Rueda de prensa, foto y titular: “Igea dice que”, “Mañueco asegura que”… Viajes oficiales para anunciar inversiones y sacar pecho. Discursos en las tribunas de Consejos de Gobierno, Cortes, diputaciones y ayuntamientos. Y detrás de esas palabras, decisiones y gestos expertos en comunicación política, sociólogos, periodistas o asesores que, en España, rara vez tienen nombre propio. La salida de Iván Redondo como director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez y sus posteriores entrevistas con Jordi Évole en La Sexta y con Susana Griso en Antena 3 ponían el foco sobre esos asesores y jefes de comunicación que cada líder político, en la escala que sea, tienen en su equipo. Personas que para los periodistas son más que conocidos y fundamentales en el desarrollo diario de nuestro trabajo, pero que la ciudadanía suele desconocer el peso que tienen en los gobiernos y, sobre todo, en su discurso.
Profesionales de la comunicación política que en Estados Unidos “tienen mucha visibilidad por las características de su sistema político”, según explica David Redoli. Este zamorano es licenciado en sociología por la Universidad de Salamanca y tiene un máster en ciencias políticas por la Universidad de Georgetown de Estados Unidos y otro en Comunicación de las Organizaciones por la Universidad Complutense de Madrid, entre otros muchos estudios relacionados con la sociología y la comunicación política de calado internacional. Redoli fue presidente de la Asociación de Comunicación Política de España (ACOP) y asesor de María Teresa Fernández de la Vega cuando era vicepresidenta primera del Gobierno de España. Ese puesto le llevó a ser director del Gabinete de Presidencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Un reputado asesor político que asegura que la relación entre un líder político y su director de gabinete es “completamente ad hoc” y que no existen “fórmulas mágicas” ni gabinetes que puedan hacer milagros con la forma de comunicar de cada político.
Sobre el triunfo de Pedro Sánchez, el papel que Redondo pudo tener en él y la relación entre ambos prefiere no hablar, pero sí asegura que “no he conocido dos relaciones entre un político y jefe de gabinete iguales: siempre están determinadas por las personalidades de ambas personas”. Redoli cree que ese trabajo en las sombras debe ser como el de “un buen fontanero”, donde el político es el que toma las decisiones y el gabinete “hace que el guion y el escenario estén bien montados”. Ahora ese puesto en la Moncloa es de un castellano y leonés, el segoviano Óscar López, candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta de Castilla y León en 2010, secretario general del PSOECyL hasta 2012 y presidente de Paradores de España desde que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa. Para este experto en asesoría política, la elección del segoviano es completamente acertada. “Hay tres cosas a tener en cuenta con él: lleva lustros militando en el PSOE, por lo que es un hombre del partido; tiene mucho recorrido en puestos de dirección y cargos políticos; y es un político de la generación de Pedro Sánchez. Forma parte del grupo de confianza del presidente, pero con la ventaja de que tiene actitudes profesionales para el cargo, sabe manejar equipos y tiene sus propias redes de contacto”, explica David Redoli.
¿Cómo es la comunicación de los líderes políticos de Castilla y León?
Para el sociólogo y politólogo zamorano la comunicación que debe desarrollar un político está estrechamente ligada con el contexto donde la desarrolle. Redoli cree que la política local “requiere de mucha proximidad, de conocer muy bien tu ciudad o provincia”; la regional supone un conocimiento también detallado de toda la comunidad, “las problemáticas de cada provincia y lo que les afecta”. Pero en la política nacional el foco se centra en los grandes temas y medios. “No puede hacer comunicación de proximidad para 47 millones de personas”, remarca.
El experto en comunicación política tampoco cree en “los recetarios” ni en guías para conseguir el éxito de un candidato o líder político. Para Redoli es una mezcla entre las propias cualidades del candidato y el contexto vital, social y político del momento. El trabajo de los jefes de gabinete y del propio político pasa “por llegar al mayor número de cabezas y de corazones de forma eficiente, es decir, con el menor coste de energía y dinero posibles”. Por ello, EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León ha querido que este conocido experto en asesoría política analizara los discursos y gestos de la clase política regional y local.
