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Era el equipo más esperado. Todo el mundo sabía que Roman Polanski no estaría fisicamente en Venecia, pero desde el certamen se deslizó que el director entraría por Skype en la rueda de prensa que está obligada a dar cualquier película que compite por el León de Oro. Los ánimos se han ido calentando, y después de las declaraciones de la presidenta del jurado diciendo que no acudiría a la gala del director porque representa a muchas mujeres, el tema sobre su presencia se ha convertido en el asunto del que todos hablan.

Quizás ese haya sido el motivo por el que finalmente no hubo entrada estelar del realizador, a pesar de que la acogida por parte de la prensa para su filme, El oficial y la espía, haya sido excelente y la gente haya recibido al equipo incluso con una ovación en pie. El oficial y la espía ha conseguido el beneplácito de los medios, pero ni aun así el séquito de Polanski, con su mujer Emmanuelle Seigner a la cabeza y los productores y actores del filme acompañándola, han entrado al trapo.

“Sin Roman presente no vanos a responder a nada que no sea de la película”, ha dicho Luca Barbareschi, uno de los productores al comenzar el encuentro con los medios. “Queremos dejar atrás la controversia, no es un juicio moral sino un Festival de Cine que celebra el arte”, ha zanjado el italiano, que también ha dejado claro que el juicio final sobre el filme lo tendrá el público y no el jurado -driblando así la pregunta sobre las declaraciones de Martel.

El equipo de la película de Pokanski en Venecia. EFE

Sólo una vez se han salido del guion marcado. Ha sido Seigner, quien ha valorado unas declaraciones que había en el pressbook del filme y que ha publicado Deadline asegurando que él se ha sentido acosado como Dreyfus y en las que negaba que esta película, que relata uno de los casos más famoso de condena injusta de la Historia, fuera un ejercicio de catarsis o terapia.. "Es fácil de comprender si ves como ha sido su vida", ha dicho de forma concisa aunque ha dejado un dardo de regalo al reconocer que la forma de operar del "aparato de persecución" que se muestran en la película le resultan "familiares" y eso es algo que también le ha inspirado.

Todos han coincidido en resaltar lo exigente y meticuloso que es el director de 86 años que se ha convertido en uno de los favoritos para colarse en el palmarés, aunque muchos creen que la presidencia de Martel podría pesarle. Un tema que tampoco se ha tratado en una rueda de prensa en la que los actores, Jean Dujardin y Louis Garrell han intentado rebajar la tensión con humor. De momento Venecia ha apagado el fuego Polanski, al menos hasta que el palmarés hable y las suspicacias vuelvan a salir.

El oficial y la espía, su nuevo filme, se estrenará en nuestro país el 13 de diciembre y está basada en la historia real del Capitán Alfred Dreyfus, un soldado francés de origen judío que fue acusado falsamente de espionaje y condenado a prisión permanente. Émile Zola popularizó esta historia con su artículo 'Yo acuso (J'acusse)' en el periódico L'Aurore, en el que denunciaba los entramados de las clocadas del estado en lo que se bautizó como 'el caso Dreyfus’ y que conmocionó a la Francia de finales del siglo XIX.

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