El imponente auge de la industria alimentaria en Castilla y León: casi 40.000 empleados y factura más de 11.000 millones al año
R. Travesí / ICAL
La industria alimentaria continúa como uno de los puntales de la economía de Castilla y León y los datos lo corroboran ya que el volumen de negocio del sector creció a lo largo de 2019, en 555 millones, hasta los 11.309, con un avance por centual del 5,1 por ciento. Así se desprende del Informe Anual de la industria alimentaria española en el periodo 2020-2021 publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) y recogido por Ical.
La industria alimentaria de Castilla y León se consolida como la tercera de mayor relevancia en España al cierre de 2019, tan solo por detrás de Cataluña (30.090 millones de euros de cifra de negocio) y de Andalucía (17.432 millones de euros).
A nivel nacional, los subsectores más relevantes en cuanto a cifra de negocios son la industria cárnica, con 31.727 millones de euros (24,3 por ciento); la fabricación de bebidas, con 19.581 millones de euros (quince por ciento); los productos de alimentación animal, con 14.220 millones de euros (10,9 por ciento); otros productos alimenticios, con 13.869 millones (10,6 por ciento); la preparación y conservación de frutas y hortalizas, con 11.209 millones de euros (8,6 por ciento), y aceites y grasas, con 10.436 millones de euros (8,6 por ciento).
Este informe desvela también que el número de trabajadores que está empleado en este sector en la Comunidad se ha incrementado hasta los 39.860 (el 9,5 por ciento del total nacional), que forman parte de 3.060 empresas (trece menos que el año anterior), lo que supone un aumento de personal de 1.466 personas con respecto aun año.
Pymes y micropymes
La mayoría de empresas del sector cuenta con menos de diez trabajadores, una circunstancia que se da en 2.503 (el 10,4 por ciento nacional); en otras 464 el tamaño de la empresa alimentaria contaba con entre diez y 49 empleados; un total de 77 (el nueve por ciento del país) tenían entre 50 y 199 trabajadores en plantilla; y las minoritarias eran las más grandes con entre 200 y 499 trabajadores, que en Castilla y León era solo una (un 1,4 por ciento nacional) o las que superan el medio millar de empleados, que pasan de seis a quince en la Comunidad, lo supone el 6,6 por ciento del total de España.
Por otro lado, a 1 de enero de 2020, la inversión en activos materiales de la industria alimentaria de Castilla y León alcanzaba los 537 millones de euros, también por detrás de Cataluña (952 millones) y Andalucía (509 millones de euros). También en este caso se registra un ligero aumento respecto a un año antes, cuando la inversión en activos materiales fue de 537 millones en la Comunidad.
"Seña de identidad"
La directora general de Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (Vitartis), Cristina Ramírez, valoró a la Agencia Ical el crecimiento del sector, que tiene afianzada su tercera posición en cifra de negocios a nivel nacional. “Se pone de manifiesto, una vez más, que la agroalimentación es una seña de identidad en la Comunidad. Somos un sector fuerte en la región pero también en España”, precisó.
Además, destacó que se trata de un sector “muy comprometido” con el empleo, sobre todo en la Comunidad, al estar muy arraigado a las zonas rurales, lo que ayuda a fijar población en el territorio. “Hablamos de un sector que no se va a deslocalizar por que ha de estar cerca de la materia prima, que está en los pueblos”, expuso.
Cristina Ramírez lamentó la atomización del sector en Castilla y León, con empresas muy pequeñas, que lastra a la hora de acometer proyectos de “cierta” envergadura, ya sean de internacionalización o de I+D. “Es importante promover el crecimiento de las empresas y favorecer que se establezcan alianzas para llevar a cabo proyectos en común”, afirmó. Eso sí, se felicitó que el número de empresas con más de 500 trabajadores haya pasado de seis a quince en solo un año aunque se venía de unos números “muy bajos”.
Fondos europeos
En este sentido, Vitartis apuesta por que los fondos europeos puedan llegar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la industria agroalimentaria, ya sea por un tema de sostenibilidad o para fijar población en las zonas rurales. “Es la manera de que se capiralice y lleguen estas ayudas a muchas más empresas para favorecer el crecimiento de las compañías y del sector”, manifestó su directora general.
Por último, Ramírez subrayó que estos buenos datos se verán truncados al conocer el informe del Ministerio referente a 2020, que ha estado marcado por la crisis sanitaria y el cierre durante muchos meses del sector Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), que es un canal importante para la salida de los productos de Castilla y León. “La industria agroalimentaria se ha comportado muy bien durante la pandemia, manteniendo tanto la calidad de sus productos y la seguridad alimentaria como el abastecimiento, incluso en los peores momentos, pero las estimaciones de facturación y el empleo no serán los mismos, por lo que se truncará la senda de crecimiento de los últimos años”, significó. En todo caso, la responsable de Vitartis se mostró esperanzada en que, tras la pandemia, se puedan recuperar las cifras de negocio y retomar la tendencia creciente.