Primero fue la crisis de los semiconductores producida por la rotura de la cadena de suministros tras la irrupción de la pandemia lo que lastró las ventas de vehículos al quedar mermada su producción, y ahora es la incertidumbre de los mercados y la crisis económica las que lastran las matriculaciones de turismos en Castilla y León. Es decir: de una crisis de la oferta, la industria se asoma a una crisis de la demanda.

Según datos de Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones), el sector de la automoción en Castilla y León registra un negativo del 18,1% (1.714 unidades) en las matriculaciones en julio con respecto al mismo mes del año anterior. Un dato que en el acumulado del año se sitúa en el 14,5% (11.571 unidades).

Esto supone estar "un 30% por debajo de las cifras de 2019" según Faconuato, con cinco meses consecutivos a la baja, en un sector cuya capacidad de producción nacional se concentra en un 20% en Castilla y León.

Fuentes del sector consultadas por este periódico revelan la profunda preocupación de esta industria en la Comunidad en un momento en el cual las fábricas están recuperando poco a poco las entregas, pero sin un horizonte claro en la demanda. Temen que el problema de la oferta se traslade a partir de ahora a una crisis en la decisión de compra de los consumidores, que están optando por adquirir coches de segunda mano, lo que entorpece la modernización del parque automovilístico nacional, además de lastrar las ventas de las grandes firmas de automoción.

Con fábricas como Nissan, Renault, Iveco o Michelin, este sector genera más del 25% del PIB industrial de Castilla y León, y da empleo a 35.000 trabajadores directos. Datos que dan cuenta del importante peso del motor en la Comunidad.

En términos nacionales, julio ha cerrado con 73.378 unidades matriculadas, lo que supone un 12,5% menos que en el mismo mes de 2021, por lo que en Castilla y León este desplome es cinco puntos por encima de la media nacional.

Por su parte, la electrificación de la movilidad continúa creciendo pero sigue siendo sólo la opción de "una de cada diez decisiones de compra", según la Anfac, por lo que se trata de un mercado que todavía sigue sin representar una fuente sólida para esta industria.

De los 47.108 vehículos electrificados que se han vendido en España en lo que llevamos de año (un 30,32% más que en el mismo acumulado del ejercicio anterior), se han matriculado 1.068 en Castilla y León, lo cual supone un crecimiento del 40,71% con respecto al mismo período de 2021.

Félix García, director de comunicación de Anfac, resalta cómo "julio, que solía tener un buen comportamiento en ventas, ha cerrado con una significativa caída". Un análisis que comparte con Faconauto, desde donde recalcan que este pasado mes "era aquel en el que las familias tenían programado cambiar de coche para sus vacaciones y las empresas alquiladoras de vehículos reforzaban sus flotas de cara a la campaña de verano, lo cual no se ha producido en julio", que sigue dejando el mercado "deprimido".

 

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