La Alhambra también tuvo su Aristóteles y otras incógnitas de la octava maravilla del mundo
El documental Los constructores de la Alhambra, de Isabel Fernández, presenta la historia del visir Ibn al-Jatib, el erudito que vivió la transformación más importante del complejo nazarí.
Granada amaneció lluviosa, pero conocen de sobra aquello de novia mojada, novia afortunada. La ciudad del Albaicín, del pionono y del empedrado no apto para botines de un conglomerado gallego de fama internacional alberga una de las presentaciones más importantes a nivel cultural. Nunca antes una cámara había captado, de forma tan lírica, los secretos escondidos de su edificio más emblemático.
Isabel Fernández lo hace en Los constructores de la Alhambra, un proyecto que baila entre el documental y la ficción y que ahonda en la desconocida figura de Ibn al-Jatib (Amr Waked, La pesca del salmón en Yemen): el artífice de gran parte de la sabiduría presente dentro y fuera de las paredes del monumento. Tras más de nueve años de investigación, la directora consuma este viernes el relato de un erudito que hizo de la Alhambra un centro de arte, de ciencia y de progreso.
"Estamos hablando de este edificio como nunca se había hablado de él, desde la cotidianidad, desde la gente que lo ha vivido y lo ha creado", indica la directora a EL ESPAÑOL en un corrillo en la Torre de la Cautiva, un espacio de la Alhambra que escapa a las concurridas visitas turísticas. "Es uno de los lugares más complicados para rodar en España y, seguramente, en Europa", añade.
Fernández grabó toda la parte de ficción del documental en pleno periodo estival y con estrictas franjas horarias. Durante los cuatro meses que duró el rodaje, la Alhambra amanecía dos veces: una para saludar a las cámaras y la otra, un par de horas después, para abrir sus puertas a los turistas. "Estamos dentro de un museo que tiene una protección muy grande, eso implica un trabajo largo de negociación con la institución", afirma. Pese a todo, la directora incide en que siempre contó con el sí del Patronato.
Entre turistas ansiosos por conocer los escondites del palacio nazarí más importante de España, Granada acoge a multitud de visitantes en la que es, de facto, su obra más notoria. Ni siquiera la lluvia frena la horda de personas que hacen fila a su entrada. El interés es siempre superior al tamaño de sus edificaciones.
[Granada, la ciudad de la Alhambra]
Un hueco en la historia
Los constructores de la Alhambra es, con un presupuesto de 1.600.000 euros, un "proyecto muy arriesgado financieramente", pero que pretende presentar una historia desconocida a gran parte del público. "Nunca había escuchado el nombre de este señor", afirma Amr Waked. El actor egipcio francés ha encontrado en Ibn al-Jatib "alguien que es como Aristóteles". Una figura trascendental en la construcción de la Alhambra, además de un "poeta, astrónomo y arquitecto".
Tanto la directora como el actor coinciden en que el documental presenta un elemento muy específico, y por ende poco mainstream, de una época clave de la historia de la Península Ibérica. "Estamos entrando en un tema en el que la mayoría sabemos poco o nada", indica Isabel Fernández. "Hay un agujero de no atención a ocho siglos de historia que están llenos de personajes fascinantes que no se limitan a un impacto en ese periodo", agrega la directora.
Más allá de los muros andalusíes que dan forma al recinto, el Reino de Granada impulsó la agricultura local e implementó novedades en la dieta, la industria textil o incluso la cosmética. La Alhambra era algo más que la belleza llevada a su expresión más elevada. "Estamos explicando el pensamiento occidental", afirma Fernández. "Hablamos de una herencia que tiene que ver con la cotidianidad, con lo que somos los mediterráneos, el papel de esta gente es muy trascendente".
La directora, graduada en Historia del Arte, es una apasionada de todo lo andalusí. Su amor por el siglo XIV, unido a su predilección por capturar las historias humanas, se plasma en su cinta. Su descubrimiento de Ibn al-Jatib "dice poco sobre nosotros mismos". Que un espacio tan relevante como la Alhambra cuente "con un cronista tan potente que está presente en el periodo trascendente en el que se construye" pone de manifiesto la escasa información que ha llegado al público sobre su figura.
Leer el arte
Isabel Fernández deja en todo momento claro cuál es el tipo de documental que ha elaborado en Los constructores de la Alhambra. Por momentos, parece un guion completado por historiadores, por otro una película que pretende recuperar los momentos más importantes de la construcción del emblemático edificio. "No me gustan los documentales estáticos", incide. "No tengo que quedarme limitada a pasear con la cámara enfocando dibujitos".
Para el actor que ha dado vida en la ficción a este sabio, el desconocimiento de su existencia le ha permitido redescubrir el verdadero significado de sus edificios. "La Alhambra mezcla la ciencia del espíritu con la ciencia del vivir, no hay ciencia sin espíritu, no hay edificio sin palabras", indica Waked. El intérprete incide en la idea de que la Alhambra habla, pero gran parte de sus visitantes desconocen su mensaje al no comprender los textos del Corán. "Me gusta mucho más la cultura árabe después de haber hecho esta película", añade.
Isabel considera que uno de los privilegios de haber podido rodar en este enclave granadino es "haber redescubrierto la Alhambra". Tras años de estudios, de investigación y de preguntas académicas, el rodaje le ha permitido comprender qué hay más allá de su historia. "Nosotros no entendemos nada, pero es un edificio que está hablando todo el rato", indica. "Todos los que hemos rodado aquí hemos sentido cosas, teníamos la sensación de que estábamos haciendo algo grande", concluye la directora.