La AIReF sitúa el crecimiento de Castilla y León en el 0,8% en el segundo trimestre del año
El dato es tres décimas inferior al alza experimentado por el conjunto del país
1 agosto, 2022 12:06Noticias relacionadas
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, (AIReF), publica hoy la estimación del PIB de las comunidades autónomas para el segundo trimestre
de 2022 mediante la metodología denominada METCAP (Metodología de Estimación
Trimestral por Comunidades Autónomas del PIB).
Unas estimaciones que colocan a Castilla y León como una de las comunidades autónomas que más ralentiza su recuperación postpandemia, con una tasa intertrimestral del 0,8%, y tan sólo por delante de Galicia, Extremadura, La Rioja, Cantabria y Murcia, si bien el conjunto del país lo hace en un 1,1%.
En términos interanuales, son las Islas Baleares las que experimentan el mayor crecimiento del PIB (13,8%), lo que supone más de 7,5 puntos porcentuales por encima del conjunto de España (6,3%). En el extremo opuesto se encuentra Murcia, que registra un aumento del 3,1%.
Castilla y León se sitúa también en la parte baja de la tabla en términos interanuales en el segundo trimestre, con un 3,9% de crecimiento, sólo por delante de Castilla-La Mancha y Murcia.
Tal y como el propio INE viene advirtiendo, desde la irrupción del coronavirus, las
estimaciones de la Contabilidad Nacional Trimestral están registrando revisiones de
mayor magnitud a lo habitual. Ello conlleva que las estimaciones de METCAP se
encuentren también sujetas a una mayor incertidumbre.
A cuestas con la inflación
El IPC registrado en julio continúa sin dar un respiro a las economías con una subida que rozó el 10,8% en España (8,9% en la eurozona) por el encarecimiento de los alimentos y la electricidad. Se trata del IPC más alto desde 1984, que supone un lastre para la recuperación postcovid.
Un alza en los precios que supone una merma del poder adquisitivo de los castellanos y leoneses de casi cuatro mil euros al año y que comenzó en marzo de 2021.
Si tenemos en cuenta la inflación subyacente, es decir, la que no tiene en cuenta ni los precios de los alimentos no elaborados ni los de la energía, julio cerró con un 6,1%, lo que supone la tasa más alta desde 1993.