“Lo que no se dice al final acaba haciéndose más grande”, dice la novia del padre de Nuria (Malena Alterio) en el primer capítulo de la tercera temporada de Vergüenza, que este viernes se estrenaba de forma completa en Movistar.

Y precisamente bajo esa premisa se construye esta nueva tanda de capítulos que lleva a sus personajes y, principalmente, a Jesús Gutiérrez (Javier Gutiérrez) hasta el límite. ¿Hasta dónde está (estamos) dispuesto a llegar con tal de no reconocer algo?

Y es que, si en temporadas anteriores Jesús llegó a abrir una ventana en su cuarto de baño antes que reconocer que no tenía razón, en esta nueva entrega llevará su tozudez hasta los extremos después de que una de sus ‘vergüenzas’ se haga viral.

A partir de aquí, sin perder su irreverencia, la ficción entra en un nuevo punto en el que sus creadores Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany nos hacen reflexionar sobre la crueldad de la sociedad, la fama efímera y el papel que tienen en todo ello los medios de comunicación.

De esta manera hay momentos en los que incluso llegamos a sentir pena por alguien tan odioso como Jesús, e incluso con el giro a thriller que se introduce con una investigación al estilo de Big Little Lies, podamos pensar hasta qué punto esa crueldad puede llevar a la muerte de alguien.

Pero, es más, teniendo en cuenta los recientes acontecimientos televisivos, parece inevitable acordarse de cómo hace tan sólo una semana uno de los participantes de La isla de las tentaciones, Christofer, tenía que pedirse una baja laboral debido a la presión que está siendo sometido casi a diario por la gente que acude hasta el local a gritarle "¡Estefanía!".

¿Por qué a la sociedad le avergüenza más hablar en público, desnudarse en una consulta médica, bailar o canter en público o hablar en otro idioma en vez de determinados comportamientos que realmente sí pueden llegar a tener consecuencias?

Pero, más allá de este tipo de reflexiones, quédense tranquilos que la tercera temporada sigue ofreciendo ese tipo de situaciones incómodas que les hará revolverse en el sofá. 

A destacar también, por supuesto, cómo sus creadores han conseguido encajar en la trama dos de los personajes que probablemente más vergüenza ajena han dado en los últimos años, Mariló Montero y Leticia Sabater, y hasta incluso un homenaje al comisario Villarejo. 

En resumen, Vergüenza vuelve a coronarse como la mejor comedia de Movistar y en el tipo de producto que se le exige a la plataforma de pago para diferenciarse del resto de competidores.