Ha sido la pesadilla de familias y empresas durante todo el pasado ejercicio: comprobar cómo con los mismos ingresos eran incapaces de hacer frente a los mismos pagos que hace un año.
Es el día a día de quienes ven que con su sueldo no pueden en invierno poner la calefacción, hace tiempo dejaron de comprar ropa o salir a comer alguna vez a un restaurante y a duras penas pueden llenar la nevera.
El hecho de que Castilla y León tenga la segunda inflación más alta de España (la Comunidad cerró diciembre en un 6,5%, ocho décimas por encima de la media nacional), tiene un efecto directo de mayor impacto sobre la calidad de vida de los consumidores más vulnerables, es decir: aquellos con las rentas más bajas.
Las cuentas salen solas a pesar de la moderación en los precios de la energía de los últimos meses: pagar el alquiler (500 euros de media), la calefacción (cien euros al mes de media) o llenar el depósito de combustible (casi un 38% más caro), se ha 'comido' la capacidad de supervivencia de miles de castellanos y leoneses que acuden cada día a Cáritas o a otras ONG para pedir ayuda.
Si a todo esto se le suma que en la Comunidad los alimentos se han encarecido un 17%, la situación se vuelve crítica en muchos hogares. Y eso, a pesar de las medidas aprobadas por el Gobierno que entraron en vigor el pasado día 1 de enero y que suprimen el IVA en los productos básicos de la cesta de la compra, así como las adoptadas por el Ejecutivo regional que ha aprobado la segunda fiscalidad más baja de España.
De la eliminación del IVA a los alimentos, sin embargo, el Gobierno de España decidió dejar fuera la carne y el pescado. Ambos alimentos esenciales, con caídas en su consumo del 15% e incrementos en su precio de entre un 11 y un 13%, se han convertido hoy, con la mayor inflación de los últimos 38 años, en un lujo al que se han visto obligados a renunciar las rentas más bajas.
Salarios medios de ayer que son insuficientes hoy
Uno de los efectos de ser la segunda comunidad autónoma con la inflación más alta de España es el hecho de que los salarios que hace un año eran considerados medios, hoy se convierten en insuficientes.
El salario medio mensual de un castellano y leonés es de 1.569 euros (es el sexto más bajo de España), pero el incremento de los precios en la cesta de la compra ha pauperizado su capacidad de compra, sobre todo en unidades familiares con una sola fuente de ingreso.
Antonio Jesús Martín, presidente de Cáritas en Castilla y León, explica a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León cómo "cada vez más familias que hace un año o dos eran familias de clase media, acuden ahora a nosotros porque tienen que decidir: o pagan el alquiler o comen. Suena muy duro, pero es real".
Martín alerta de que "estamos asumiendo como normal que las familias nos comenten que hayan dejado de consumir carne o pescado, o que lo hacen apenas una o dos veces al mes porque no se lo pueden permitir".
Son familias que "basan ahora su dieta en patatas y arroz porque te dicen que, por lo menos, así se garantizan comer todo el mes", indica.
El perfil de personas a las que la inflación y la crisis económica han empobrecido se ha ampliado en el último año entre un 10 y un 12%, a la espera de los datos definitivos.
El número de familias que "ya no piden una ayuda puntual para pagar la luz, comida o calefacción un par de meses, sino que se han instalado en la pobreza, se ha disparado".
Si los datos del último informe Arope, que calcula la población en riesgo de pobreza o exclusión, estimaba que se encontraban en esta situación 554.000 personas en Castilla y León en 2021, cabe esperar que la inflación haya incrementado esta cifra.
Así lo cree el presidente de Cáritas en Castilla y León, quien advierte de que "está creciendo de forma alarmante el número de familias que no pueden salir de la situación de pobreza en la que han caído".
El 'cheque para comida' aprobado por el Ejecutivo nacional, con un importe de 200 euros anuales y al que se calcula podrán optar 4,8 millones de familias en España con rentas inferiores a los 27.000 euros (la ayuda se abona por unidad familiar, no por persona), resulta "totalmente insuficiente teniendo en cuenta que el encarecimiento de la cesta de la compra es mucho mayor", denuncia el máximo responsable de Cáritas en Castilla y León.
Con subidas de la leche y los huevos por encima del 30% durante el pasado año, de hasta el 50% en el azúcar y de un 12% en el pan, la cesta de la compra es cerca de ochenta euros más cara al mes que hace un año, según datos de la OCU.
El portavoz de Cáritas en Castilla y León pide a las distintas administraciones poner el foco "en el empleo" (la Comunidad tiene una tasa de paro del 11,1%, 2,6 puntos por debajo de la media nacional), así como en articular "más ayudas" para ese 23% de la población a la que la inflación y la crisis han golpeado más duramente.