Wyoming pone el foco en la precariedad de las empleadas domésticas

Wyoming pone el foco en la precariedad de las empleadas domésticas

Televisión

Wyoming pone el foco en la precariedad de las empleadas domésticas

'El intermedio' habló con empleados de barrios ricos y barrios más pobres de Madrid.

17 noviembre, 2016 10:01

Aunque no es una noticia que abre los informativos, El intermedio quiso dedicarle este miércoles un gran espacio de su programa a la precariedad con la que viven las empleadas domésticas. Según la Organización Internacional del Trabajo, un 89% de las más de 600.000 personas que trabajan en España como asistentes domésticos son mujeres. Más de un 30% cobran en negro. 

El programa de laSexta quiso entrevistar a varias empleadas del hogar para ver en qué condiciones están viviendo, cuanto cobran a pesar de la gran cantidad de horas y de trabajo físico que dedican. Para conocer mejor la realidad de las empleadas domésticas, Gonzo entrevistó a una trabajadora del sector, Silvia Arteaga. "Hay personas muy buenas, pero también otras que abusan de nuestras obligaciones y derechos", lamentó durante su intervino en el programa. "A las que estamos internas nos pagan alrededor de dos euros la hora. Es denigrante", aseguró. 

Para demostrar las diferencias culturales que existen en una misma ciudad, el programa se desplazó hasta uno de los barrios más ricos de Madrid y después continuó su camino por un barrio obrero. La encargada de llevar el micrófono era Thais Villas. La reportera y colaboradora del programa de Wyoming demostró que, como era de suponer, en el barrio rico abundan las personas con servicio. Una ama de casa ha llegado incluso a decir que necesitaba más a su empleada del hogar que al marido pese a ser ama de casa.

El programa entrevistó a la consejera de la Organización Internacional del Trabajo, Judith Carreras, que explicó en El Intermedio que "el número de trabajadoras del hogar en España es el más alto de la Unión Europea con 600.000 personas". Dice que a pesar de los cambios con la ley de 2011, "todavía hay aspectos que desarrollar" porque "no está suficientemente valorado". "El trabajo doméstico no es como en antaño. No son esclavas, ni siervas, ni trabajadoras de segunda", declaró.