Ha sido un año para olvidar. La industria del automóvil en Castilla y León despide 2021 con la esperanza de mejorar unas cifras poco alentadoras: la comercialización de vehículos cayó un 37% durante este año en la Comunidad, debido no sólo al parón provocado durante la primera etapa de la pandemia sino, además, por la crisis de los microchips y la incertidumbre económica.
Se trata de un sector estratégico en una Comunidad líder en España con una red productiva muy bien armada para afrontar los retos del futuro, que pasan, además de por el incremento de consumo y la solución al problema de los componentes electrónicos, por la adecuación de las infraestructuras a la fabricación del vehículo eléctrico.
Bruselas ya ha indicado que para 2030 no podrán seguir fabricándose vehículos de combustión fósil (derivados del petróleo) por lo que los híbridos enchufables y los eléctricos ganarán terreno en los próximos años.
Una producción sostenible que ha encontrado el espaldarazo definitivo en la aprobación por parte del Gobierno español del famoso PERTE_VEC, (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico), que junto con el denominado Plan Moves y otros afines, movilizarán una inyección de 24.000 millones de euros para relanzar esta industria, convertirla en fábrica de movilidad sostenible y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos por la ONU.
Pero todo eso, no puede hacerse de la noche a la mañana. Se necesita mucho tiempo y un cambio en la mentalidad de consumo de los ciudadanos, además de infraestructuras que aseguren la recarga de estos vehículos eléctricos de forma más rápido y viable, así como una profunda transformación de las propias fábricas de automóviles.
La letra pequeña del mercado eléctrico
El ciudadano va viendo más cercana la posibilidad de adquirir un vehículo eléctrico, en vez del tradicional de gasóleo o gasolina. De hecho, hasta noviembre fueron 1.371 los vehículos sostenibles que se matricularon en Castilla y León, un 69% más que de enero a noviembre del año anterior.
Sin embargo, aún están lejos de ser la principal demanda para los fabricantes, que irán modificando sus estructuras en función de las tendencias de compra.
En este sentido, la patronal de fabricantes de vehículos de España, ANFAC, ve incomprensible que el Gobierno de Pedro Sánchez haya eliminado de los Presupuestos Generales del Estado las enmiendas que PdCat, Cs y PP habían introducido contra la subida del impuesto de matriculación, que se hará efectiva desde el 1 de enero próximo.
Pero hay otras muchas cuestiones que afectan directamente a la evolución del mercado del vehículo eléctrico, como es dónde y cómo recargar ese automóvil.
En Castilla y León hay, según datos de ANFAC, 168 puntos de recarga en entornos urbanos y 174 en interurbanos, siendo una de las comunidades autónomas más extensas de España, y cuya cifra queda lejos de los 343 y 319 respectivamente en Andalucía, o los 440 y 170 fuera de las ciudades que hay disponibles en las islas Baleares.
Mientras el depósito de un automóvil convencional se carga en unos minutos, recargar la batería de uno eléctrico puede suponer de cuatro a seis horas. En este sentido, la industria tendrá que avanzar para poner encima de la mesa soluciones de movilidad atractivas que permitan a un usuario medio disponer de manera rápida de su vehículo.
Otra de las principales barreras para la expansión de este mercado, en una Europa donde ya uno de cada diez automóviles es respetuoso con el medio ambiente, es su precio.
El desembolso ronda una media de 38.000 euros lo cual ha disparado, entre otros, el mercado de los vehículos de ocasión para quienes prefieren no invertir grandes cantidades hasta poder adquirir un eléctrico más evolucionado y asequible.
Un sector determinante en la economía
El peso que tiene esta industria en España es muy significativo, con casi 70.000 empleos directos de los cuales cerca de 35.000 se generan en las fábricas de automoción de Castilla y León, donde representan aproximadamente el 25% del PIB.
Si algo pretende el PERTE_VEC aprobado por el Gobierno de España, es crear el ecosistema pertinente para que la industria que ya hay operativa en el país pueda adaptar sus instalaciones para fabricar vehículos 100% eléctricos.
Pero este plan de ayudas, según ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), "debe venir acompañado de otras que reduzcan la incertidumbre del comprador e impulse la electrificación del parque automovilístico, como por ejemplo que el modelo de fiscalidad que se le aplique a estos vehículos esté basado en su uso y no en la compra".
Una de las multinacionales más importantes de automoción, Renault, ya trabaja varios modelos de híbridos enchufables desde sus factorías de Palencia y Valladolid, pero conforme vaya incrementándose la demanda de compra de estos ejemplares, deberá ir adaptando sus estructuras de trabajo a los nuevos tiempos.
La descarbonización del sector automovilístico prevista para 2030 exigirá un fuerte esfuerzo inversor, un cambio de mentalidad en el comprador e infraestructuras que permitan acceder a la recarga de estos vehículos de manera más rápida y eficaz.