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León y presidente del PPCyL
“Tiene muchas cosas en contra. Es muy difícil mantener la frescura tras más de tres décadas de gobierno popular en la Junta. Ese agotamiento político se nota y resulta muy difícil ser creativo e insuflar ilusión cuando su partido lleva 33 años gobernando el mismo territorio”, apunta. David Redoli cree que los problemas internos del Partido Popular hacen que “parezca que no habla en nombre de todo el PP”. Además, considera que el hecho de que sea líder de su partido en Castilla y León y, a mayores, presidente de la Junta, hace que “el desgaste comunicacional vaya mucho más allá”.
Mañueco “tenía el desafío” de dar una imagen joven y dinámica, “que era lo que significaba su llegada cuando Juan Vicente Herrera dio un paso a un lado”. Pero para el analista político “es muy difícil trasladar eso a la lógica poblacional cuando hay generaciones desde 1983 que no han conocido otro gobierno más allá del PP”. Para Redoli, la comunicación de Mañueco se ve obligada ser continuista, “como si cambiaran de caballo pero siempre fuera el mismo jockey”.
Francisco Igea, vicepresidente de la Junta de Castilla y León y exportavoz de Ciudadanos en las Cortes de Castilla y León
“Es un verso suelto tanto comunicacional como políticamente, tanto en el gobierno como en su partido”, define David Redoli. Para el experto en comunicación política, Igea muestra sin complejos sus discrepancias a nivel nacional con Ciudadanos y esto le lleva a tener “menos eficacia” para sacar adelante su proyecto porque “resquebraja su grupo político”. Para Redoli, la comunicación de Igea es “muy individual y enfocada en su persona, lo cual es bueno a corto plazo pero malo al medio”. Para sociólogo es algo así como “un llanero solitario”, tanto en su labor como socio de gobierno como siendo líder de Ciudadanos.
Cuando se habla del vicepresidente como “una máquina de hacer titulares”, David Redoli cree que “la visibilidad porque sí no te garantiza que sea positivo, todo depende de qué réditos políticos busques”. De hecho, el experto considera que la comunicación sobre la crisis del coronavirus en Castilla y León fue un “movimiento muy inteligente” por parte de Mañueco, dejando al vicepresidente como “pararrayos de la crisis y volviendo a aparecer en el momento de la recuperación”. Para Redoli Mañueco “brilla mucho más que Igea”, y de cara a unas elecciones anticipadas será una desventaja para el líder naranja. De hecho, recuerda que la moción de censura ya “le pasó una gran factura a Ciudadanos como partido”.
Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y León
David Redoli califica la comunicación de Luis Tudanca de “bastante buena” y da dos motivos para ello. El primero que “se ha rodeado de un equipo de comunicación que ha formado una imagen unificada” del PSOE en Castilla y León. El experto cree que, antes de Tudanca, la sensación del PSOECyL era de “cada provincia comunicando por su lado”. Ahora ve que su forma de comunicar es armónica y “hablan mucho como un solo partido”. El segundo punto positivo para Redoli es que Luis Tudanca “ha tirado mucho de comunicación tradicional para llegar a la población de los territorios envejecidos, pero con una actividad profesionalizada en redes sociales y en medios tradicionales”. El experto en comunicación alaba que Tudanca sea “muy activo” en Twitter y considera un acierto que sea él mismo quien lleve la cuenta. “Le da mucha frescura y visibiliza más el proyecto regional”, remarca.
