La nueva planta de fabricación de vehículos eléctricos que Switch Mobility comenzará a construir en Valladolid en apenas un mes, "será un ejemplo para el mundo de que es posible la descarbonización desde ya", según ha afirmado el CEO de esta compañía, Andrew Palmer, en entrevista a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.
Está previsto que esta fábrica, durante los dos primeros años de funcionamiento, exporte el 90% de su producción a la Unión Europea, además de plantearse llegar a mercados más lejanos como el latinoamericano.
Y lo hará esquivando los aranceles que se derivan de la salida del Reino Unido de nuestro marco común tras el Brexit (la compañía tiene otra fábrica de vehículos eléctricos en Leeds, al norte de Inglaterra, además de la de Chenai en India), dado que con esta nueva planta podrá exportar a los 27 países de la Unión libremente.
Un proyecto que supondrá una inyección económica y laboral de fuerte impacto con la creación de 2.000 empleos directos y otros 5.000 indirectos en Valladolid, que actualmente tiene una tasa de paro del 9,5%, mientras en Castilla y León se encuentra en el 10% con algo más de 129.000 personas sin trabajo.
La estrategia de expansión internacional de la empresa indio-británica, que ya exporta a 46 países en todo el mundo, pasaba por ubicarse en una región europea con una buena situación geográfica. El peso en la industria automovilística que tiene Valladolid, con fábricas de Nissan, Renault, Michelin y SMRC, y el liderazgo de la apuesta de Castilla y León en energías renovables en toda España, fueron decisivos a la hora de que esta ciudad fuese elegida entre todas las candidatas.
De hecho, Andrew Palmer ha asegurado que "no descarta establecer relaciones de cooperación en el futuro con estas compañías" destacando que le une una especial amistad con el CEO de Renault, el vallisoletano José Vicente de Los Mozos, de igual manera que Switch Mobility cerró un acuerdo de colaboración recientemente con la multinacional estadounidense Dana, que desde el pasado mes de julio se convirtió en proveedor de la indio-británica en componentes de transmisión eléctrica para la oferta de vehículos comerciales e-bus y EV, proporcionando cajas de cambios, motores, inversores, software y controles y refrigeración de la electrónica.
"No podemos esperar a 2050"
Detrás de la expectación generada durante la mañana de hoy en la presentación oficial de la que será la primera fábrica de vehículos eléctricos de Switch Mobility en la Unión Europea y que se ubicará finalmente en Valladolid, Andrew Palmer ha mantenido un encuentro con EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León para desgranar los detalles de la que sin duda es la noticia económica del año en la Comunidad.
Hace apenas un mes terminaba en Glasgow la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de la que salió un pacto que insta a los Gobiernos a reducir las emisiones de CO2 en un 45% con respecto a los niveles de 2010, así como a acelerar y alcanzar emisiones netas en el año 2050.
"Este Pacto de Glasgow no es suficientemente ambicioso para el Planeta. Si esperamos a 2050 veremos más desastres climáticos, por lo que hay que acelerar esa transición hacia una movilidad más sostenible desde hoy mismo", ha indicado Palmer.
Centros de I+D
El CEO de Switch Mobility ha asegurado a este medio que la nueva planta, para la que se prevé una inversión de 100 millones de euros durante los próximos diez años, contará con un centro especializado de investigación y desarrollo que "se centrará en la fabricación de vehículos eléctricos con volantes a la izquierda".
Esto va a suponer que Valladolid sería el principal exportador de estos medios de transporte electrificados a países como Irlanda, Malta o Chipre, donde los vehículos también disponen del volante en el lado izquierdo, como ocurre en Reino Unido.
Palmer ha calificado este mercado como uno de los "mayores a nivel global", además de adelantar que "el talento de las universidades españolas contribuirá a ampliar la gama de vehículos y a reducir su tamaño".
Según ha confirmado a este periódico, "ya estamos en conversaciones con las universidades para que puedan ofrecer titulaciones más relacionadas con el parque automovilístico eléctrico".
