Volvió a suceder. La desgracia regresa a Valladolid tras conocer que la FIFA no ha aceptado el transfer internacional de Jovane Cabral al no llegar a tiempo antes del cierre de la ventana de fichajes invernal. De esta manera, el de Cabo Verde no podrá vestir la blanquivioleta y se suma a otros dos sonados sucesos iguales o similares que atormentan todavía a aficionados y club: William Ferreira y Alfredo Ortuño.
Bien es cierto que la documentación del fichaje sí llegó a tiempo a los departamentos de LaLiga, que llegaron incluso a tramitar la validación provisional de la operación, a expensas de la decisión del máximo organismo del fútbol, que se ha pronunciado este viernes denegando la operación.
El propio equipo vallisoletano ha emitido un comunicado, donde ha subrayado que es una decisión "injusta" y que "perjudica seriamente" sus intereses. Por ello, ha dejado claro que va a seguir "peleando frente a las autoridades competentes". Los pucelanos se defienden alegando que siguió de forma "correcta y con máximo rigor" el procedimiento, que se vio "lastrado y retrasado" por unos problemas informáticos que presentó la plataforma.
Igualmente, recalcan que esta incidencia está "debidamente acreditada y reconocida por la propia FIFA". Precisamente, ponen como ejemplo que en la plataforma del LaLiga no hubo problemas de ningún tipo, lo que permitió que el proceso se completase a tiempo.
El club ha señalado que a las 23:00 horas del día 31 de enero, se registraron incidencias en la plataforma de la FIFA, donde en el TMS el periodo de inscripción aparecía cerrado. El club blanquivioleta ha matizado que a las 23:55 se cargaron los documentos ya validados y hubo "problemas técnicos hasta en tres ocasiones".
Los documentos se subieron adecuadamente pasados unos segundos, reconoce el Pucela, pero, sin embargo, asegura que por "errores técnicos ajenos al Real Valladolid". El propio club ha anunciado que recurrirá la decisión que se ha conocido este viernes.
Siempre se ha dicho que las prisas no son buenas consejeras y bien lo sabe el Real Valladolid, que no es la primera vez que ve frustrado algún fichaje por casos iguales o muy similares. No obstante, en este caso el club del Pucela sí quiso curarse en salud en un asunto, que ha sido el de anunciar el fichaje, cosa que ni siquiera ha sucedido.
Sin embargo, esto sí sucedió con William Ferreira y Alfredo Ortuño, que no solo fueron anunciados, sino que llegaron a ser presentados ante los medios de comunicación. El primer caso se remonta al año 2011, cuando la dirección deportiva de García Calvo trabajaba en la incorporación de un nuevo delantero.
El elegido fue William Ferreira, sobre el que se negoció durante días con su club de origen, el Bolívar. Sin embargo, las conversaciones no fueron sencillas, hasta tal punto que se dilataron hasta el último día de mercado. Finalmente, hubo fumata blanca para la incorporación del uruguayo al Real Valladolid. Eso sí, en el último minuto.
La por aquel entonces LFP, como en el caso de Jovane Cabral, aprobó provisionalmente el traspaso. El futbolista llegó incluso a ser presentado con la casaca pucelana. De repente, la incertidumbre se apoderó de las oficinas. No estaba del todo claro que el TSM hubiera llegado a tiempo, ya que las informaciones que se difundieron fueron que el fax se había estropeado y provocó que los papeles no se mandasen a tiempo.
La FIFA, que también tardó unos días en pronunciarse como en este caso, fue bien clara: queda reflejada la hora real en la que se tramitan los papeles, un segundo más tarde hace que el organismo no pueda aceptar fichaje alguno.
Finalmente, William Ferreira tuvo que regresar a Bolívar, perdiendo así su oportunidad de llegar a Europa, mientras que el Real Valladolid se quedó sin el atacante que estuvo buscando aquel mercado.
Cuando esto parecía un caso aislado, los fantasmas volvieron a sobrevolar las oficinas del Real Valladolid con el fichaje frustrado de Alfredo Ortuño. Este caso fue mucho más dantesco porque llegó más allá, el guion que se dio parecía más propio de una serie de televisión.
En la temporada 2017/2018, con Luis César Sampedro a los mandos del banquillo, el club pucelano llegó a un acuerdo con Las Palmas para la incorporación de Ortuño a la disciplina vallisoletana. Era el último día (otra vez) de mercado veraniego y, como en el caso de Ferreira y Cabral, los papeles no llegaron a tiempo. Sin embargo, se intentó hacer una jugada un tanto diferente: el delantero rescindiría contrato con el equipo canario y sería libre para firmar por el Real Valladolid, aunque sea fuera de mercado, ya que la normativa lo permite, siempre y cuando la recisión de contrato se diera antes del final de la ventana.
Tras los problemas con la cesión, así se tramitó. O al menos esa era la idea. Pocos días después del cierre de mercado, el Real Valladolid anunció la llegada de Ortuño como agente libre. Sin embargo, algo raro parecía sobrevolar el ambiente. El futbolista fue presentado y llegó hasta a entrenar un día.
Sin embargo, la bomba explotó: LaLiga comunicado que la recisión del contrato del jugador con Las Palmas no era válida y, por tanto, seguían manteniendo una relación laboral. Ortuño y Bahía Internacional, su agencia de representación, estaban ahora en un buen lío. En medio de este embrollo, el Real Valladolid, que se sentía estafado.
El futbolista llegó incluso a ausentarse de su segundo entrenamiento para tratar de solucionar esta cuestión, pero lo hizo sin permiso del Pucela, que incluso llegó a estudiar una posible demanta contra el delantero. Finalmente, la situación no llegó a buen puerto y volvió a suceder: el Real Valladolid se quedó sin otro fichaje de última hora.
Ahora ha sucedido lo mismo con Jovane Cabral, que aunque parecía ser nuevo jugador blanquivioleta, el TMS ha vuelto a jugar una mala pasada. No obstante, esta vez el Real Valladolid se abstuvo de anunciar si quiera al jugador, ya que la cautela parece ser ahora la mayor de las amistades. Nuevo varapalo para la plantilla blanquivioleta, que afronta la segunda vuelta de la competición con cuatro nuevas incorporaciones y la marcha de cuatro futbolistas, entre ellos Shon Weissman.