Pablo Fernández, secretario general de Podemos en Castilla y León y procurador en las Cortes
El politólogo zamorano define a Pablo Fernández como una persona “muy carismática” tanto por su aspecto físico como por su lenguaje verbal y no verbal. Cree que está “muy en la línea de Podemos” y se refleja en una forma de hablar “a calzón quitado, rozando la incorrección política en ocasiones”. Una comunicación “que no se sale del guion” del partido y que, en su opinión, “no funciona tanto en Castilla y León” por el perfil sociológico de la propia Comunidad.
Francisco Guarido, alcalde de Zamora
“Creo que es un hombre que ha demostrado que es muy bueno en la comunicación de proximidad”. Así lo define David Redoli, que opina que “ha trabajado muy bien los barrios y la calle, sobre todo durante la primera legislatura”. Pero el experto en comunicación percibe “un desgaste” en el alcalde de Zamora y cree que ya existe cierto “agotamiento y pérdida de ilusión” del proyecto que encabeza con Izquierda Unida en la capital. Para Redoli, la clave del futuro de IU será “si tiene un remplazo” de cara a las próximas elecciones. El asesor político aconsejaría a la formación que “alguien empiece a coger ya el testigo de Guarido”, algo que, por otro lado, ve complicado “ante un personaje tan carismático que consiguió el voto de simpatizantes hasta del PP”.
David Redoli destaca, por otro lado, como un acierto la creación en su día del boletín informativo de IU Tu ciudad y provincia: “Es un gran trabajo y caló muy hondo en la sociedad zamorana. Fue muy buen método para transmitir sus ideas y el proyecto que podían llevar a cabo”.
Óscar Puente, alcalde de Valladolid
Para el asesor político, Óscar Puente “no es un político local al uso”. Analizando sus estrategias de comunicación, especialmente a través de su Twitter, cree que ha logrado “colocarse en el tablero de juego nacional en materia conversacional”. David Redoli considera que es una figura del PSOE conocida más allá de Valladolid y de Castilla y León. Y pone como ejemplo similar al alcalde de Vigo, Abel Caballero, “cuyo perfil comunicacional trasciende los límites de su ciudad”.
Para el analista, Óscar Puente “casi nunca deja indiferente a nadie con sus manifestaciones. No elude prácticamente ni un tema, por espinoso que sea. Tampoco rehúye el enfrentamiento dialéctico, entrando en ocasiones en combate verbal con representantes de la oposición e, incluso, con asesores políticos”. Además, define su estilo de gestión como una búsqueda de la proximidad con el ciudadano, que al frente de la Alcaldía le ha proporcionado “un alto grado de notoriedad, lo que probablemente le ayudará para proseguir con sus ambiciones políticas”.
Carlos García Carbayo, alcalde de Salamanca
Para David Redoli el hecho de que García Carbayo fuera teniente de alcalde con Alfonso Fernández Mañueco en la capital charra ya indica que “pertenecen a la misma escuela política y comunicacional”, que pasa por un perfil bajo. El analista político recuerda que Carbayo llegó a la Alcaldía sustituyendo a Mañueco y, desde entonces “circunscribe su comunicación política al municipio, procurando evitar asuntos que trasciendan la gestión de la ciudad”.
Como punto negativo al alcalde de Salamanca, Redoli recuerda el escándalo por la supuesta creación de cuentas falsas de Twitter, para desprestigiar a la oposición y elogiar la labor del equipo de Gobierno del Ayuntamiento: “un asunto que fue muy polémico en Salamanca”, indica. Pero, como contrapartida, el asesor político cree que “lo ha humanizado el haber vencido al coronavirus, que lo mantuvo alejado de la actividad municipal cuatro semanas, dos de ellas en el hospital, con secuelas visibles”.
Para el sociólogo “sorprende su escaso número de seguidores en Twitter”, siendo alcalde de una ciudad tan universitaria y el secretario general del Partido Popular de Salamanca.” Apenas cuenta con 1.800 seguidores, en contraste con los casi 3.700 seguidores de su principal opositor en el PSOE, Fernando Pablos”, detalla.
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