El proceso de reclutamiento de quienes formarán la nueva plantilla está ya en fase avanzada, y al tratarse de una compañía de tecnología automovilística, Palmer ha avanzado que se va a poner en marcha una start up con la que atraer sobre todo personal con experiencia y capacidad para "tomar decisiones rápidas", dado que, según explica, "el modo de producción de Switch Mobility no es el tradicional de una fábrica de montaje que sólo se centra en producir, sino que comparte más la visión del estilo del fabricante Tesla".
Objetivo emisiones cero neto
La Unión Europea quiere poner fin a la venta de vehículos de gasolina y diésel (incluidos los híbridos) para 2035. Esto supone reestructurar la industria del automóvil con suficiente antelación como para abastecer de una alternativa eléctrica a toda esa población para ese año.
A pesar de que un vehículo eléctrico no emite gases de efecto invernadero, el proceso de su fabricación sí puede conllevar una contaminación al medioambiente. Por ello, el CEO de Switch Mobility garantiza que "todas aquellas mínimas emisiones que puedan producirse, nos encargaremos de eliminarlas aplicando la más alta tecnología".
"Nuestras plantas están diseñadas para que sean sostenibles durante todo el proceso de producción", ha asegurado, de manera que, incluso cuando el vehículo llegue al final de su vida útil y haya que reciclarlo, "también nos encargaremos de su reciclaje", ha asegurado.
De hecho, Andrew Palmer ha indicado que el compromiso de la empresa con la sostenibilidad pasa por comprobar previamente qué hoja de ruta tiene esa compañía para convertirse en el menor tiempo posible en cero neto.
"Si nos convence su planteamiento, trabajaremos con ellos", de manera que la empresa indio-británica contabilizará el CO2 que emiten esos proveedores para asegurarse de que todo el proceso respeta al máximo el compromiso de descarbonización en el que se haya inmersa.
"En caso de que ese proveedor no sea aún cero neto, Switch Mobility asumirá esa producción de CO2 y encontrará la manera de reducirlo para que llegue a ser completamente neutro en emisiones", asegura Palmer.
Una apuesta sin fisuras por el medioambiente que implicará un incremento en los gastos de la compañía que lidera Palmer, pero que, según ha indicado, "merece la pena porque en cuanto dejen de emitir C02 ya no habrá que asumir ese coste". Una medida que refleja una visión integral de todo el proceso de producción de un vehículo eléctrico, desde el proveedor, hasta el final de la vida útil de la máquina.
Mayor independencia energética
La actual crisis energética con una excesiva dependencia del gas como materia prima, que en su mayor parte proviene de fuera de nuestras fronteras, pone de manifiesto la necesidad de afrontar nuevos caminos que "reduzcan esa dependencia", ha manifestado Palmer, para lo cual "los gobiernos deben impulsar que las ciudades dispongan de un parque automovilístico eléctrico no contaminante" que, además, mejora la calidad del aire de forma muy rápida.
Switch Mobility calcula que el pico de producción más alto de su fábrica de Valladolid podría alcanzarse a partir de 2024, dependiendo de la demanda del mercado y del resto de variables, con la salida a carteras de toda la Unión Europea y Latinoamérica.
Además, Palmer ha manifestado que la inversión de esta nueva planta no está cerrada, es decir, que no cierran la puerta a futuras nuevas inversiones "siempre que los políticos apliquen medidas que favorezcan el uso de este tipo de medios de transporte sostenibles".
Los primeros autobuses eléctricos
Switch Mobility, que nace tras la unión de Ashok Leyland (tercer fabricante de autobuses y vehículos comerciales ligeros más grande del mundo), y Optare, el fabricante de autobuses del Reino Unido con más de cien años de experiencia en el diseño de autobuses, puso en marcha en 2014 los primeros autobuses eléctricos puros de fabricación británica en las carreteras de Londres.
Sus autobuses ya han recorrido más de 40 millones de kilómetros libres de emisiones evitando setenta toneladas de CO2 al año por cada bus eléctrico que circula por las calles en sustitución de los diésel.
Tras ocho meses de intensas reuniones entre el Gobierno de Castilla y León, y el Ayuntamiento de Valladolid con la dirección ejecutiva de Switch Mobility, y a pesar de las especulaciones sobre su ubicación, finalmente, la nueva planta de la compañía en la Unión Europea comenzará su andadura el próximo 27 de enero en la ciudad del Pisuerga.
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