Las tres mecánicas de 'Gran Hermano' por el mundo: audiencia, estrategia y mixto
Cuando se habla de telerrealidad hay un dato que esta fuera de toda duda: el rey de los reality shows es Gran Hermano. Un programa que se ha sabido reinventar cada temporada, pasando de un concurso protagonizado por personas anónimas que compiten de manera individual a un programa que "se vive en compañía" en su decimoquinta edición, o que invita a famosos o exconcursantes a vivir la vida en directo.
Si miramos fuera de nuestras fronteras encontramos cambios todavía más sorprendentes. En Filipinas se realizan ediciones con adolescentes que arrasan en audiencia (un giro al formato que nació en Reino Unido pero al que las críticas no le dejaron levantar cabeza) y en Francia o Portugal cada concursante tiene un secreto que no puede ser desvelado.
Hay mil ejemplos más de castings sorprendentes, formas de nominar que nos dejarían a todos con la boca abierta e incluso ediciones que han sustituido la casa por un avión accidentado. Pero hoy me quiero centrar en la dinámica del programa, ya que la audiencia no es siempre la que manda.
La decisión de la audiencia Vs. la decisión de los concursantes
En España nos parece impensable que el público no tenga la última palabra. Estamos acostumbrados a decidir quién abandona la casa y quién continúa en el juego, por más que le pese a las miles de personas que se han echado las manos a la cabeza al ver a Aguasantas perder contra Belén Esteban.
En Estados Unidos, las nominaciones y expulsiones se deciden por completo dentor de la casa de 'Big Brother'
Nuestra forma de entender Gran Hermano, con los compañeros nominándose entre sí y el público con el teléfono en la mano decidiendo al expulsado, es la más extendida a nivel mundial, pero no es la única. Estados Unidos decidió poner fin a la dictadura de las llamadas telefónicas y cambio completamente la mecánica del concurso.
En la versión que emite el canal americano CBS (y que ya ha emitido 16 temporadas) sólo se vivió una edición en la que la audiencia tenía la posibilidad de elegir al ganador. A partir de Big Brother 2 se cambió radicalmente la mecánica del juego, convirtiendo al público en meros espectadores.
Allí la estrategia es lo único que cuenta. Cada semana se emiten tres galas de programa, aunque nadie defiende a los concursantes desde plató, ya que sólo tiene importancia lo que ocurre dentro de esas cuatro paredes.
En la primera de las galas se muestra una prueba en la que el ganador es coronado como cabeza de familia (Head of household en inglés). Ese concursante pasa automáticamente a tener el poder absoluto dentro de la casa y debe nominar a dos de sus compañeros.
Después tendrá que enfrentarse a sus dos nominados y a otros tres compañeros elegidos al azar en una prueba en la que podrá ganar el "poder de veto", un poderoso privilegio que permite al ganador salvar a uno de los candidatos a la expulsión, por lo que el cabeza de familia tendrá que elegir a un sustituto.
Finalmente, todos los concursantes que no estén nominados pasarán por el confesionario para votar al candidato que quiere fuera de la casa. El más votado saldrá del concurso y automáticamente después arrancará un nuevo ciclo, con una nueva prueba para elegir al cabeza de familia. Cuando sólo queden dos concursantes dentro del juego los últimos eliminados (denominados como "el jurado") votarán de forma individual por su ganador.
El punto intermedio
Aunque parezca lioso el programa ha conseguido que su mecánica cuaje entre el público, que cada verano observa una auténtica guerra de traiciones y mentiras dentro de la casa de Gran hermano. El éxito ha sido tal que otros países han empezado a emitir el programa estadounidense, pero Canadá ha dado un paso más y ha creado su propia versión del programa siguiendo su estela.
Brasil tiene la mezcla perfecta entre audiencia y estrategia
La diferencia entre el programa de Telecinco y el de CBS se podría definir como audiencia vs estrategia. Sin duda alguna se parecen como la noche y el día, algo que Brasil ha aprovechado para crear un Gran Hermano que es la mezcla perfecta entre ambos. Si hablábamos de blanco y negro, la casa ubicada en Río de Janeiro sería el claro ejemplo de gris.
Allí se también se realiza una prueba para elegir al cabeza de familia y, aunque no hay prueba de veto, sí que se hace una para escoger al "ángel", quien hará inmune a uno de sus compañeros. Cada semana hay dos nominados, uno elegido por todos los habitantes con nominaciones como las españolas, y el otro escogido por el cabeza de familia.
Si las pruebas y la estrategia de los estadounidenses están presentes para las nominaciones, las expulsiones se realizan como en España. Eso sí, en Brasil ser estratega no es una crítica hacía los concursantes, sino que es un requisito obligatorio para alzarse con el premio.
No hay un solo Gran Hermano
Englobar todas las versiones de Gran Hermano bajo un mismo paraguas parece injusto y casi imposible. Disfruto viendo a los concursantes esforzándose en ganar Big Brother gracias a pactos y manipulaciones, al igual que me entretengo con las vivencias de los participantes de Gran Hermano y las movilizaciones de los fans para apoyar a sus seguidores.
No hay un solo Gran Hermano, hay muchos diferentes, y realmente me gustaría que algún día en España la estrategia y la audiencia puedan convivir, permitiendo que los jugadores hagan algo más en la casa que tumbarse en el jardín a tomar el sol.