Castilla y León crecerá menos de lo previsto en 2023 a pesar de haber superado el millón de personas ocupadas (dato que no se veía desde 2009). Sin embargo, el rally inflacionista y una menor demanda de la Unión Europea marcarán una costosa recuperación que perderá fuelle hasta situarse en un apurado 1,1% en 2023.
En comparación con otras comunidades autónomas, Castilla y León es una de las seis que menos crecerá durante el próximo año, junto con Asturias, Navarra y Galicia cuyo PIB está previsto crezca sólo un 0,8%; y País Vasco y Cantabria que lo harán en un 1,1%.
Son datos de un informe hecho público por BBVA Research en el que se recalca que todas las comunidades autónomas crecerán menos de lo previsto, con una media nacional que se situará en el 1,8%, lejos del 4,1% previsto para el cierre del presente ejercicio.
La caída del consumo privado y la contracción de la demanda europea, marcarán parte de los resultados del PIB para el próximo año, con excepción de las Islas Baleares y Canarias, cuyo turismo seguirá ayudando a recuperar los niveles de crecimiento prepandemia.
Según este informe, la recuperación del empleo en Castilla y León, tras haber experimentado un frenazo en el interanual del pasado mes de julio con tan sólo 209 personas más empleadas en plena época de contratación estival, podría estar tocando techo por lo que en 2023 la variación sería ya residual.
El escenario de recuperación previsto para los próximos trimestres podría verse afectado por el aumento de la inflación, debido en parte, al elevado coste de la energía. Además, se mantiene la incertidumbre respecto a las inversiones asociadas a la ejecución de los Fondos Next Generation, que sigue siendo lenta.
En 2023, el principal factor para realizar revisiones es la menor demanda europea, que junto a la incertidumbre y los tipos de interés, retrasan la recuperación de la inversión. Todas las comunidades autónomas mostrarán un menor dinamismo del anticipado, pero la revisión del crecimiento es algo mayor en las regiones del norte y centro de España (excepto Madrid).
El freno es mayor en comunidades del centro y norte peninsular, en las que la producción se orienta más a bienes, lo que impacta más en su confianza, y ralentiza el avance del empleo.
El aumento de precios afecta a las exportaciones, que en términos reales muestran incrementos más débiles que en nominales. Una vez descontado el impacto de la energía en las exportaciones (con poco efecto en la actividad del territorio), Madrid, Andalucía, C. Valenciana y el País Vasco encabezan el avance de las exportaciones reales en el primer semestre del año. Castilla y León, junto con Aragón y Asturias, registra las mayores caídas en las ventas reales al exterior.