¿No hay lugar en televisión para los cómicos?

¿No hay lugar en televisión para los cómicos?

Televisión

¿No hay lugar en televisión para los cómicos?

Arévalo y tantos otros humoristas han pedido un hueco en la parrilla

18 diciembre, 2017 09:15

Esta semana en Mi casa es la tuya Arévalo se reencontraba ante las cámaras con Bertín Osborne. El cómico y el cantante limaban asperezas después de que este verano se distanciasen después de que Arévalo compartiese en redes una fotografía en casa de Bertín en la que aparecían comiendo una paella junto al rey emérito Juan Carlos I y la infanta Elena, tema del que habló varias veces en Sálvame.

Durante esas visitas al plató de Mediaset, Arévalo afirmó en más de una ocasión que querría volver a la televisión, una petición que han hecho muchos profesionales del humor como él en los últimos tiempos. De hecho, en Sálvame han emitido piezas en la que se habla del descenso de popularidad de personas muy queridas como Millán Salcedo, Ángel Garó, Mari Carmen y sus muñecos y tantos otros artistas que antaño nos hacían reír por televisión.

Sin embargo, parece que en la pequeña pantalla no hay hueco para los humoristas como lo había tiempo atrás. Y es que antes casi cualquier programa tenía una nutrida plantilla de humoristas en sus filas, del Un, dos, tres a ¡Hola, Raffaella!, de A tu lado a Crónicas Marcianas. Y sin olvidar los programas centrados exclusivamente en el humor y los chistes, como No te rías que es peor o Genio y figura.

Los nuevos talentos lo tienen aún más crudo

Y es que la televisión ha cambiado, y mucho. Más allá de algunos formatos principalmente de Atresmedia como El Hormiguero, Me resbala, Homo zapping o incluso Tu cara me suena, los cómicos han ido desapareciendo paulatinamente de la parrilla. ¿Dónde hay cabida para Arévalo, para Mari Carmen, para Barragán, Las Virtudes o las Hermanas Hurtado? Por no hablar de los nuevos talentos, que lo tienen más crudo aún.

Quizá uno de los principales problemas es que hasta hace algo más de una década había muchos mayor número de programas en televisión, incluidos los magazines y programas de variedades, así como los late nights. Ahora el prime time lo copa un único programa y serie que empieza tarde y se alarga hasta la una, y por la tarde no es muy diferente el percal. Y a esto le sumamos la desaparición de aquellos programas de variedades en los que una sucesión de actuaciones musicales y números cómicos eran el único hilo conductor del espacio.

El humor cambia, y los ventrílocuos no tienen nada que ver con El Monaguillo o Dani Martínez

Cierto es que el humor cambia, y que igual los ventrílocuos con muñecos impertinentes o personajes castizos como Barragán, Marianico el Corto o Jaimito Borromeo difícilmente encajasen con la forma de hacer reír de otros profesionales de la tele de ahora como El Monaguillo o Dani Martínez. Pero tampoco han podido vivir una reinvención; parece que la televisión se ha olvidado de esta figura del entretenimiento, y que ahora la tendencia son actores capacitados para hacer el humor, no exclusivamente humoristas.

Tan poca cabida hay para las risas en la tele que hasta programas de éxito del pasado reciente como El club de la comedia u Homo Zapping han desaparecido de la programación habitual, y solo los vemos de manera esporádica en algún que otro especial.

"Una paradoja que haya tanta gente pidiendo trabajo en televisión cuando tenemos más canales en abierto que nunca"

Esa falta de trabajo en televisión a la que daba voz Arévalo no es exclusiva de los cómicos. Tampoco la hay para otros presentadores que antes nos proporcionaban horas de entretenimiento y que se han tenido que convertirse en concursantes de talents y realities para seguir saliendo por televisión e intentar abrir alguna puerta que parecían tener cerrada. Alonso Caparrós, Ivonne Reyes, Carlos Lozano, Consuelo Berlanga, Miriam Díaz-Aroca, la lista podría no tener fin.

Y es que, como dijo este verano Irma Soriano, si entró a Gran Hermano VIP era porque Televisión Española no le devolvió una llamada sobre un proyecto en televisión. Toda una paradoja que haya tanta gente pidiendo trabajo en televisión en una era en la que tenemos más canales en abierto que nunca.