El Comité de Empresa de Cerealto Siro tensa la cuerda de las negociaciones que mantiene con la empresa, al rechazar una nueva invitación por parte de la compañía para sentarse a debatir un Plan de Mejora de la Competitividad necesario para garantizar la viabilidad de sus siete fábricas en España, cuatro de ellas en Castilla y León, del que dependen 1.700 empleos sólo en esta Comunidad.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, la dirección de Cerealto Siro ha enviado formalmente una invitación al Comité de Empresa para sentarse a debatir "con valentía y en común" la próxima semana sobre unas medidas que, insisten, "no están prefijadas con antelación", y que ha recibido, de nuevo, el rechazo de los representantes de los trabajadores.
Una reunión en la que se había implicado directamente el propio CEO de la compañía, Luis Ángel López, quien había anunciado su presencia para afrontar este debate con el Comité de Empresa a fin de acercar posturas y encontrar una salida a la complicada situación por la que atraviesan estas relaciones.
Cerealto Siro se encuentra en estos momentos ante una delicada situación financiera que le ha llevado a mantener contactos con potenciales socios inversores que ven en la galletera una oportunidad de rendimiento de capital, dada la trayectoria económica y productiva de la empresa a lo largo de los últimos treinta años, con una facturación de 464 millones de euros en el último ejercicio.
Unos contactos que en la actualidad centran buena parte de los esfuerzos de la empresa para decidir qué inversor es el más idóneo para los intereses tanto de la compañía como de toda la plantilla, cercana a los 3.000 trabajadores.
Las negociaciones con el Comité de Empresa se recrudecen tras la negativa de éste de reunirse presencialmente con la dirección de Cerealto Siro, a la que exijen se le informe sólo de las negociaciones con el próximo socio inversor y sobre el estado del expediente relativo al crédito solicitado en su día a la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) por importe de 90 millones de euros, que se resolverá antes del 31 de diciembre.
Se acaba el tiempo
A pesar de las constantes invitaciones desde hace más de un mes que la empresa ha hecho a la mesa sindical para abordar un Plan de Mejora de la Competitividad y negociar así qué decisiones hay que tomar para reducir los abultados costes laborales, la postura de los representantes de los trabajadores sigue siendo la misma: no contemplan debatir ninguna medida que no sea meramente informativa.
Todo ello en un complicado escenario dado que, por otra parte, la dirección se encuentra inmersa en un delicado proceso de consultas con potenciales socios inversores, entre ellos Biscuit International, propiedad del fondo de capital riesgo Plantinum Equit, para cerrar un acuerdo que suponga dotar a la castellano y leonesa de la liquidez necesaria para retomar la senda de crecimiento habitual.
Algo inviable si no se constatan las deficiencias en políticas de costes que arrastran a Cerealto Siro a competir con una grave desventaja que le aleja de volver a liderar el sector cerealista en España.
Proyecto de todos
La dirección de Cerealto Siro insiste en que la viabilidad de sus fábricas es una cuestión que "atañe a todos, dirección y trabajadores", en clara alusión a tender la mano al Comité de Empresa para que se siente a negociar una salida que suponga poner los cimientos que permitan relanzar la empresa al liderazgo sectorial que ha venido manteniendo a lo largo de su existencia, llegando incluso en su día a adquirir y reflotar 15 empresas que estaban abocadas al cierre.
Tal y como avanzaba la semana pasada a este medio la directora general de Negocio de la empresa, Rut Aranda, la evolución de los costes laborales de sus plantas desde 2010 marcan un desfase cercano al 30% con respecto al incremento del IPC desde entonces, que se sitúa en el 13%.
Además, y según datos de Cerealto Siro, el abstentismo laboral supone una sangría económica difícil de mantener, con unos niveles superiores al 15% (la media regional está en el 6%) que suponen una pérdida anual de 13,4 millones de euros.
Unos sobrecostes que la compañía insiste que hay que corregir para poder competir en igualdad de condiciones con el resto del mercado.
A pesar de las circunstancias, la directiva de la empresa confía en acercar posturas en este asunto e insiste en su "voluntad inequívoca de diálogo" con los agentes implicados en esta mesa de negociación.