Eurovisión, mejor que el sexo sin amor
¡Ay amigas! ¡Cómo adoro el mes de mayo! No, no es que me encante estar en el mes de las flores. Tampoco es que tenga especial fijación por el inicio de la campaña de la Renta. ¡Es el mes de Eurovisión! ¿Hay algo más chochi? ¿Hay un evento más fascinante que este festival europeo de la canción? Si quitas los conciertos de mi amiga Nacha “La Macha”, te quedas sin opciones, guapa. Eurovisión es como tomarse un vino bueno: el que no lo aprecia es porque nunca lo ha probado.
Barei se lo está currando tanto como Carlos Lozano para conseguir programa en Mediaset
Este año, además, las eurofanas españolas estamos de enhorabuena. Tenemos una representante que se lo está trabajando pero a base de bien. Algo parecido a lo que ha hecho Carlos Lozano para que le den un programa en Mediaset... ahí, trabajándoselo bien, a tope de power... Barei es una curranta: que si me recorro media Europa para cantar el “Say Yay” a los cuatro vientos. Que si subo medio millón de vídeos con el bailecito de pies... Chica, vas a terminar con un esguince antes de empezar. ¡¡¡Pero si ha cantado hasta la Campanera de Joselito (éste tenía que haber ido a Eurovisión) en no sé qué photocall!!! ¡No lloréis! ¡Que me voy a casar con ella! Me vuelvo loca...
Una buena representanta (como las de Avon) de Eurovisión tiene que ser así, intensa. Que no digo yo que todas las que hayan ido antes no se lo hayan currado pero bien, no. La cosa es que algunas han sido más “seguías” que otras. Vamos, que alguna vaga (¡Ié, Iéeeeee oooh!) también ha ido a pasearse por allí y claro, esto es cuestión de insistir. Como todo en la vida...
La que parece que insistió fue Massiel. Aquello de “La, la la” le funcionó por rebose... por cansinismo. Vamos, que con aquel mantra (que a los guiris del público les debía sonar a hechizo) no sé cómo no entraron todos en trance. No sé cómo al tercer estribillo no saltaron a devorar a nuestra tanqueta en plena actuación. ¿Te imaginas? ¡Hubiese sido devorada por el público en directo! Ay, chocho... si hubiese pasado eso. ¡Le habrían dado ya el premio del año siguiente también! Hubiese sido una buena precursora del The Walking Dead. Me desorino.
Julio debería volver a Eurovisión con Wisin y Jandel o los Gente de Zona
¿Cómo no me va a gustar Eurovisión? Con la nómina de artistas patrios que ha pasado por allí, una no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero. Mi querida Salomé... ¡EH! ¡EH! Vivo soñando... ¿Cómo no acordarse de Karina y su Un mundo nuevo? ¡Qué locura! Con esa cara y ese pelo de muñeca... Lástima que aquello del “¡Eskerrik Asco!” para dar las gracias al jurado lo aprendiera después. ¡Brava mi Julio Iglesias y su Gwendolyne! Ese Augusto Algueró espídico (qué bonito anglicismo) con la orquesta... Esa chaqueta de Julio sin bolsillos... ahora, le faltó algo. Si lo mandamos al año que viene le aconsejaría bien su hijo Enrique: “Papá, llévate de coristas a mis amigos Wisin y Jandel o a los Gente de Zona... ¡A Pitbull! Lo petas seguro”. El niño sí que sabe... ¿eh, Julito?
Tampoco me puedo sacar de la cabeza aquella actuación de Mocedades. “Eeeeereeees túuuuuuu”. Ese ambiente de coro de iglesia, esas voces tan bien empastadas. Yo no sé cómo no usan sus canciones en los interrogatorios policiales... Esa cadencia de fraseos es hipnótica. Los delincuentes confesarían seguro anestesiados por el “compás del chacachá”.
Luego está también Raphael. Los asistentes a la final aquella en Luxemburgo todavía no se han recuperado de la intensidad de ese Yo soy aquel... Le faltó tirarse al suelo y hacer la croqueta. Algo así de performance como lo de Remedios Amaya. ¡Mira lo bien que le fue a la chica! Por lo menos se había cortado bien las uñas de los pies... O como Lydia y ese estupendo vestido. Mi querida Ágatha... Hay que ser una buena mierda de jurado para no saber valorar lo que llevaba puesto esta chica. Lo de la canción, aquel año, era lo de menos... No me extraña que, del trauma, a Lydia se le ocurriera luego pensar que podía sustituir a Sole Giménez en Presuntos... Pobre chica.
Hay que ser una buena mierda de jurado para no saber valorar lo que llevaba puesto Lydia
Lo que no entendí muy bien fue lo de Jaime Morey. Pero vamos a ver, para mandar a este paisano, ¿qué sé yo? Habérselo propuesto a Paloma San Basilio... ah, calla. que ésta fue luego vestida con un picardías blanco. La fiesta terminó decía la cachonda... Claro, bonita... tú en camisón pues no es plan. Ni fiesta ni nada... No sé, cuando Morey seguro que Mon Santiso andaba ya por allí pululando. Le mandas con una canción así tristona... una de Juan Pardo y seguro que hubiese sido un hit del copón. Un rompelistas.
Luego vinieron ya las Azúcar Moreno y su playBackgate. Sergio (Josep-Capdevila) Dalma y su pelazo. Serafín Zubiri y sus canciones tocadas por Disney (los médicos recomiendan a los diabéticos abstenerse de escuchar a este tipo). Anabel Conde y su casi-gano-pero-nadie-se-acuerda-de-mi-nadie-me-quiere-os-voy-a-matar-a-todos. Te la imaginas en plan killer en una secuela de la secuela de REC y te cagas por la pata abajo. Mikel Herzog que tendría que haber vuelto los cinco años siguientes... Soyaya “desaparezco tras una bandera de los chinos”. Pastora Soler y ese desafortunado moño. Le tiraba más el pelo que las dos tetas esas de las carretas... o como se diga. ¡Por Dios Santo si hemos mandado hasta a los de El Sueño de Morfeo! ¡¡¡EL SUEÑO DE MORFEO en Eurovisión!!! Que alguien pare esta locura.
¿Y lo de Rosa? ¿Cómo fue lo de Rosa? ¡Cuánto bien hizo la de Armilla por el festival...! Todo un país cantando (mal) el Europe ́s living a Celebration. Confiésalo, cari... tú te fuiste corriendo al Opening de debajo de casa para mejorar la pronunciación (pronunciation, repeat with me). ¿Hay una canción más hortera? Y ese coro con Bisbal, el marido de Paula Echevarría y las otras... ¡Qué momento! Yo le deseo a Barei toda la suerte del mundo. Si gana, lo celebraremos con una buena copa de cazalla y si no pues celebraremos la vida con dos. A mi ya me ha ganado. ¡Viva el Eurovisión!