El impulso definitivo de la Diputación de Zamora revitaliza el viejo sueño de una industria verde en el corazón de la España Vacía
La construcción de una biorrefinería en pleno corazón de la comarca de Benavente y Los Valles está hoy más cerca, después de que la Diputación de Zamora haya impulsado de forma inequívoca el proyecto energético ideado por el ingeniero agrónomo Vicente Merino y la promotora Magdala. La localidad zamorana de Barcial del Barco es ya, tras más de 15 años de lucha, el emplazamiento de una factoría que transformará el fruto del campo en bioetanol, un producto ecológico en línea con las nuevas políticas de descarbonización europeas, de reducción de emisiones y paulatina sustitución de combustibles fósiles y derivados del petróleo.
Pero ¿qué es el bioetanol? El etanol (alcohol etílico) puede producirse de dos formas: mediante la modificación química del etileno, por hidratación; o bien procesando materia de origen renovable, en este caso remolacha, maíz y biomasa, que es lo que se pretende hacer en Barcial del Barco. El etanol así producido se conoce como bioetanol, y puede utilizarse como combustible, solo, o bien mezclado en cantidades variadas con gasolina. Su uso se ha extendido principalmente para reemplazar el consumo de derivados del petróleo, y su consumo se está consolidando gracias a la creciente comercialización de vehículos híbridos y el consumo de gasolina con un 10% de etanol en mezcla (E 10).
La puesta en marcha de la biorrefinería en Barcial del Barco supondrá un revulsivo sin precedentes en la España vaciada, convirtiéndose en un poderoso foco de atracción de actividad económica y revitalizando un mundo rural en declive, devastado por la emigración a las grandes ciudades y la pérdida de actividades tradicionales como la agricultura y la ganadería, cada vez menos rentables. Un cambio de modelo productivo que dará salida a cultivos estratégicos como la remolacha y el maíz, con precios más justos, y a la vez creará un centenar de empleos directos y unos 2.000 puestos de trabajo indirectos en una primera fase.
La Diputación de Zamora, y particularmente su presidente, Francisco Requejo, han sabido valorar la necesidad de recuperar una oportunidad única de revertir una sangría poblacional crónica en la que la provincia pierde cada año el 1% de sus habitantes, y por ello han apostado decididamente por tomar la delantera en el apoyo al proyecto de Magdala. Así, el pasado 8 de enero la institución provincial hizo pública la adquisición de los terrenos de Ecobarcial donde se construirá la planta, a la que ha destinado 307.009 euros, operación aprobada por el pleno, para cedérselos a los promotores de esa iniciativa industrial. A partir de este momento, se prevé un plazo de dos años para construir la biorrefinería y que ésta pueda entrar en funcionamiento. De hecho, ya en noviembre, incluso antes de materializarse la compra, habían comenzado labores de desbroce y colocación de carteles. Así, el respaldo de la Diputación de Zamora se ha convertido en vital para un proyecto único en el mundo que, a pesar de su gran potencial, llevaba años bloqueado.
“Fue una de las primeras cosas que hicimos al entrar, es un proyecto que habíamos apoyado siempre, y lo que hemos hecho ha sido plasmar esa coherencia que tenemos en la institución”, asegura Francisco Requejo, presidente de la Diputación. “Es un proyecto estratégico para la provincia que va a crear muchos puestos de trabajo, va a fijar población, y para nosotros es muy importante enviar el mensaje de que cualquier emprendedor de la provincia, o de fuera de ella, que quiera invertir y dejar riqueza en esta tierra va a tener todo el apoyo posible”. De hecho, la propia institución trabaja en ambiciosos proyectos de dinamización de la economía como la Silver Economy para “fijar talento” en la provincia.
De forma paralela, Requejo impulsa desde finales de 2019, poco después de tomar posesión de su cargo, reuniones con la Junta de Castilla y León para que declare la biorrefinería proyecto industrial prioritario para la comunidad autónoma, lo que abriría la puerta a la llegada de subvenciones directas. De hecho, el gobierno regional se comprometió a que, si el proyecto tenía financiación, lo apoyaría.
Pues bien, la biorrefinería cuenta ya con una inversión de 163 millones de euros aportada por la sociedad EA Green Energy, integrada por varios inversores, que permitirá acometer la construcción y la puesta en marcha de la primera fase industrial. En la actualidad, el proyecto busca el respaldo de entidades bancarias españolas para gestionar la operativa financiera.
Y es que han trascurrido ya más de diez años desde que el expresidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, pusiera la primera piedra en los terrenos de Ecobarcial, donde se había iniciado un proyecto de biorrefinería a partir de trigo y cebada, que posteriormente quedó en suspenso. La falta de avances y de compromiso institucional dejó en el aire la iniciativa.
El sistema multifuncional patentado por el ingeniero zamorano permitirá producir 160.000 metros cúbicos de bioetanol de alta eficiencia y a la vez 120.000 toneladas anuales de piensos para el sector ganadero. Para ello, se abastecerá de materias primas como remolacha, maíz y biomasa procedentes de cincuenta kilómetros a la redonda, es decir, tierras de cultivo no solo de la provincia de Zamora, sino también de León y Valladolid. De hecho, está prevista la construcción de una segunda planta en La Robla (León), lo que elevaría a 500 los puestos de trabajo, cuando esté a pleno rendimiento el proyecto industrial completo.
La venta de la producción está ya comprometida, y una importante parte será utilizada en el mercado nacional para complementar a las gasolinas (con una mezcla de biocarburantes al 10% en la E-10).
Hasta entonces queda aún un importante camino por recorrer para el que no faltará el apoyo institucional de la Diputación de Zamora. “La biorrefinería va a crear riqueza para toda la provincia, será una realidad y de ella se van a beneficiar todos los zamoranos”, asegura Requejo.