veo que piden más concentración, más imaginación y más convicción

"A mi edad no me importa nada de eso, es una decisión personal pasármelo bien cuando voy a trabajar. 'Thanos' ha sido como volver a hacer teatro en Nueva York o releer las novelas de Ray Bradbury. Es un músculo que tenía poco usado, pero poco a poco me encuentro mejor en medio de monologuistas y cómicos. Pienso seguir, a no ser que esto sea un fracaso rotundo", bromea consciente de que la película es la más taquillera del año y una de las más exitosas de la historia.

A pesar de su irreverencia en muchos temas, Deadpool no rompe un tabú de Marvel, la política. ¿Pero qué pasaría si el héroe bocazas se encontrara con Donald Trump? “Bueno, sería muy feo, primero porque Deadpool es canadiense y querría hablar de aranceles, pero sobre todo, porque no le interesa la política, sólo crear tragedia: así que se me ocurre que le podría arrancar la peluca, creo que haría lo que menos te esperases, así es él, impredecible", zanjó Reynolds que ha demostrado que su lado cómico es un filón que Marvel seguirá explotando en más entregas.