'GH 16': Si no hay muebles, no hay reality
A la hora de comentar los reality shows hay una crítica que cada día me enerva más. Se trata de esa manía de tachar a la inmensa mayoría de concursantes de ser "un mueble", salvándose sólo aquellos que han protagonizado la trama principal.
Es cierto que hay personajes que emergen como líderes naturales, villanos detestables o adorables incomprendidos. Pero para que haya un líder tiene que haber un seguidor, para que alguien sea considerado un villano se necesita ver a otro como víctima de sus afrentas y para comprender al adorable incomprendido hace falta que sus compañeros no sean capaces de hacerlo.
Para que haya un líder tiene que haber un seguidor
En cualquier historia tenemos personajes protagonistas, secundarios e incluso pequeños cameos que sólo hacen acto de presencia cuando la acción lo requiere, y en un reality show sucede exactamente lo mismo.
Cualquier concurso que se haya emitido en España ha contado con varios "muebles" que han quedado en el olvido. Al fin y al cabo la memoria es caprichosa y sólo retiene algunos trazos de un cuadro mucho más complejo.
Todos esos concursantes que pasaron sin pena ni gloria consiguieron que sus compañeros brillasen, se desesperasen o conspirasen para huir de la nominación. Como siempre ocurre, es más fácil poner ejemplos que clarifiquen, y Gran Hermano 16 es perfecto para ello.
Maite no sería nada sin los muebles de GH16
Maite fue la gran estrella de la primera semana, un personaje tan sumamente polémico que ocupó el 99% de los vídeos. Ella captaba la atención de la cámara, pero no era la única que salía en pantalla. Ivy la llamó "puta", algo que provocó una pelea monumental, Marina la acusó de mentir con la edad y Carlos le espetó que era una maleducada a pocos centímetros de la cara. Es cierto que ninguno de ellos ha logrado cautivar a la audiencia (de momento), es verdad que se ven envueltos en menos tramas que otros participantes, pero también hay que reconocer que son directamente responsables de algunos de los momentos más memorables de los primeros días de la convivencia.
Es cierto que hay participantes que nunca logran encontrar su lugar en la competencia y vagan por la casa sin aportar nada a las tramas, pero son el grupo minoritario. Lo normal es que todos dejen su impronta de un modo u otro.
Protagonistas en un reality, "muebles" en otro
Para comprender que no todos los concursantes pueden ser destacados protagonistas no hay más que ver a aquellos que han competido en más de una ocasión. Israel Pita fue uno de los concursantes más famosos de Gran Hermano 1, pero un cero a la izquierda en Hotel Glam. El reencuentro nos mostró versiones descafeinadas de algunos de los participantes que habían arrasado en sus respectivos concursos, como Melania (GH9), Vanessa y Verónica (La casa de tu vida) o Iván Madrazo (ganador de Gran Hermano 10).
Israel Pita fue uno de los concursantes más famosos de Gran Hermano 1, pero un cero a la izquierda en Hotel Glam
Con todo esto no quiero decir que haya que mantener a los "muebles" en la casa (es más, abogo por su expulsión en cuanto hayan cumplido con su misión en el juego), pero hay que aprender a separar la paja del grano. Ni Maite es la única que ha dado juego en Gran Hermano 16 ni se puede meter a Marina o Ivy en el mismo saco que a Carolina.