Ha sido elegido "el dato del año". La inflación es, a juicio de FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorros), el protagonista indiscutible en materia económica no sólo en Castilla y León, sino también en el resto de España.
El último dato que se conoce, a la espera de los que el INE aporte sobre diciembre en enero ya del próximo año, es la tasa de noviembre, que se situó en el 5,5%, su nivel más elevado en los últimos 29 años.
Sin embargo, se prevé que esta escalada sin tregua de los precios cierre aún más alta, con un interanual del 5,8%.
Atrás queda un 2021 en el que se ha señalado directamente a la pandemia, el coste de las materias primas, sobre todo de la electricidad, como responsables directos de una inflación desbocada que ha mermado el poder adquisitivo de los ciudadanos, lo cual ha repercutido a su vez en el consumo.
"La subida se explica en un 80% por el encarecimiento de los productos energéticos, en especial de la electricidad, cuyo índice dentro del IPC registró un incremento interanual del 46,7% en noviembre. Los combustibles y carburantes se encarecieron un 34,2% en comparación interanual en el mismo mes", señala María Jesús Fernández, economista de Funcas, según recoge Europa Press.
Castilla y León, por encima de la media nacional
A la espera de conocerse el dato de inflación de diciembre, noviembre cerró en Castilla y León con un incremento del 0,3% con respecto al mes anterior, pero con una tasa final del 6,2% en lo que va de año, es decir: siete décimas por encima de la media nacional.
Un duro golpe para la recuperación económica dado que los consumidores disponen, con la misma cantidad de dinero, de menos capacidad de compra, lo que, unido a la incertidumbre de la pandemia, está ejerciendo una presión negativa sobre la recuperación de la economía a niveles prepandemia, que no se espera hasta 2023.
A pesar de que las autoridades financieras internacionales se esfuerzan en lanzar mensajes de calma al respecto de una posible retirada de estímulos que pudieran suponer un mayor esfuerzo económico para empresas y consumidores, lo cierto es que sigue existiendo una gran incertidumbre en este sentido, que paraliza la inversión y retiene el consumo.
El BCE se resiste, por ahora, a anunciar una subida de los tipos de interés, pero todo apunta a que la medida no tardará en aplicarse ya entrado el 2022.
El sector industrial es uno de los principales afectados no sólo por el cuello de botella que se ha generado en el transporte aeroportuario y que afecta directamente a la recepción de materias primas sino, además, por los altos costes de la electricidad, que obligaron a parte de la industria de Castilla y León a ajustar sus plantillas y a parar la actividad.
II Plan Director de Promoción Industrial
En este escenario, la Junta de Castilla y León aprobó el pasado jueves en Consejo de Gobierno el II Plan Director de Promoción Industrial, con un impacto económico de 1.421 millones de euros.
El objetivo es relanzar la industria de la Comunidad para que se convierta en el motor económico que permita, además, una mayor cohesión territorial.
En este sentido, el ECOVA (Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora) ha advertido recientemente del riesgo real en el que se encuentran las empresas de Castilla y León si no se toman medidas que atajen una inflación que, según su criterio, ya ha quedado claro que no es transitoria y que "podría mantenerse hasta 2024", por la ausencia de reformas estructurales y dejando en manos de la llegada de los fondos Next Generation la solución al actual modelo productivo.
Las previsiones de crecimiento económico, con una inflación que no da respiro ni a consumidores ni a la industria, han ido cediendo terreno hasta un cierre para este año previsto finalmente en un 1,8% menos hasta situarse entre el 3,5% y el 4,3%; así como una previsión para 2022 que oscilaría entre el 4,3% y el 5,2%.