Richard Donner junto a Danny Glover y Mel Gibson.

Richard Donner junto a Danny Glover y Mel Gibson. GTres

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Adiós a Richard Donner, el director que nos hizo creer en lo imposible

Dirigió 'Superman', 'Los Goonies', 'Lady Halcón' y tantas obras que han hecho soñar y amar al cine a todas las generaciones. 

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El cine está hecho del material con el que se forjan los sueños. Lo dejó claro John Huston en El halcón maltés. No hablaba del cine como tal, pero cuando el personaje de Humphrey Bogart decía esa frase al final de la película todos teníamos claro que hablaba de la capacidad de una película para hacernos volar. El cine es el arte de hacernos creer en lo imposible, de volver a ser niños cuando se apagan las luces de la sala. El cine es un truco de magia que vuelves a ver una y otra vez aunque sepas el truco.

Si hubo un director que encarnó mejor que nadie todo esto, ese fue Richard Donner, que este lunes fallecía a los 91 años dejando varias de las obras más importantes de la historia del cine. Donner nos hizo creer en lo imposible. Nos hizo creer que un hombre podía volar, que su cuerpo podía hacer de raíl y soportar el peso de un tren. Muchos directores cambiarían toda su carrera por tener uno sólo de los títulos que dejó el director en su mochila. Apunten: Superman, Los Goonies, Arma Letal, Lady Halcón…

Richard Donner era eso que tan despectivamente llaman 'un artesano'. Un término para referirse a aquellos a los que la crítica sesuda nunca encumbró. No hacía falta. Ya estaba el público para convertirle en historia. Es evidente que es Superman la obra que mejor encarna esa capacidad de ensoñación que desprendía el director, pero es que todas sus obras nos hacen retroceder en el tiempo. Quién es capaz de ver Los Goonies y no ser un niño de nuevo. Una película de la que es imposible no recordar sus frases… “El rufián que intentare descifrar el contenido de este mapa, pagará su osadía con la más terrible de las muertes”.

'Superman', una de las obras maestras de Richard Donner.

'Superman', una de las obras maestras de Richard Donner.

Todos sabemos quién es Sloth, y todos hemos fantaseado con tener una pandilla como la de Los Goonies. Pero aún hay más. ¿Alguien ha captado mejor la belleza enigmática de Michelle Pfeiffer? Lady Halcón, ese prodigio del cine de fantasía y aventuras que debería revisarse más a menudo. Donner podía con todo. Ahora que Marvel ha emocionado tanto a las nuevas generaciones, sin su Superman con el rostro de Christopher Reeve nada de eso hubiera sido posible.

Como siempre pasa con los artesanos, nunca estuvo nominado al Oscar. Nunca. Una industria que ha sido capaz de nominar y hasta premiar a nombres como David O. Russell pero que nunca se acordó de este prestidigitador que tantos sueños creó. Ni siquiera para darle un premio honorífico le tuvieron en cuenta. Cuánto le debe Hollywood a Richard Donner y cuánto le negó el prestigio por no tomarse en serio. Donner no engolaba la voz. No se creía más importante, al revés, parecía más ligero de lo que realmente era.

Aunque fue Superman la película que le llevó a la fama, dos años antes ya había demostrado que era capaz de todo. En 1976 debutaba en el cine con La profecía y ya dejaba su primer personaje para la historia: Damien. Nombre que sólo escuchar sigue provocando las pesadillas de los más cinéfilos. Y aunque el hombre de acero fue la obra que le encumbró, fue otra saga la que le hizo forrarse en la taquilla: Arma Letal.

Fotograma de Los Goonies.

Fotograma de Los Goonies.

Al guaperas de turno, Mel Gibson, le convirtió en protagonista de una buddy movie policial y le colocó de compañero a Danny Glover en un momento en el que Hollywood solo colocaba a negros si tenía que hablar de asuntos raciales. Y mejor poco, no fueran a molestar a alguien. Donner convirtió a Glover en una estrella y a Arma Letal (1987) en una de las sagas más influyentes de aquella década de los 90 que entraba. Tres secuelas con las que amasó en total más de 1.000 millones de dólares y una quinta que siempre se rumoreó y nunca se materializó.

A Gibson le cogió el truco. No es un actor fácil, pero él sacó su vis cómica no sólo en Arma Letal, sino en ese wéstern mezclado con el cine de acción con el póker de fondo: Maverick. La dupla Gibson – Jodie Foster fue otro de sus aciertos. Uno más. Tampoco se lo reconocieron. Parece que los artesanos siempre tienen que acertar. A lo mejor es que no era tan fácil lo que hacía. A lo mejor había que tener mucho talento para coger una versión moderna del Cuento de Navidad de Dickens y convertirlo en un clásico navideño moderno como Los fantasmas atacan al jefe.

En 2017, en una gala en su honor en su nombre que organizó la misma Academia de Hollywood que nunca le nominó a un Oscar, Richard Donner dijo que "ser director fue el mejor regalo del mundo. No fue trabajo. Fue un placer". El placer fue nuestro. De todas las generaciones que siguen creyendo que un hombre es capaz de volar gracias a sus inolvidables películas.